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Senegal: África según Nicolás Sarkozy

Categorías: África Subsahariana, Europa Occidental, Camerún, Francia, Madagascar, Ruanda, Senegal, Historia, Literatura, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Relaciones internacionales

El África francófona esperaba ansiosa la llegada del recientemente electo presidente francés. La reputación de Nicolás Sarkozy sin duda le precede en África. Como ministro del Interior durante la legislatura de Jacques Chirac fue responsable de sofocar las revueltas de los jóvenes indignados (a los que se refirió como «racaille» (escoria)).

Actualmente África todavía se está recuperando del discurso pronunciado por Sarkozy en la Universidad de Cheikh Anta Diop [1], en honor al historiador y antropólogo senegalés cuyas teorías «hacen hincapié en los orígenes de la humanidad y en el estudio de la cultura africana precolonial vinculada al resto del mundo”. Cheik Anta Diop es también uno de los historiadores más importantes del continente africano.

El colaborador de G.V. Lova Rakotomalala [2] ya escribió un artículo sobre la carta abierta firmada por el escritor malgache Jean-Luc Raharimanana [3] y publicada en el diario francés «Libération». No obstante, numerosos intelectuales de la francofonía africana se están haciendo oír mediante blogs, entre ellos se encuentran el historiador camerunés Achille Mbembe, especialista en el África poscolonial y profesor investigador en Historia y Política en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, y el aclamado novelista senegalés Boubacar Boris Diop [4]. El blog de Alain Mabanckou recoge las reacciones de Achille Mbembe [5] y se puede leer las de Boubacar Boris Diop en Kangni Alem [6].

Boubacar Boris Diop se pregunta amargamente [6] si el discurso de Sarkozy podría haberse hecho en cualquier otro lugar que no fuera en el África francófona.

«Un président étranger faisant, du haut de son mètre soixante quatre, le procès de tous les habitants d´un continent, sommés d´oser enfin s´éloigner de la nature, pour entrer dans l´histoire humaine et s´inventer un destin.»

“Un presidente extranjero, menospreciándonos desde su 1.64 m. de estatura, juzgando a la población de todo un continente, exigiendo que por fin se alejen de su naturaleza, que formen parte de la historia de la humanidad y que sean dueños de su propio destino”.

«Sarkozy n´est pas naïf au point de s´imaginer que la voix de son pays porte aussi loin que Johannesburg, Mombasa ou Maputo. Si les intellectuels de cette partie du continent ont, pour une fois, prêté attention aux propos d´un président français, c´est parce qu´on leur en avait préalablement résumé le contenu. Depuis quelques jours, ils le découvrent par eux-mêmes avec stupéfaction en même temps que les réalités de la Françafrique.»

“Sarkozy no es tan ingenuo como para creer que la voz de su país será escuchada en Johannesburgo, Mombasa o Maputo. Si los intelectuales de este continente han prestado atención, por una vez, al discurso del presidente francés, es porque ha sido resumido previamente para ellos. Durante varios días, han ido descubriendo con asombro la realidad de Françafrique”.

Achille Mbembe arremete [5] contra Nicolás Sarkozy y otros políticos franceses contemporáneos por utilizar un enfoque tan obsoleto:

«…l’armature intellectuelle qui sous-tend la politique africaine de la France date littéralement de la fin du XIXe siècle.»

“…Un marco intelectual apoyando una política africana de Francia que data nada más y nada menos que de finales del siglo XIX”.

Boris Diop se hace eco de esta impresión:

«Ce manque d´humilité d´un homme que l´on dirait encore choqué d´avoir si aisément atteint son but l´a amené à aligner, devant un auditoire particulièrement averti, les plus désolants clichés de l´ethnologie coloniale du dix-neuvième siècle.»

«Esta falta de humildad, de un hombre que al parecer sigue en estado de shock por haber alcanzado tan fácilmente sus metas presidenciales, le ha llevado a dar un discurso, frente a un público especialmente informado, colmado de los tópicos más desafortunados de la etnología colonial del siglo XIX».

» « l’homme africain » de notre président ethnophilosophe est surtout reconnaissable soit par ce qu’il n’a pas, ce qu’il n’est pas ou ce qu’il n’est jamais parvenu à accomplir (la dialectique du manque et de l’inachèvement), soit par son opposition à « l’homme moderne » (sous-entendu « l’homme blanc ») – opposition qui résulterait de son attachement irrationnel au royaume de l’enfance, au monde de la nuit, aux bonheurs simples et à un âge d’or qui n’a jamais existé.»

«El hombre africano de nuestro presidente «etno-filósofo» es sobre todo reconocible por lo que no posee, lo que no es, lo que nunca ha sido capaz de lograr (una dialéctica de pérdida y frustración) o por su oposición al «hombre moderno» («hombre blanco») – oposición que derivaría de su apego irracional al reino de la infancia, al mundo de la oscuridad, a los placeres simples y a una época dorada que nunca ha existido».

Para Mbembe, este discurso simboliza la ignorancia deliberada de Francia con respecto a África: negando su responsabilidad [5] por el tráfico de esclavos africanos, para después pedir a África que diferencie a los buenos colonizadores de los malos.

«Les nouvelles élites dirigeantes françaises prétendent jeter un éclairage sur des réalités dont elles ont fait leur hantise et leur fantasme (la race), mais dont, à la vérité, elles ignorent tout.»

«Los nuevos líderes franceses pretenden comprender todo lo que temen e idealizan sobre África, pero que de hecho desconocen».

El escritor Boubacar Boris Diop, cuya última novela trata sobre el Genocidio de Ruanda, está sumamente indignado por como se intenta subestimar la gravedad del Genocidio de Ruanda [6].

«L´implication de la France dans le génocide des Tutsi du Rwanda est si avérée que l´on sent parfois chez certaines autorités de l´Hexagone comme une tentation de passer aux aveux»

«Es tal la evidencia de la implicación de Francia en el Genocidio Tutsi en Ruanda que parece como si ciertas autoridades del Hexágono se sintiesen tentadas a confesar».

«Pour se tirer d´affaire, on essaie d´accréditer l´idée que le Rwanda n´était, tout bien considéré, qu´un génocide africain de plus et qu´on aurait tort d´en faire une grosse histoire.»

«Para evitar el problema, si se considera que Ruanda no fue más que otro genocidio africano, no se le debería dar mayor importancia».

Ambos reconocen que tanto la expiación como los lamentos públicos no se corresponden con la visión de Sarkozy.
Boubacar Boris Diop señala:

» On n’attendait certes pas de Nicolas Sarkozy qu’il regrette publiquement l´implication de son pays – qui ne fait plus l’ombre d’un doute – dans le génocide des Tutsi du Rwanda»

«No se esperaría una disculpa de Nicolás Sarkozy por la participación indiscutible de su país en el Genocidio Tutsi en Ruanda».

Pero de acuerdo com Achille Mbembe :

«Nicolas Sarkozy a en outre cru devoir inviter son auditoire à distinguer entre les “bons” et les “mauvais” colonisateurs. Admettrait-il qu´un Allemand applique la même grille de lecture à l´histoire de son pays?»

«Nicolás Sarkozy se ha visto en la necesidad de invitar a su público a diferenciar a los «buenos» de los «malos» colonizadores. ¿Permitiría Sarkozy a un alemán el uso de esta misma lógica en su país?»

Entre los comentarios, R.G. pregunta:

«L’Allemand Willy Brandt s’est agenouillé à Varsovie, au nom du peuple allemand, en repentance pour les crimes nazis. Quel premier ministre de Grande-Bretagne ira s’agenouiller un jour à Lagos, Freetown, New Delhi, etc., au nom du peuple anglais, en repentance pour les crimes de la colonisation ?»

«Willy Brandt, el alemán que se arrodilló en Varsovia, en el nombre del pueblo alemán, como muestra de arrepentimiento por los crímenes del nazismo. ¿Qué Primer Ministro en Gran Bretaña se arrodillará algún día en Lagos, Freetown, Nueva Delhi, etc… en el nombre del pueblo británico, arrepentido por los crímenes del colonialismo?»

El veredicto de Boubacar Boris Diop es duro, pero también da las gracias a Nicolás Sarkozy:

«Il ne tardera pas à s´en rendre compte : les Africains et les Nègres de la diaspora ne le lui pardonneront jamais. La bonne vieille langue de bois aurait mieux servi les intérêts de son pays. Elle lui aurait en outre évité ces effets oratoires si empruntés qu´ils en étaient parfois un peu pathétiques. A l´arrivée on a presque envie de remercier Nicolas Sarkozy d´être venu nous apporter, bien malgré lui, la bonne nouvelle : en Françafrique, depuis le 16 mai 2007, le Roi est nul.»

«Sarkozy pronto será consciente: Los africanos y los negros de la diáspora nunca le perdonarán. El antiguo doble rasero habría servido mejor a los intereses de su país. Habría evitado las torpes, por no decir patéticas consecuencias de su retórica. Al final, incluso debemos agradecer a Nicolás Sarkozy por habernos traído, a pesar de todo, buenas noticias: en Françafrique, desde el 16 de mayo del 2007, el Rey es un imbécil».

Achille Mbembe coloca el destino de África categóricamente en manos de los africanos y desestima a Francia.

«Aujourd’hui, y compris parmi les Africains francophones dont la servilité à l’égard de la France est particulièrement accusée et qui sont séduits par les sirènes du nativisme et de la condition victimaire, beaucoup d’esprits savent pertinemment que le sort du continent, ou encore son avenir, ne dépend pas de la France. Après un demi-siècle de décolonisation formelle, les jeunes générations ont appris que de la France, tout comme des autres puissances mondiales, il ne faut pas attendre grand-chose. Les Africains se sauveront eux-mêmes ou ils périront.»

«Hoy día, entre los africanos francófonos cuyo servilismo hacia Francia está particularmente marcado y quienes son seducidos por las sirenas del nativismo y la victimización, muchos, acertadamente, entienden que tanto el destino del continente como su futuro no dependen de Francia. Tras medio siglo de descolonización formal, nuevas generaciones han aprendido que de Francia, como de otras potencias, no se debe esperar demasiado. Los africanos se salvarán a sí mismos o perecerán».

«Pour l’heure, et s’agissant de l’Afrique, il manque tout simplement à la France le crédit moral qui lui permettrait de parler avec certitude et autorité.»

Por ahora, Francia simplemente no dispone de la credibilidad moral que le permita hablar de África con certeza y autoridad».