Kazajistán es un país de contrastes, sin exageración: la apremiante pobreza es vecina de la arrogante riqueza, el crecimiento económico está acompañado por la disminución del ámbito social, y la tolerancia colinda con la discriminación. Tal es el conjunto de temas en la mira de la blogósfera kazaja esta semana.

Eilide, una blogger que vive en Armenia pero mira de cerca los avances en Kazajistán, se pregunta si todo es realmente tan bueno en Kazajistán como algunos de los expertos de su país describen:

«Alaban el avance institucional, el mercado de valores y el área financiera en su conjunto. Una buena imagen de un país rico y próspero. Pero hay crisis en el sector bancario, el mercado de valores todavía es débil y muchos fondos de pensiones muestran baja rentabilidad. ¿O me falta algo?», pregunta.

A pesar que los sectores financiero y bancario demuestran sostenibilidad visible en comparación con otros países de la Comunidad de Estados Independientes, la expansión del estado plantea serias preocupaciones en los observadores, especialmente tras las enmiendas legislativas sobre el subsuelo introducidas el año pasado, que le da al gobierno el excepcional derecho de cancelar unilateralmente contratos con inversionistas extranjeros que trabajan en el área de extracción de recursos naturales.

Tuganbaev, un kazajo que vive en Moscú, actualiza el resultado del escandaloso asunto Kashagan. Recordando, el gobierno kazajo no estaba satisfecho con el desempeño del consorcio de compañías petroleras que deben construir un campo supergigante en Kashgan, en la plataforma del Caspio y amenazó con usar la nueva legislación si sus condiciones no eran cumplidas por la alianza.

«Las conversaciones de medio año de duración terminaron a la larga en favor de Kazajistán. La estatal KMG se convertirá en la mayor participante en el proyecto pues su participación se duplica. El gobierno ahora tendrá 16,81 por ciento, mientras que otros miembros del consorcio han acordado renunciar a su particípación de 18,5 a 16,6 por ciento.»

Strannik-kz dice que después que esta transacción fuera aprobada, la influencia del estado ha aumentado significativamente. Mobil Oil, otro gran participante en la alianza de Kashagan, se opuso a ceder su participación en favor de Kazajistán. Chevron, otra compañía norteamericana que actualmente está tomando parte en la explotación de otros dos enormes depósitos de petróleo y gas llamandos Tengiz y Karachaganak, compartió las preocupaciones de Mobil en la última reunión con funcionarios del gobierno y… se les hizo salir de la habitación debido a «la falta de respeto por la alta dirección de KMG”.

Sin embargo, el estado no es tan duro hacia otro gran inversionista en la industria del carbón – el tristemente célebre Arcelor Mittal. La semana pasada unos 30 mineros fueron sepultados en la mina de carbón. No es el primer incidente, dice dansanat, haciendo notar amargamente que «cuando un hombre muere, es una tragedia. Cuando docenas perecen, son puras estadísticas». Pero el gobierno no logra dar pasos adecuados en la investigación de estos casos. Esta vez, una nueva explosión había matado gente, pero ni a los periodistas ni a los activistas civiles se les permitió acceso al lugar. Mantrov-kz opina que un bloqueo en la información es inadmisible:

«Los periodistas deben cubrir el tema ellos mismos, y no retransmitiendo las palabras de funcionarios. El billonario Mittal está interesado en que la información sea escasa, porque la imagen de su empresa se puede perjudicar. El estado no solamente no es agudo en cuanto a objetividad, porque carga con la responsabilidad de la seguridad de sus ciudadanos. Los medios masivos son la única fuente de información vital para las familias de los mineros, pero está volviendo a ser minuciosamente filtrada».

Además, mientras Astaná (la ciudad capital), Almaty (un capital comercial) y Atyrau (un capital informal petrolero) brillan con lustre y glamour de los petrodólares, las áreas rurales se sofocan en desesperante pobreza. Scaliger cuenta un par de historias de cómo las personas sobreviven en las interminables estepas kazajas sin esperanza de una vida mejor:

«Hablando a propósito, las historias de este tipo no son nuevas para Kazajistán, pero es la primera que sale a la luz pública. Es la única regla que funciona en pueblos distantes y aislados, donde la gente está abandonada a su suerte – la regla de «Perro come perro».