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Marruecos: Una mirada hacia adentro, una mirada hacia afuera

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Arabia Saudita, Baréin, Egipto, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez, Derechos humanos, Etnicidad y raza, Migración e inmigración, Mujer y género, Relaciones internacionales

Esta semana, un post de Adilsky en A moro in America [1], considerado inflamatorio por muchos, desencadenó una discusión entre bloggers dentro y fuera del blogoma (Blogósfera Marroquí). El post [1], escrito en árabe y traducido por Global Voices [2], discutía la forma en que se rebaja a las marroquíes en el Golfo, considerándolas como prostitutas y caza-fortunas. De la traducción:

Al Arabiya TV está lanzando una guerra contra la sociedad marroquí y especialmente sus mujeres. Aparentemente el canal, el cual se emite desde Dubai y está patrocinado por el dinero Saudí, depende en sus reportes sobre Marruecos, de alimentar las concepciones preconcebidas en la imaginación de los árabes del Golfo. En dichos reportes, las marroquíes son presentadas como mujeres indulgentes, inmersas en la lujuria, los placeres sexuales y los rituales mágicos encaminados a robar tanto la mente como el dinero de los hombres árabes del Golfo. De cualquier modo no se puede negar que el desempleo, la pobreza y el materialismo han llevado a muchas chicas a la prostitución como solución, bien para ganar dinero o por ingenuidad, mezclada con algo de codicia, para obtener un esposo adinerado y conseguir un mejor futuro.

Xoussef [3], también marroquí, está de acuerdo en que Marruecos está siendo tratado injustamente por muchos del Golfo, y defiende a su país diciendo:

Está bien: Parte de ello es cierto. No somos ángeles pero tenemos muchos problemas. Tal vez seamos corruptos de acuerdo con sus estándares, pero no mucho más que otros. Simplemente no tratamos de esconder las cosas, ya no tratamos de parecer perfectos.

Marruecos es el único país de la región con libertad periodística (Además del Líbano, tal vez. Creo que ellos pasaron por eso hace años). Si un periodista tratara de hacer lo mismo en Egipto, Túnez o Siria, habría sido demandado rápidamente por «deslucir la imagen del país» o algo equivalente, habría sido enviado a la cárcel o deportado. En países más abiertos, podría haber encontrado problemas para seguir trabajando. En Marruecos, usted puede decir lo que quiera, las historias más sórdidas, y nadie lo culpará «oficialmente» en tanto se mantenga dentro de los límites. Tenemos la libertad de hablar de nuestros problemas, fuerte y claro, y eso es bueno. Si eso les hace pensar que estamos infectados de SIDA o que somos pedófilos, prostitutas y demás, entonces está bien en tanto se nos permita lidiar con estos problemas. Es saludable hablar de nuestros problemas porque así es como podemos solucionarlos; ocultarlos no los hará desaparecer. Esto es algo nuevo, así que tenemos que sobrellevar los efectos colaterales de esta «libertad». Más tarde o más temprano, se cansarán de nosotros y encontrarán otra presa, en tanto no sea del Golfo, por supuesto. Tal vez el próximo sea Pakistán.

Bill Day [4], (un americano que escribe sobre Marruecos) hace el siguiente comentario:

No siendo musulmán ni árabe, mi opinión puede no ser muy relevante en este contexto, pero encuentro que la sinceridad, tolerancia y cosmopolitismo marroquíes son mucho más atractivos que el estéril puristanismo Saudí. Marruecos no será rico en petróleo, pero es rico en cultura.

Myrtus también está frustrado debido al trato que se da a los Marroquíes:

Ultimamente parece que los marroquíes como nación, están experimentando un sentido de sí mismos cada vez más disminuido, y para ser sinceros me siento un poco molesto debido a los constantes ataques que les llegan de todas las direcciones. Así que me pregunto qué está pasando y qué puede hacerse para reforzar su auto-estima.

Portada de TelQuel

El texto que acompaña a la imagen, portada del ejemplar de Mayo de 2007, de la revista marroquí TelQuel [5], dice:

Habiendo viajado al Golfo como peluqueras o anfitrionas, miles de mujeres marroquíes son secuestradas, golpeadas y obligadas a prostituirse. Buscando un escape, algunas son encarceladas e incluso, Asesinadas! Y Marruecos mantiene silencio, en nombre de las «consideraciones diplomáticas». Es tiempo de romper este escandaloso código de silencio.

Por supuesto, existen dos versiones de la misma historia, y lo que hizo tan inflamatorio al post original no fue su defensa de las mujeres marroquíes ni su frustración ante el tratamiento que se les daba, sino los insultos proferidos contra las personas del Golfo. Silly Bahraini Girl [6] se sintió ofendida por las palabras de Adilsky:

Como mujer, me hieren las generalizaciones de Adilsky. Como mujer educada del Golfo, no me sorprende, porque a a lo largo de mi carrera y en mis viajes, me he encontrado con especímenes de esa clase tantas veces, que se que el racismo no tiene fronteras y que nada es sagrado.

Qwaider [7] comentando en el blog de Silly Bahraini Girl dice:

Entiendo su punto según el cual el problema no radica en que los hombres compren la mercancía. Después de todo la oferta esta allí. Pero el hecho es, que como en cualquier negocio, si no hay demanda no hay oferta. Y la demanda (y por tanto, el poder de compra) está en el Golfo.

Un problema más importante es el de las maravillosas mujeres del Golfo, que terminan casándose con uno de estos tipos luego de que él ha adquirido un millón de ETS, y toda su decencia y virtud no les evitará contagiarse de lo que él obtuvo.

Un comentario final de Xoussef, también hecho en el blog de Silly Bahraini Girl, muestra que los dos lados bien pueden ser igualmente responsables:

Estoy completamente de acuerdo con usted, pero también entiendo la indignación de él. Duele mucho ser tratado así, de modo que presenta la misma reacción epidérmica y superficial que usted esperaría de las dos partes. Simplemente observe su reacción ante un sólo post e imagine cómo sería si fuera sistemático.

De otro lado, en tanto estemos hablando de adultos que dan su consentimiento, creo que deberían de ser libres de hacer lo que quisieran en privado. Pero si culpa a las mujeres marroquíes en los estados del Golfo, por ser prostitutas o por buscar esposos ricos, también debería culpar a los Khaleeji (hombres del Golfo) que están dispuestos a pagar por el sexo, y a tomar una segunda y tercera esposas. No existe oferta sin demanda.

Crédito de la Imagen: Revista TelQuel [5]

Escrito por: Jillian York [8].