Adnan Gharabiya, 34, vive en Wadi al-Na’am, una comunidad de beduinos colindante a Ramat Hovav en el sur de Israel. El sitio no está conectado a la red de suministro eléctrico ni tiene agua potable. Mientras trabajaba en su tesis, Gharabiya descubrió que las aplicaciones de mensajería instantánea eran extremadamente populares entre la juventud beduina, los más pobres, el segmento más descuidado de la población israelí. Las chicas encuentran el servicio de mensajería instantánea muy útil, pues les permite sortear las prohibiciones culturales y no ser examinadas por conversar con chicos, o incluso por enamorarse.

Citas y enlaces de una entrevista con Gharabiya debajo:

“La estructura tribal es muy fuerte, y un adolescente hasta los 18 años está casi constantemente rodeado por la tribu y la comunidad,” dice Gharabiya. “Los beduinos están aislados por lo general e incomunicados con el resto de la sociedad israelí, del resto del sector árabe, que mayormente vive en el norte, y de los árabes en otros países. Los salones de chat abren una ventana.”

Internet hizo el mayor cambio en las vidas de las jóvenes. «En la sociedad beduina, hay una estricta separación de los sexos, y un salón de chat es el único sitio donde pueden hablar con miembros del sexo opuesto,” dice Gharabiya. “Es especialmente significativo para las niñas, porque su círculo social es todavía más reducido, y su libertad de movimiento es limitada. No todas pueden dejar la comunidad de sus padres. A diferencia de los chicos, a las chicas no se les permite ir al pueblo después de clases, o visitar a sus amigas. A este respecto, la tecnología es muy importante.”

“En nuestra sociedad, la chica debe ser respetable y actuar recatadamente, porque lo que es importante para una chica en esta sociedad es su reputación,” dijo A., una de las chicas entrevistadas para la investigación. «En la sociedad beduina, está prohibido hablarle a un chico, mandarle cartas o enamorarse… pero en un salón de chat, nadie sabe que estás hablando con chicos. Creen que eres una chica buena, respetable, y eso es lo principal. Le escribes a gente mientras nadie te ve, pero tú y tu comportamiento de la vida real están siempre bajo vigilancia.”

Los salones de chat les permiten sortear costumbres y prohibiciones, y superar los límites estrictos en la sociedad tradicional, sobre todo la separación de los sexos y las severas restricciones impuestas a las mujeres. «Hay mucha libertad en un salón de chat,” dice Gharabiya. “Entre la familia, no es común discutir todos los temas, sobre todo cuando los hijos son adolescentes. En un salón de chat, puedes discutirlo todo, si encuentras alguien que sea receptivo.”