Brasil: La filósofa, los medios y los blogs

La influencia de Internet en Brasil está acumulando fuerza. En un país donde las cadenas de TV abierta (propiedad de los políticos) han dominado los medios por los últimos 30 años, algunas encuestas nuevas sobre accesos web están revelando profundos vacíos en el número de usuarios Internet. Del número base de 50 millones de usuarios mayores de 16 años, verificado en el último análisis de Datafolha, algunos bloggers estiman que la inclusión de niños nos proporcionaría unos 74 millones de usuarios, o casi el 50% de las personas conectadas. Esos números podrían explicar mejor el impacto que se sintió recientemente en el balance entre políticos, medios tradicionales y la llamada opinión pública.

Desde la victoria de Lula en las últimas elecciones presidenciales, muchos entendidos de los medios locales mencionan el evidente cambio en la manera que la audiencia brasilera reacciona a las noticias. El reciente accidente del avión en Sao Paulo ha preparado el escenario para otra batalla en la web, donde las muchas versiones y explicaciones acerca de las posibles causas o responsabilidades iban de un lado a otro entre portales de medios y blogs. En medio del candente intercambio, la filósofa más conocida de Brasil, Marilena Chauí, fue entrevistado por un blogger acerca de la cobertura de los medios acerca del desastre y sus palabras encendieron un interesante debate en toda la blogósfera local.

Era el final de la tarde. Estaba en un hotel en el campo con mis nietos y decidimos ver algo de los Juegos Panamericanos. Encendí la TV y ‘caí’ en un canal que mostraba un fuego abrasador de grandes proporciones, mientras el narrador decía: “¡el gobierno mató a 200 personas!”. Estaba asombrada y mi reacción fue la típica de una sudamericana de los 60: “¡Dios mío! ¡Es como La Moneda y Allende! Lula debe estar rodeado en el Palacio Planalto, hay un golpe de Estado y ya hay 200 muertos! ¿Qué vamos a hacer ahora?” Pero mientras en mi mente razonaba así, la imagen en la pantalla cambió. Un presentador apareció gritando: “Un crimen más como resultado del ‘problema aéreo‘! El avión de TAM no tenía las condiciones para aterrizar en el Aeropuerto de Congonhas porque la pista no está totalmente terminada y no había suficiente espacio. ¡Otro crimen del gobierno!” Entonces me di cuenta que se referían al accidente de un avión y que el presentador culpaba al gobierno por lo que pasó. Ahí quedé aún más consternada: ¿cómo podía saber el presentador las causas del accidente, si ésto sólo podía ser verificado al abrir las cajas negras del avión? Mientras me preguntaba a mí misma acerca de hecho e intentaba ansiosamente encontrar más información acerca de lo sucedido, pensando en los pasajeros afectados y en sus familias, por alguna razón el presentador cambió el tono: expresiones como “parece que”, “puede ser que”, “cuando nos enteramos de lo sucedido” aparecieron. Me dije: “Pero si es así, ¿cómo pudo el presentador afirmar que el gobierno había cometido el crimen de asesinar a más de 200 personas sólo unos segundos antes? Cambié de canal y la imagen era la misma en todo los canales: primero la perentoria afirmación que enfrentábamos otro episodio de la crisis del ‘problema aéreo’; seguida por la declaración que era otra calamidad más causada por el gobierno de Lula, y finalmente el reconocimiento al decir que no hay forma de saber si el accidente fue causado por la pista mojada o por una falla en el avión. La gente era entrevistada para contar (por supuesto) acerca de sus sentimientos. Especialistas de todo tipo eran puestos ante las pantallas para explicar por qué Lula era culpable del accidente. Etc.
Marilena Chauí: La Invención de la CrisisConversa Afiada

La discusión iniciada por la airada entrevista de la filósofa captó ampliamente la atención de la blogósfera, mientras el comportamiento de los medios sobre la cobertura del desastre ya era muy criticada por los comentaristas. La escena exhibida de un oficial gubernamental, captado en video en su gabinete a través del zoom de un lente, agregó condimentos extras a la guerra entre los que atacan y los que defienden al gobierno. Una evidencia de falla mecánica, para socavar la historia de los medios sobre las posibles causas del accidente, era todo lo que Lula necesitaba para salir del atolladero y voltear el juego, pero la exposición de uno de sus consejeros más cercanos celebrando la transmisión que reportó el posible problema en el avión ha llevado a cero el marcador. Los bloggers publicaron mucho acerca del espectáculo de los medios.

Los llamados grandes medios han adoptado un particular patrón periodístico. Históricamente, el mercado siempre mantuvo distinciones claras entre el periodismo de opinión (los constructores de opinión) y el periodismo de variedad (desde la prensa sensacionalista hasta las noticias de celebridades). Este último ha obtenido más audiencia mientras que el primero gana prestigio. En los últimos años en Brasil hemos visto la mezcla de las bondades entre estas dos formas en muchas formas. Es un avance hacia la espectacularización de las noticias que vienen de los 90 y ha crecido absurdamente en los últimos años… No podemos hablar de este fenómeno como una tendencia irreversible de un posible nuevo periodismo. Si fuese una tendencia general, la prensa americana y británica –donde los medios brasileros siempre se miran a sí mismos- hubieran desechado las intrínsecas cualidades del periodismo como un producto: credibilidad, objetividad, creatividad. Lo que vemos es grandes diarios globales despidiendo periodistas que han sido atrapados manipulando información… Probablemente, el concepto de periodismo de opinión será revisado: por un lado el patrón Murdoch; por otro lado el patrón “The Guardian”. Pero muchos de los vehículos de hoy considerados grandes medios (vistos como grandes vehículos centrales de construcción de opinión) perderán su estatus, convirtiéndose en vehículos de entretenimiento.
O jornalismo fácil e o efeito SimpsonLuis Nassif Online

El desastre con el Airbus de TAM en el Aeropuerto de Congonhas es un ejemplo extremo de cómo las noticias se han vuelto algo complejo, que demanda mucho tiempo y paciencia de los lectores, espectadores o internautas. Ha dejado de ser un producto fuera de toda sospecha. Un mismo evento involucra batallas políticas entre el gobierno y la oposición, problemas de sindicato con los controladores de tráfico aéreo, dudas sobre la eficiencia de las agencias reguladoras como ANAC, la soberanía de las instituciones militares, los manejos de TAM para preservar su imagen corporativa y a sus clientes, la lucha entre los diarios, revistas y cadenas de TV por la audiencia, preocupaciones financieras de las compañías de seguros, que pagarán millones en compensaciones, y también las aerolíneas peleándose un espacio en el rompecabezas del sistema aéreo nacional. Cada uno de estos protagonistas mantiene intereses y consecuentemente están todos tratando de manejar la información a favor de sí mismos. El resultado es una Torre de Babel informativa, que genera escepticismo generalizado. Los principales actores del proceso han perdido la noción del evento principal y comienzan a manifestar reacciones típicas de una multitud en un estadio de fútbol, como se muestra en el episodio de los gestos obscenos del consejero presidencial Marco Aurelio Garcia… Aquellos que desean ser inmunes al despliegue informativo de las partes interesadas tendrían que pasar tiempo valioso en bibliotecas especializadas para entender lo que está en juego. Ya que casi nadie tiene el tiempo disponible, el lector de medios ha quedado con la sensación de ser manipulado y utilizado en el debate. Incluso aquellos que han tomado posiciones saben que han sido movidos por intereses que no tienen nada que ver con la tragedia del vuelo 3054. El desastre en Congonhas es un ejemplo de lo que los lectores pueden anticipar para eventos futuros que involucren grandes intereses. La multiplicación de canales de transmisión de noticias proporcionó a los interesados la posibilidad de “jugar” con la información y los datos.
Congonhas’ tragedy and the modern informative BabelCódigo Aberto

De los numerosos posts sobre el tema, he seleccionado uno de un blog nuevo, donde el autor dedica su primer post a responder a las quejas de la filósofa y también para manifestar su confianza en los valores democráticos establecidos en la sociedad brasilera.

Es triste ver como una importante filósofa como Chauí no es capaz de mantener un mínimo grado de perspectiva al lidiar con temas ‘candentes’ de nuestra realidad actual… El abordaje de los medios a muchos problemas y eventos es deplorable, y lo veo como resultado de una baja calidad general en el periodismo de la TV brasilera. Aparte de eso, recordando una astuta observación de un colega, me niego a creer en la existencia de esta entidad única e indivisible llamada MEDIOS. ¿Pueden creer realmente que en Brasil tenemos una orientación única tras el trabajo de todos los vehículos mediáticos y que esta orientación está ligada a los intereses de las élites brasileras? No puedo creer eso… El ánimo actual, en mi punto de vista, no está fuera del común de las voces disonantes en una democracia, intereses contrarios intentando vender su propia versión de la historia, diputados interesados en su éxito electoral y listos para negociar con el gobierno, grupos corporativos preocupados por sus ingresos, vehículos mediáticos dedicados a reportar los hechos, de forma positiva o negativa (y también aquellos interesados solamente en elevar su audiencia) y ciudadanos, grupos de ciudadanos más o menos informados acerca de lo que está sucediendo en el mundo político. Si eso es malo y queremos que mejore, trabajemos en ello… Pero con todas sus imperfecciones, yo aún quiero tener un Congreso y no quiero tener un presidente hablándole directamente a la gente, cada noche, en horario estelar.
Respuesta a Marilena ChauíQualquer coisa

Los resultados de una reciente investigación de Universal / MacCann [no está disponible en línea], reportada por muchos medios locales y blogs, ha levantado algunas cejas. De acuerdo al reporte, Brasil mantiene en términos locales el tercer lugar en número absoluto de blogs y el quinto en lectura de blogs. Los brasileros también son los cuartos en carga de fotos, terceros en vista de videos y terceros en descargas de podcasts. Es bueno recordar que no debemos confiar ciegamente en estas investigaciones, ya que los métodos y números netos no son revelados completamente. Pero ofrece una explicación mejor al cambio real del ambiente de los medios en Brasil siendo llevados por la participación individual hacia las llamadas herramientas de los medios sociales.

Escrito por Jose Murilo Junior.

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