Brasil: Prohibición de último minuto a carro alegórico sobre el Holocausto

Poco antes del inicio oficial del Carnaval, uno de los carros alegóricos de la escuela de samba Unidos do Viradouro fue prohibido de participar, luego que un grupo de judíos se manifestara en su contra por mostrar un pila de muertos víctimas del Holocausto Nazi. La Federación Israelita de Río de Janeiro interpuso una demanda y un juzgado emitió un mandato prohibiendo que el carro alegórico participara en el desfile.

Si la escuela decide ignorar el mandato y seguir con el desfile con los cadáveres, podría enfrentar multas de $113,000 así como de $28,000 por cada bailarín vestido como Hitler. El tema de Viradouro para este año es «Te vuelve loco» y el carro alegórico controvertido estaría entre otros que darían escalofríos: nacimiento, horror y frío, en total ocho sensaciones que esperaban conseguir un escalofrío colectivo.

Al conocer la noticia, Rachel Glickhouse, una norteamericana que vive en Río, estuvo más triste que ofendida, porque pudo ver más ignorancia que malicia en la elección de tal tema:

He aquí el problema: la ignorancia. El Carnaval es una época en que Brasil se pone de cabeza: ricos y pobres se igualan, lo que es normal deja de serlo, y la locura y lo prohibido y la sensualidad y la inhibición se vuelven las piezas centrales del festival. Pero dado que la gente en Viradouto no tiene idea de la gravedad del Holocausto, para ellos era simplemente otra cosa «de cabeza» durante el Carnaval. El Carnaval no es una época para tomar las cosas en serio, sino más bien para darle un vuelco a lo normal para disfrutar de un rato de absoluto ridículo que ocurre solamente una vez al año. (…) Dudo que una escuela de samba prepararía un carro alegórico representando a los «desaparecidos» y torturados durante la dictadura, o de esclavos siendo golpeados por un amo. Simplemente, el Holocausto está fuera del marco de referencia de estos tipos. La mayoría de ellos proceden de favelas y viven en un mundo completamente diferente del que la mayoría de nosotros conoce.

Sin embargo, los bloggers brasileños están divididos. Para algunos la prohibición es correcta y apropiada, y el carro es la visión trivial de una tragedia histórica. Otros piensan que todo debe ser permitido en el Carnaval, y otros llamaron censura a esta prohibición. Alex Castro estuvo entre el segundo grupo:

Díganme rápido: ¿qué es peor? ¿Alguien que se propone hacer un carro alegórico acerca del Holocausto (incluyendo judíos muertos y un Hitler bailando sobre ellos) o una jueza que piensa que tiene el derecho de prohibir tal barbaridad? (…). Lo peor acerca de la censura es que reprime los derechos del público de tener su propia opinión. En principio, creo que la idea de un carro alegórico acerca del Holocausto fue más bien de mal gusto, pero ahora gracias a la censura judicial promovida por la Federación Israelí, nunca seré capaz de dar mi opinión, nunca sabré cómo hubiera sido tal barbaridad. Si, creo que este carro alegórico podría herir los sentimientos de algunos que perdieron a su padre en el Holocausto, pero ésta es una de las desventajas de vivir en una sociedad libre. Las ventajas son mayores, créanme. El derecho del público de tener acceso a material gráfico, incluso los de un gusto terriblemente malo, debería tener preferencia sobre los derechos de los ofendidos – excepto en los casos de calumnia, difamación o injuria.

Mientras tanto, Christiano Bianco defiende la idea, y la considera una justa protesta contra el Holocausto.

No seamos hipócritas. Napoleón, los emperadores romanos y tantos otros tiranos sedientos de sangre son recordados en los temas de las escuelas de samba desde que se creó el Carnaval. ¿Por qué es que solamente Hitler no puede aparecer? La iniciativa de Paulo Barros [el diseñador principal] debió haber sido vista como una protesta contra las desgracias del Holocausto y no como burla y trivialización.

En tanto, Ana Paula Freitas no encuentra ningún sentido a la elección del tema de Viradouro:

Simplemente no puedo entender cómo así una escuela de samba encuentra bien rendir ‘homenaje’ al Holocausto y pone en un carro alegórico un montón de cuerpos y alguien vestido como Hitler bailando samba encima de ellos. Quiero decir, bailando samba. Perdonen mi falta de sentido del humor para las bromas, en serio.

Gilberto Fontes cree que el Carnaval no es el foro más apropiado para tratar el tema, especialmente cuando todavía ocurren hechos parecidos al Holocausto en el mundo:

El tema «Te vuelve loco» no necesitaba ser tan directo. El Holocausto es un hecho, es historia que se repite en el siglo veintiuno cuando hay todavía genocidio en Darfur, Sudán, donde en el 2003 cerca de 400 mil personas fueron asesinadas por la milicia janjawid, apoyada por el gobierno sudanés en diputas que ponen a la población musulmana del país árabe contra la región de musulmanes no árabes sobre tierra y temas de distribución de recursos. El carnaval no es el foro adecuado para tratar este tema. Ni éste ni ningún otro tema o controversia. El festival es para los penachos de plumas, pompones y el brillo. Puede usarse como plataforma para la crítica, pero también está ahí para los sueños y las ilusiones.

Ricardo Pinto coincide con él y hace una comparación con lo que sería la trivialización de actos terroristas si fueran mostrados en el mismo tipo y lugar de desfile:

Sería casi como si, por ejemplo, una escuela de samba decidiera el desfile de un carro alegórico con los escombros del World Trade Center, y encima de eso la clase de cosas que hubo ahí, como laptops, piernas rotas y cabezas humanas con una efigie de bin Laden en el fondo.

De igual manera, Fernando Rizzolo cree que es importante recordar el Holocausto, pero que debe ser hecho de una manera diferente:

El Holocausto debe ser recordado con la visión de libertad, pero no con la liberalidad del carnaval, una fiesta alegre, bonita, en fin, un brote que deja sin aliento en donde no hay espacio para la tristeza.

El Carnaval de Río empieza este domingo 3 de febrero. Los momentos más destacados de la celebración son 12 desfiles separados de 80 minutos cada uno por parte de escuelas de samba de los barrios pobres de la ciudad durante dos noches. Utilizan cientos de tambores y miles de bailarines para competir por ser el campeón. Los temas suelen representar asuntos sociales y políticos y no es la primera vez que las escuelas de samba tienen problemas en el último minuto. En 1989, la Iglesia Católica Romana excluyó carros alegóricos con figuras de Cristo y la Virgen María y la escuela de samba debió cubrirlos o modificarlos.

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