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Líbano: Elecciones presidenciales e intervención extranjera

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El Líbano está ahora en su quinto mes sin presidente. El presidente del parlamento ha pospuesto la fecha de las elecciones por 15 veces hasta ahora. En El Líbano, el Parlamento, compuesto de 128 representantes electos, debe reunirse para elegir al presidente de la república. Esto todavía no ocurre.

El presidente del parlamento ha declarado que el gobierno es inconstitucional y no puede ser presentado en ninguna asamblea parlamentaria. El gobierno, designado por el presidente, como lo estipula la constitución, estaba compuesto por 30 ministros que representaban a la mayor parte de los grupos políticos.

Cinco ministros de la oposición renunciaron hace meses pero sus renuncias todavía no han sido aceptadas oficialmente. Esto, sumado al asesinato del ministro Pierre Gemayel, hizo que el gobierno viera disminuida su representación política original.

El primer ministro se ha rehusado a reconocer los llamados de la oposición para que renuncie, y ha declarado que lo hará solamente cuando se elija a un nuevo presidente. Con la oposición y el gobierno apoyados por fuerzas regionales opositoras e internacionales, ninguna solución parece posible hasta que esos poderes convengan en una solución o un acuerdo.

Las disputas políticas entre los diferentes partidos han llegado a niveles peligrosos al punto que hay un miedo genuino de conflictos civiles entre la gente – especialmente desde que peleas callejeras empiezan constantemente entre partidarios de varios grupos.

Dos bloggers han escrito acerca de la intervención extranjera y la influencia en las elecciones presidenciales:

In the Middle of the East [1] escribe acerca de la visita de Samir Geagea, presidente del Partido Fuerzas Libanesas, a Estados Unidos y nota que él puede ser la nueva opción de la Casa Blanca para presidente libanés:

Samir Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas, de la extrema derecha, condenado por 4 asesinatos incluido el primer ministro libanés y líder cristiano rival Danny Chamoun, cuya familia fue exterminada con él, es un hombre que probablemente tenga en su conciencia más asesinatos y crímenes de guerra que nadie en su país, donde los criminales de guerra no son precisamente escasos. Cuando visitó al equipo de ‘estás con nosotros o con los terroristas’ en la Casa Blanca, fue recibido cálidamente por todos en la sección de Medio Oriente, hasta Rice. El terrorista de algunos parece ser el luchador por la libertad de otros.

[…] Franklin Lamb hace eco de esta visita (aquí en Contragolpe), e insinúa que Geagea podría ser el nuevo favorito de la Casa Blanca para el cargo de presidente.

Jeha’s Nail [2] se preocupa ante la vista de políticos libaneses que salen del país para conseguir apoyo para su ejercicio político por parte de poderes regionales e internacionales. Un apoyo que los haría peones en el juego regional de ajedrez:

Es un espectáculo preocupante ver que nuestros políticos locales viajen por el mundo, corriendo a toda prisa para reunirse con los grandes y los (no tan) buenos del mundo, y obtener su apoyo. La preocupación tiene que ver con la dinámica actual de nuestro país…
En países normales, todo esto de los viajes y visitas se lleva a cabo «en casa». En su afán de lograr la suprema condición de «macho alfa», los políticos tratan con los corredores locales de poder, estrechan unas cuantas manos, convencen a multitudes hambrientas de apoyo frenético, o besuquean unos cuantos bebés poco colaboradores. En El Líbano, los viajes y las visitas se llevan a cabo en el «extramuros». En su búsqueda de lograr la posición suprema de «macho alfa», los políticos libaneses tratan con los corredores regionales de poder, besan unas cuantas manos (o peor), sobornan algunas multitudes hambrientas de apoyo frenético, o muestran unos cuantos bebés muertos.
[…] En ausencia de un efecto estabilizador para el estado, alguien debe pagar para mantener el equilibrio interno de poder del país. Y ya que los zombies de los «partidos internos» son de poco valor económico, los «proles» no pueden pagar el precio de patrocinar tal parasitismo social.
Así que el apoyo solamente puede ser externo, y cada líder debe encontrar patrones para apoyar esta adicción política. Hasta cierto punto, todos nuestros políticos se convierten en peones en el juego de ajedrez regional. Bajo las circunstancias más favorables, pueden tratar de ser oportunistas.