Los Ashaninkas son el grupo indígena más grande en la Amazonia Peruana y, a diferencia de la mayoría de los moradores originales de Sudamérica, su identidad cultural está casi completamente preservada. Aparte de estar entre las naciones nativas del continente conectadas con el uso tradicional del Ayahuasca, los Ashaninkas son especialmente conocidos por el uso de hermosas togas de algodón, o cushmas, que son tejidas por las mujeres Ashaninka para los hombres de su tribu. Las cushmas son la posesión más preciada de los Ashaninka y hay una antigua tradición de dar e intercambiar cushmas y ropa con nyomparis (o socios comerciales) que vinculaban lejanas aldeas Ashaninka en ciclos de reuniones, colaboración y recursos compartidos.

Según relatos de principio del siglo pasado, algunos grupos Ashaninka escaparon de los “caucheros” peruanos [explotadores de caucho] y actualmente unos cuantos centenares viven en el lado brasilero de la frontera. Hay historias acerca de la valentía de hábiles guerreros que expulsaron a los salvajes Amahuakas de las áreas del río Amonia en el Alto Juruá. Estos grupos lograron la propiedad de la tierra en los 90, luego de muchas décadas de lucha contra las sucesivas olas de colonización y hoy en día se esfuerzan por embarcarse en actividades que puedan ayudarlos a comunicarse con el mundo y, mejor aún, defender su tierra y su cultura de los enemigos actuales.

Mapa amplificado

Ha pasado un mes desde que el blog de la Sociedad Ashaninka del Río Amônia (Apiwtxa), ha estado denunciando que trabajadores de la compañía peruana Venao Forestal han cruzado ilegalmente hasta Brasil y estaban talando árboles de caoba y cedros. En una expedición reciente para supervisar la frontera, los Ashaninkas brasileros fueron recibidos con amenazas de muerte de parte de los maestros de obra de la compañía peruana, lo que inició preocupaciones acerca de la posibilidad de choques violentos en la región. El poder de Internet y los blogs, para expresar e interconectar, ha sido descubierto recientemente por algunos de los jóvenes líderes de estas comunidades y esto está haciendo la diferencia en las luchas actuales a las que se enfrenta ésta gente:

Tengo un amigo, a quien veo como una especie de Guardián, un Guardián de la frontera. Él vive en el Alto Juruá, en la comunidad de Apiwtxa, y es de los Ashaninka. Su nombre es Benki Piyãko. Hace algunos días recibí un e-mail suyo reportando acerca de un caso no detallado, pero que lo ha agitado. A aquellos que no siguen los eventos recientes de la frontera Brasil-Perú, compañías madereras peruanas continúan invadiendo nuestros bosques. Un cordón de seguridad está avanzando. El territorio indígena de Benki y su gente han sido victimizados por años y la triste noticia es que la invasión ha alcanzado la Reserva del Alto Juruá en sus fronteras Oeste y Sur (ver post Invasión en la Frontera). Bueno, hubo una acción de Ibama [Ministro del Ambiente] junto con el Ejército en la frontera y algunos implicados fueron llevados a prisión. Todo el trabajo sucio de las compañías peruanas incluyen alianzas sospechosas (¿en qué términos?) con indígenas de la región. Hay cosas como compañías madereras apoyando planes de control de comunidades indígenas, quienes al final les venderán la madera. Uno de los tenientes del Ejército le dijo a Benki que un residente de la reserva, que había guiado la expedición, estaba recibiendo amenazas de muerte de “indios peruanos”, quienes podrían irlo a buscar a su propia casa. El caso no ha desencadenado en situaciones más serias, pero ha alertado al Guardián. “Como líder de la comunidad Apiwtxa, lo veo como una sucia estrategia de la compañía Venao de manipular a nuestros hermanos indígenas para generar conflicto con nuestro país brasilero, amenazando a personas y comunidades”.
Guardião – A Flora

Lo que hace notable este caso, sin embargo, es que Forestal Venao ha sido certificada FSC por SmartWood, que otorgó el certificado en Abril de 2007 luego de una evaluación de Septiembre a Octubre de 2006. De acuerdo a OlyEcology, “Forestal Venao es tristemente célebre en Ucayali, Perú, por su indiferencia a las leyes, a los indígenas y al ecosistema de la selva lluviosa. Ellos han construido una vía maderera ilegal, no permitida por el estado, desde las orillas del Ucayali hasta la cuenca del Juruá en la frontera brasilera. Este no es un pequeño camino de tránsito, sino una red de vías cuya arteria principal se extiende por más de 120 kilómetros”.

El blog de la Sociedad Ashaninka del Río Amônia (Apiwtxa) ha sido el instrumento para anunciar que el grupo “tomaría acciones inmediatas para detener el avance de esta explotación” y la intención de “apelar a cortes internacionales para proteger la soberanía brasilera, su territorio, las áreas de preservación y la biodiversidad aún existente en la región”. Es importante seguir lo que se hará en un sistema de certificación, que declare que una compañía merece el veto:

Desde nuestro lado, exigimos ser consultados esta vez, que fue algo que no pasó antes que SmartWood / Rainforest Alliance certificaran a Forestal Venao en Abril de este año. Esperamos que tan pronto como obtengamos la confirmación de sus actividades ilegales en territorio brasilero, así como en Perú, la cerficación sea inmediatamente cancelada, de acuerdo al compromiso de la Alliance.
Forestal Venao investigada no Peru e no Brasil – Apiwtxa

Los Ashaninka están tan ligados a la selva que ven su propia vestimenta como una semejanza de las plantas cubriendo la tierra. El joven líder Ashaninka, Benki Piyãko, usa activamente las últimas herramientas de internet para llegar al mundo, dándole una voz global a la selva y la sabiduría de su gente, como lo certifica el siguiente elocuente mensaje.

Imágenes: Incabocla

Escrito por Jose Murilo Junior.