Explotaciones mineras en Argentina: un blog para seguirlas

El tema de la explotación minera en América Latina es motivo de controversia desde hace décadas. Si bien este tipo de emprendimientos es presentado como económicamente positivo, su impacto ambiental lleva a que muchas poblaciones se opongan a ellos. Y en muchas ocasiones, la puesta en marcha de proyectos mineros en la región ha levantado razonables sospechas de connivencia entre el poder político local y empresas transnacionales. En esas negociaciones, la perspectiva de grandes ganancias era todo un aliciente para intentar quebrar o ignorar la voluntad de las poblaciones locales de oponerse a este tipo de actividad económica. En el caso de Argentina, desde 2003 el blog Oro Sucio sigue el tema de las explotaciones mineras y su impacto ambiental y político. Luis Claps, quien desarrolla el blog, es también Editor en español de la Red Minas y Comunidades (Mines & Communities Network). Es licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires. Integra la Asamblea Patagónica contra la Contaminación y el Saqueo, la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) y el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Mineros, y ha participado en diversos foros y reuniones de comunidades afectadas por la industria minera en Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador. Reside en la localidad patagónica de Puerto Madryn, en la provincia de Chubut, Argentina.

Global Voices: ¿Cómo, dónde y cúando se les ocurre comenzar con el proyecto? ¿Cuáles fueron las razones que dispararon el interés por trabajar con esta temática?
Luis Claps: Oro Sucio nace a mediados de 2003. Habíamos estado siguiendo de cerca la lucha de Esquel contra la minera canadiense Meridian Gold, y estábamos preparando nuestra tesina para la licenciatura en comunicación de la Universidad de Buenos Aires justamente sobre ese caso, de modo que disponíamos de bastante material. Decidimos poner en valor ese material, publicarlo y de algún modo llenar parte del vacío que la prensa regional y nacional estaban dejando en el tratamiento de la cuestión minera. Percibíamos que había un buen campo de trabajo allí, un espacio donde podíamos ser útiles como estudiantes avanzados de comunicación y futuros profesionales.

GV: En el blog hay artículos de varios autores y de diversos lugares de Argentina. ¿Cómo los contactan u organizan esa cobertura?
LC: Pretender realizar una cobertura completa de los conflictos mineros es casi imposible. Hacemos una selección de materiales bastante heterogénea y esporádica, ya que el sitio no se actualiza con una regularidad determinada sino a medida que podemos hacerlo. Privilegiamos los comunicados y documentos que son fruto del trabajo colectivo de los ámbitos en los que participamos. Mantenemos también relación con diversas personas y organizaciones que trabajan en la problemática, a lo largo de Argentina y también en otro países. De toda la masa de información que circula, últimamente tratamos de publicar lo menos visible, lo que sentimos necesita de nuestro apoyo. Y también de vez en cuando, algún informe propio o de colegas de confianza.

GV: El tema de las mineras suele llevar a movilizaciones importantes en muchas localidades de Argentina, pero éstas son pobremente cubiertas por los grandes medios. ¿Cuáles creen que son las causas?LC: Creemos que las causas son diversas, y que en cada caso hay una mezcla particular de circunstancias. Hay una dependencia muy grande de las pautas publicitarias oficiales, especialmente en los medios regionales, y esto desalienta una cobertura profunda. Hay una lógica propia de la actividad periodística, que obliga a los trabajadores de prensa a saltar constantemente de un tema a otro. Hay censura directa y fuertes presiones, en muchos casos. Pero hay más: el magnate venezolano Gustavo Cisneros (dueño de Caracol Television, I-Sat, Space, Radio Disney, por mencionar solo algunos medios) integra la junta directiva de Barrick Gold Corporation, una de las empresas mineras más poderosas del mundo. Entonces son varias cuestiones. Pero todo esto, las asambleas y movidas populares lo saben perfectamente y salen a gestionar ellas mismas los espacios de prensa, a intervenir en las agendas de los medios. Y lo hacen muy bien. Hay momentos en los que la información acumulada colectivamente (de manera autónoma, paciente, boca a boca) alcanza un nivel que ya no es posible contener, ni siquiera por los grandes medios. Cundo esto ocurre, hasta los políticos asumen un discurso ajustado a los argumentos de la comunidad, e intentan capitalizar o domesticar el terremoto. Por otro lado, hay colegas nuestros que trabajan asesorando a las empresas mineras desarrollando estrategias para el «manejo de crisis».

GV: Uno de los temas más presentes en el tema de la explotación minera es el de la relación entre poder político y empresas. ¿Podrías citar cosas en los cuales la movilización de la gente y la difusión de los medios hayan parado definitivamente proyectos que afectarían el medio ambiente?
LC: Para las comunidades afectadas o potencialmente afectadas por proyectos mineros, solo hay victorias parciales. No hay triunfos definitivos. En nuestro país hubo avances muy importantes: en Esquel se detuvo el proyecto de Meridian Gold; en Ingeniero Jacobacci, el proyecto Calcatreu, de Aquiline Resources; en Mendoza, se aprobó recientemente una ley que prohibe el uso de tóxicos en la minería a cielo abierto; en La Rioja, Barrick Gold anunció que se va del Cordón del Famatina porque se aprobó una ley con restricciones similares y los vecinos han cortado el camino de acceso al proyecto ¡por más de cuatro meses!

En estos casos, hubo mucho trabajo en todos los frentes disponibles: medios de comunicación, acciones legales, manifestaciones públicas, modificaciones legislativos, etc. Pero Meridian Gold sigue teniendo su oficina en Esquel, e inició un juicio a cuatro vecinos y dos periodistas de la ciudad el año pasado. Aquiline Resources continua los trabajos de exploración en la línea sur de Río Negro, mientras intenta «modificar las condiciones políticas de la provincia» (como leemos en los comunicados de prensa que emite desde Toronto), y por si faltara algo, Carlos Menem es candidado a gobernador en La Rioja, con algunas posibilidades de imponerse en las elecciones de agosto próximo. Entonces, lamentablemente, las amenazas están ahí. Así como el poder político, el capital también se recicla, se lava la cara, y vuelve fortalecido al ataque.

GV: ¿Cuáles son los temas que más suelen cubrir en Oro Sucio, ya sea por problemática específica o por lugar de cobertura?
LC: Privilegiamos un poco lo que ocurre en Patagonia, que es nuestro ámbito. Y principalmente dos líneas: experiencias de resistencia a proyectos mineros, y las estrategias de las empresas mineras frente a esa resistencia. Entendemos los mega proyectos mineros como operaciones de control o delimitación territorial que ocurren en diversos niveles: político, jurídico, social, ambiental, económico. Tratamos de identificar lo particular de estos niveles, en el marco de una lectura más general o global. Otra cuestión que nos interesa es conectar las diversas experiencias de lucha, muchas de las cuales involucran a la misma empresa: por ejemplo, Barrick Gold opera en San Juan y La Rioja (Argentina), Valles del Huasco (Chile), Ancash (y otras regiones de Perú), Nueva Gales del Sur (Australia), Marindruque (Filipinas), Estados Unidos, Tanzania, Papua Nueva Guinea… ¿Cómo puede coordinarse el intercambio de información y la solidaridad entre los afectados por esta empresa en todo el mundo?

GV: ¿Podrías mencionar otros sitios que cubran problemáticas similares?
LC: Si, hay muchísimos sitios. En español: de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el NO A LA MINA de Esquel y la Coordinadora de Asambleas Ciudadanos por la Vida de La Rioja. Hay sitios de campañas puntuales como No a Pascua Lama o la protesta global contra Barrick . También se puede consultar el sitio del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Mineros , la Confederación de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería , o el OLCA de Chile. El sitio de DECOIN cubre el largo conflicto entre las comunidades de Íntag y la canadiense Ascendant Copper, en Ecuador. En inglés, está el Mines and Communities Website , y hay varios sitios de organizaciones como Mining Watch Canada .

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