La otra cara de la moneda: Blogs en inglés de Burkina Faso

Tal y como apuntaba el mes pasado la periodista burkinesa Rasmata Some, «En Burkina Faso bloguear es más que un pasatiempo. Es los ojos y oídos de miles de usuarios de la red».

Estaba escribiendo sobre los blogs en francés de esta ex colonia francesa, un país conocido por la extraña hegemonía política de un gobernante que recientemente celebró veinte años en el poder. Para los periodistas y ciudadanos burkineses, dice, la blogósfera es un lugar donde informar libremente y discutir temas que el gobierno preferiría mantener ocultos.

Para la creciente lista de blogueros en inglés en Burkina Faso, bloguear también es más que un pasatiempo. Los blogueros en ingles de Burkina Faso hacen referencias de pasada a temas políticos referentes a Burkina Faso, como los efectos sobre los granjeros de Burkina de los subsidios estadounidenses al algodón o el aniversario de la muerte de Tomas Sankara. Como los emigrantes de cualquier lugar, los bloggers angloparlantes de Burkina hacen de su plataforma una forma de describir este país al borde de fascinantes cambios culturales.

Ciertamente, los bloggers angloparlantes pueden provenir de bagajes únicos -misioneros, estudiantes de cursos superiores, mujeres de negocios, periodistas freelance- pero lo que les une es que todos han pasado más de unos años en Burkina Faso. Lo que les falta en número lo suplen con la profundidad de su conocimiento.

El decano de los bloggers en inglés de Burkina Faso es Keith Smith, un misionero que ha vivido entre los Fulani desde 1992, haciendo una base en Gorom-Gorom, al Norte de Burkina Faso. Su blog, Under the Acacias, aúna sucesos actuales, un profundo conocimiento local y curiosidad, con una compasión bien definida.

He aquí un vistazo a un artículo típico de Under the Acacias:

En el período después del 11-S, las camisetas [de Osama Bin Laden] se veían por doquier, se llevaban puestas en Gorom-Gorom y se vendían en el mercado, con Bin Laden en varias poses heroicas. Como el chico que conocí, mucha gente que no tiene idea de quién es Bin Laden, y que ciertamente no apoyaría su causa estaban trotando por Gorom con su faz adornando sus pechos. Si no tienes dinero para comprarte ropa nueva y alguien te ofrece una camiseta gratis, ¿qué dirías?…

Sólo puedo imaginar que alguien con mucho dinero las había hecho y enviado, y luego las había distribuido o vendido muy baratas allí mediante la red de Musulmanes Wahhabíes. Ésta es la secta islámica a la que pertenece Bin Laden. Por supuesto eso no implica que los wahhabíes de Gorom apoyen a Bin Laden, como tampoco que si una iglesia de Gorom recibiera para distribuirlas camisetas de David Beckham tendría que verse como hincha del fútbol inglés.

Los wahhabíes son una secta suní, un grupo más conservador y proselitista que otras sectas musulmanas de Gorom. (Tenemos cuatro en total: los tijaníes, los ahmadíes, y los qadiríes). Sin embargo, los wahhabíes de Gorom son por lo general pacíficos -ciertamente ni extremistas ni terroristas. Pero son claramente recién llegados en Gorom -en los últimos diez años- y su forma particular de [sentir el] Islam (vestidos tradicionales, rechazo del uso de amuleto, modo de rezar, etc.), los ha situado aparte y causado algunas tensiones -incluso disputas- con las otras sectas.

No son ricos, pero obtienen dinero de algún sitio -por ejemplo, para construir su mezquita (otro motivo de disputa con los otros musulmanes, que se quejan que sólo debería haber una «mezquita del viernes» en el pueblo). Quizás la misma fuente proporcionó las camisetas de Bin Laden. Quizás tenían un excedente -después de todo, los musulmanes wahhabíes no suelen vestir camisetas…

Beth se autodescribe como una madre de cuatro niños que ha pasado los últimos nueve años en Burkina Faso.Como apunta el título BurkinaMom’s Life in Africa, el blog de Beth está repleto de historias sobre la vida en familia (una de las entradas se titula «Mocosos engreídos inmigrantes en Ouaga»), sus tratos para lanzar una ONG y, ocasionalmente, los sucesos cotidianos que se cuelan en los aspectos personal y profesional de su vida. Su escritura está imbuida de un mordaz sentido del humor y la humildad de encarar los intentos de mantener junta a una familia en un país difícil.

Sus notas se conocen también por la perspectiva única que brindan, especialmente cuando intenta explicar varios temas culturales a sus lectores. Aunque cubre tópicos importantes, Beth no suscribe la afirmación de que su blog es «serio». «Habitualmente no soy tan política en mi blog», escribió en una pieza. «No quiero recibir correos de raritos y escribir sobre política es la mejor forma de que eso suceda».

Su escritura funciona mejor cuando mezcla lo serio y lo extrañamente cómico con intentos de tranquilidad doméstica. He aquí parte de una descripción actual de lo que tuvo lugar durante un inexplicable tiroteo que estalló entre el ejército de Burkina y fuerzas policiales en diciembre de 2006, en el que lo peor de la lucha tuvo lugar a unas seis cuadras de su casa.

Probablemente me aventuraré, pese a avisos en sentido contrario. Tengo [trabajo] del que ocuparme. Si veo algo interesante, estaré segura y postearé de nuevo hoy. Y si me da una bala, haré que JP lo haga por mí.

En una nota más feliz, ¡hoy Severin hace 11 años! Sus abuelos le enviaron un conjunto de Lego Star Wars que debe de costar unos cien dólares y tener cuatro mil millones de piezas. Seguramente lo habrá ensamblado en menos de una hora.

La hija de Beth, Valentine, también se ha unido a la blogósfera. Es estudiante de instituto y escribe My So-Called Life in Africa. No lo actualiza muy a menudo pero Valentina también nos regala con la descripción y narración de la vida en Burkina. Muchos artículos varían entre la vida de una adolescente estadounidense que va a un colegio francés (una nota se titula «Los vampiros se comieron mi agenda») y Ouagadougou vista a través de los ojos de una extranjera muy perceptiva.

He aquí una buena muestra de su estilo escribiendo:

Ayer cuando venía a casa desde la escuela en autobús mi amiga Nadège apuntó al final de la calle donde estábamos. El cielo estaba oscuro y parecía sucio, entonces vimos unas enormes nubes de polvo en nuestro camino. Giramos a la izquierda fuera de la carretera justo hacia una sucia – ¡gran error! Cerramos todas las ventanas justo cuando se alzaba el viento. ¡Enormes olas de arena del Desierto del Sáhara habían venido por nuestra ruta! A duras penas podíamos ver a cien metros de nosotras! Podíamos oír los granos de arena golpear el autobús. Empezó a llover ligeramente, lo cual calmó la tormenta de arena, aunque no por mucho.

Nadège tiene que andar quince minutos para llegar a su casa desde la parada del autobús. Mientras llegábamos por la carretera hasta mi paradero, lo lamentamos por la gente en bicicleta y las mujeres que trataban de salvar sus elaborados peinados. Abrí la puerta del autobús y ¡una ola de arena se abalanzó sobre mí! Arañó mi piel y me entró en los ojos. Corrí a nuestro coche y salté dentro, cubierta de arena. ¡No había habido nunca una tormenta de arena peor que ésta!

Hoy averigüé que después de salir yo el conductor llevó a Nadège justo hasta la puerta de su casa- Afortunada ella.

Stephen Davies ha pasado los últimos cuatro años en Burkina Faso. Trabaja en la misma misión que Keith, pero reside en otra ciudad del Norte de Burkina, Djibo.

Stephen es un autor publicado, que escribe libros para niños, artículos de periódico, piezas de viajes. (Según me apuntó recientemente Keith, uno de los libros de Stephe, The Yellow Cake Conspiracy, fue escrito como pura ficción, pero ahora está sucediendo realmente en Níger).

El blog de Stephen, Voice in the Desert, parece una combinación de sus diversos proyectos de escritura. Como otros inmigrantes, Stephen imbuye de mucho colorido y conocimiento local a su escritura – junto con un irónico sentido del humor. Puede enfocarse intensamente en temas locales – o, más bien, asuntos de juzgados- o puede analizar cuánto afectan a Burkina Faso los acontecimientos internacionales. Lo que distingue al blog de Stephen, Voice in the Desert, es que las notas de Stephen tienen a menudo un fino estilo literario, como si estuvieras leyendo una historia corta o un ensayo bien elaborado.

Como esta pieza que escribió sobre el censo de Burkina Faso:

Samba Normé y Idrissa Cisse vinieron esta tarde y discutieron mutuamente. Samba Normé es un hombre fulani que araña la vida en el monte vendiendo madera y escabulléndose de los guardabosques. Idrissa Cisse es un habitante de la ciudad, que actualmente trabaja puerta a puerta como encuestador para el censo nacional. Nos sentamos fuera en mi patio con una estufa de carbón vegetal.

Samba comenzó el debate. Bajó su vaso de té (tradicionalmente ‘amargo como la muerte’) y se volvió hacia Idi: ‘Onon yimbe resonsmon mbooda’, declaró. ‘Vosotros, la gente del censo, sois el diablo’. Idrissa pareció herido. ¿Por qué dices eso?’

‘Venís y nos cansais con cientos de preguntas y no nos dais nada a cambio. Nos preguntais montones de cuestiones maleducadas como cuántas vacas y cabras y ovejas tenemos en nuestras manadas. Y nos preguntais si tenemos un teléfono móvil cuando podeis ver perfectamente que no tenemos ni cordones para los zapatos’.

El encuestador del censo sacudió la cabeza. ‘Vosotros la gente del monte sois los que nos cansais a nosotros’, dijo. ‘Mentís acerca de todo. Mentís incluso acerca de cuántos hijos teneis, porque creeis que si los demonios del desierto os oyen podrían venir y robaros uno’.

‘Yo dije la verdad sobre mis hijos’, dijo Samba con arrogancia. ‘¿Y qué hay del empleo?’, dijo Idrissa. ‘¿Le dijiste a tu encuestador del censo lo que haces para vivir?’.

‘¿Y tener a los guardabosques tocando a mi puerta en medio de la noche? Por supuesto que no lo hice. Dije cultivador. Todo el mundo sabe que a los cultivadores se les deja en paz’.

‘¡Ajá!’, gritó Idrissa. ‘¡Mentirosos todos vosotros! Burayma Gorel de Jawjaw me dijo que le anotase dos vacas, y cuando tuve que dejarle, sus vacas llegaron. Conté treinta y cinco’.

‘¡Eso es porque Burayma Gorel sabe qué tipo de gente sois! Vendreis el año que viene y anunciareis que el gobierno está introduciendo un impuesto bovino especial: mil francos por vaca’.

‘Nosotros somos censadores’, dijo Idrissa. ‘Podeis confiar en nosotros’.

‘Ah, ¿sí? Samba meneó el dedo índice frente a la nariz del censador. ‘Obviamente no oíste hablar de Al Haji Abdulsalam’.

‘¿Qué pasa con él?’

‘Su censador le pidió que diese tres ejemplos de lo que le dice a su esposa cuando hacen el amor por la noche’.

La diversión y la solemnidad profesional se persiguieron mutuamente por la cara de Idrissa. ‘No debió preguntar eso’, dijo finalmente. ‘No está en el cuestionario’.

Samba cogió el segundo vaso de té (tradicionalmente ‘dulce como el amor’) y se lo bebió en tres indignantes sorbos. ‘De todos modos’, dijo, ‘no importa lo que pregunteis, ¿no? Cuando volveis a casa por la tarde maquillais todos los resultados’.

Esperaba que Idrissa negase ardientemente esa afirmación, pero no lo hizo. Vació su vaso y se encogió de hombros. ‘¿Has visto qué largos son esos cuestionarios? Si rellenáramos uno por cada familia del monte estaríamos aún haciendo el censo de cuando Isa llama a Muusa (argot fulani para ‘un largo tiempo’).

‘Así que Samba dice la verdad’, dije. ‘Falseais los resultados’.

‘No todos. Cada día hacemos los tres o cuatro primeros de la forma apropiada, después para el resto simplemente escribimos el nombre del cabeza de familia y si parece rico, o pobre, o muy pobre. Podemos arreglarlo más tarde’.

Durante un buen rato ninguno habla. La tetera sisea en su estufa de carbón vegetal. Finalmente habla Idrissa: ‘No se lo vas a contar a nadie, ¿verdad?’

La esposa de Stephen, Charlie Davies, ha empezado también recientemente a bloguear bajo el título Blooming Desert.

Finalmente, mi blog Africa Flak, intenta mantenerse al día con varios acontecimientos actuales que afectan a Burkina y el resto del África Occidental mientras da a los lectores un sentido del contexto (y ligereza) que a menudo no se encuentra en la prensa internacional. Soy un periodista por mi cuenta que ha pasado los últimos años en Ouagadougou intentando encontrar un hogar para mi periodismo narrativo en buikinabé.

En Burkina Faso también hay un gran número de blogs de los voluntarios de los Cuerpos de Paz, jóvenes estadounidenses que pasan unos cuantos años fuera en el campo viviendo en aldeas y pueblos pequeños. Trataré de cubrir algunos de esos blogs en mi próxima nota.

Escrito por John Liebhardt.

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