- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

Egipto: Esas personas

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Egipto, Ideas, Juventud, Respuesta humanitaria

El blogger egipcio Ohod [1] escribe acá [2] algunas historias cortas acerca de personas que conoció en su niñez y cómo la vida los cambió cuando crecieron.

Empieza con Akram:

Akram fue el primer ateo. Lo vi en mi vida cuando estuvo en mi mismo salón en la secundaria. Creo que yo tenía unos 12 años en ese tiempo, y que él era casi un año mayor. Lo visité una vez en su casa, donde encontré muchos libros, que eran de su padre, cuya profesión no supe. Me dio una novela escrita por Ehsan Abdel Quddos. En ese tiempo solamente leíamos novelas. Comíamos queso blanco Damyetan, pues él era originario de Damieta [3], y pan.
Una semana más tarde, estábamos en el colegio donde vi una multitud que rodeaba a Akram. Fui a ver qué pasaba, y lo encontré jugando fútbol con otro chico, pero estaba usando el Corán en lugar de una pelota. Los otros estudiantes estaban simplemente mirando y hasta riéndose. Pero yo acababa de regresar de la Tierra del Petróleo (países del Golfo), así que me molesté y terminé mi relación con él. No volví a hablarle hasta que ambos salimos del colegio.
El año pasado supe por un amigo del colegio que Akram se ha dejado crecer la barba hace algunos años y que es miembro activo de un movimiento islámico y que entregó todos los libros de su padre a un amigo cuando su padre murió.

Después nos presenta a una niña llamada Rehab.

Era de Palestina, y usaba la tradicional pañoleta palestina cuando estaba en el colegio. Era tan atractiva y madura, alta como las modelos y no aniñada como mis otras compañeras de colegio. Nunca supe su edad real porque nunca habló conmigo.
Yo oía muchos rumores acerca de su coportamiento erótico, palabras groseras y sus relaciones con muchos muchachos mayores en el colegio. Un día, mientras jugaba fútbol en el patio, la pelota salió rodando. Corrí tras la pelota para atraparla, y cuando regresaba, la vi arrodillada lamiendo a Sadek (un chico del colegio) en sus partes privadas. Fue la primera vez que supe del sexo oral – un chico de 11 años con una pelota de fútbol en la mano y sudando.
Me vieron y ella me lanzó esa mirada que me confundió tanto – su boca seguía mojada y sus labios estaba muy abiertos – corrí hacia el patio y seguí jugando y nunca le dije a nadie lo que había visto.
Muchos años después escuché dos historias sobre ella, y ambas fueron confirmadas por las personas que me las contaron, y ambas tenían el mismo final. La primera fue que ella se volvió casta, se puso el velo islámico (Hijab) y comenzó a sermonear a otras colegialas. Se volvió una de las estudiantes más conocidas por su virtud y su castidad, y un año más tarde salió de Egipto y regresó a su patria en Palestina. Pero la otra historia es que ella nunca dejó su vida desviada e inmoral, y siguió teniendo relaciones con otros chicos y chicas. Su reputación estaba manchada y pasó en la cárcel una noche y después decidió irse de Egipto y regresar con su familia en la Ribera Occidental en Palestina.

Y la historia final es sobre Derendawy.

Cuando escuchaba que Mozart había sido un genio, nunca me sentí asombrado, porque conocí a un milagro similar en mi niñez. Derendawy era de una elegante familia en Heliópolis. Tocaba seis instrumentos musicales profesionalmente. Tenía la mejor capacidad de analizar la música que yo nunca hubiera visto. No estudiaba música, sino que era autodidacta en notas musicales y armonía, cuando tenía 13 años y no tenía acceso a una computadora o a Internet, solamente con leer unos cuantos libros de la bilbioteca de la embajada norteamericana. Tenía increíbles capacidades para tocar cualquier música que escuchara.
Derendawy fue una víctima del divorcio de sus padres, y a pesar de su vida de lujo tuvo una severa depresión y pasó muchos meses simplemente tocando música solo en un cuarto oscuro. Entonces lo convencí de salir y unirse a nuestros amigos pero no duró mucho tiempo.
Una vez me dijo que había estado enamorado de una chica, a quien yo conocía, y que yo sabía que estaba enamorada de otro.
Y cuando se lo dije, se desesperó más, y hacia los 15 años estaba acostumbrado a fumar continuamente diferentes tipos de droga.
Me lo encontré CUATRO años más tarde, pero su concentración estaba muy distraída, y sus manos temblaban y supe que había dejado de tocar incluso sin necesidad de preguntárselo.
Y la chica de la que estaba enamorado había terminado con su novio después – el mismo a quien Derendawy envidiaba tanto – y se casó con otro gigoló después de unos meses.
Me preguntó por ella cuando nos encontramos después, y le dije que estaba esperando un bebé.

Ohod después comenta sobre estas historias. Y dice:

Me pregunto cómo historias tan simples como éstas pueden cambiar totalmente nuestro mundo.