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Camina como egipcio… cásate como egipcio

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Norteamérica, Canadá, Egipto, Activismo digital, Derechos humanos, Libertad de expresión, Migración e inmigración, Mujer y género, Religión

En el 2007, me encontré con el inspirador blog de una chica llamada Ghawayesh [1] que dice que es “una egipcia que vive en Europa pero cuyo corazón se quedó en casa”. Explicó a sus visitantes el significado de Ghawayesh diciendo:

“Ghawayesh significa pulsera. En mi contexto simboliza los puños de mi cultura. No sé si me gustan o si los odio.”

Un post en particular sobre egipcias que se casan con extranjeros captó mi atención.

En su post acerca de Las prostitutas [2], Ghawayesh comienza diciendo:

“Los tiempos están cambiando y muchas familias ‘respetables’ han llegado a aceptar el hecho que sus hijas puedan tomar sus propias elecciones al escoger casarse con quien ellas quieran, si es que ESCOGEN CASARSE, lo que también es una nueva tendencia en Egipto.”

Después explica un hecho interesante sobre la psiquis de los hombres egipcios que falsamente creen

“que son superiores a los hombres de otras nacionalidades. Cuando un egipcio elige una esposa extranjera, entonces es un ganador y un semental y un regalo de Dios para ella y ella debería estar tan agradecida por sus eternas pataletas y su maligno ego. ¡Y sus hijos son los más lindos en toda la familia extendida solamente porque su mamita es rubia y ellos también!”

Ghawayesh señala cómo el doble rasero se usa en el escenario inverso:

“Una vez que una egipcia elige a un esposo extranjero, entonces es una prostituta y su familia es de clase baja y ella lo ha hecho solamente porque no pudo ganar la lotería de casarse con un súper egipcio, así que la pobre infeliz optó por un inferior que infelizmente resulta que la ama y la entiende y la respeta y no le miente, ¡y de hecho llega hasta a limpiarse los dientes con hilo dental por ella!”

La ingeniosa blogger lleva su análisis al siguiente nivel y examina los prerrequisitos religiosos/legales. Destaca:

“Si un extranjero no musulmán decide casarse con una egipcia musulmana, primero tendrá que convertirse. Pero a los conversos siempre se les acusará de ser musulmanes falsos o incompletos. Ya sea por propósitos matrimoniales o por otra cosa, un converso nunca es suficientemente bueno para los ‘verdaderos árabes musulmanes’. Como si el Islam fuera un rasgo genético o algo así. Solamente Dios sabe que la mayoría de esos que nacen musulmanes son los hipócritas de más bajo nivel, y que Dios es el verdadero juez de lo que está en nuestro corazón.”

Finalmente continúa y aconseja a los no musulmanes que quieren casarse con egipcias musulmanas y les dice:

1.- Casarse con una egipcia musulmana no es fácil. Eres consciente que estás haciendo un sacrificio y un compromiso de por vida, ¿no es cierto? Tienes que entender qué significa convertirse antes de que lo hagas. Tristemente he visto cómo varias mujeres y hombres se han convertido por sus amoríos de verano y después terminaron con una crisis de identidad y varios conflictos acerca de la afiliación de sus hijos. Sin mencionar esas historias/pesadillas de niños secuestrados que desaparecen sin dejar rastro.

No sé qué tan estricta sea tu pareja, pero puedes tener peleas sobre tomar una bebida alcohólica o sobre los orígenes de un sandwich de aspecto raro que podría decir oink si estuviera vivo. Podrías ofenderte y tomar personalmente que a veces ella no quiera que la beses porque tú no sabes que ella acaba de lavarse y de camino a sus plegarias supuestamente ella debe estar ‘impoluta’ hasta que haga su plegaria. Esas pequeñas malinterpretaciones pueden crear mucha tensión si no estás listo para ellas.

2.- Los temas financieros son algo típico de nuestra cultura. La verdadera razón por la que las familias piden montones de dinero y una casa para la novia es simplemente el hecho que los hombres pueden no ser dignos de confianza ‘si se les toma en serio’, y cuando hacen compromisos financieros, se vuelven más serios.

Puedes sentarte con su papá y explicarle lo que tienes, y que querrás ofrecerle lo mejor que puedes pagar, y sí, todo en Egipto es negociable, ¡incluso este tema! Y si ellos te rechazan porque no tienes para comprar algunos ladrillos en El Cairo donde las cucarachas la pasarán muy bien mientras tú estés fuera la mayor parte del año, entonces ahórrate el problema y déjalos llorar por sus cucarachas perdidas.

3.- Tienes el derecho de preguntarte acerca de la circuncisión femenina. Las estadísticas dicen que el 97% de las egipcias están circuncidadas. Soy una egipcia que estudió Medicina y no sé de ninguna mujer de mi famllia que lo esté, pero vi muchas mujeres circuncidadas mientras practicaba la medicina en Egipto. La circuncisión viene con algunas clases sociales y tienes todo el derecho de saber si tu futura esposa está o no circuncidada y de qué manera esto puede haber afectado su psicología.

¡Desgraciadamente la misma pregunta puede aplicarse a ti! Existe la confusión de que la circuncisión masculina es una obligación islámica, que no lo es. Es obligatoria en el Judaísmo y altamente recomendada PARA LOS HOMBRES SOLAMENTE en el Islam, pero no te irás al infierno si convervas el prepucio y lo mantienes limpio.

Tienes que estar listo para tales preguntas personales de tu pareja, o incluso de su papá, ¡y creo que apreciarían una respuesta seria acerca de tu situación de piel extra!

4.- Prepárate para el comportamiento racista en Egipto. A tu esposa la insultarán por casarse contigo. La llamarán prostituta y te preguntarán en qué esquina de qué lugar turístico la recogiste. Dirán oh se casó con un extranjero porque es muy vieja para casarse con un egipcio, ¡pobrecita! ¡Si, mejor que estar sola el resto de su vida!

Tal vez no te digan esto a la cara, pero también necesitas saber que algunos egipcios te darán el mejor trato y te llamarán su ‘mejor amigo’ cinco minutos después de haberte conocido, y una vez que les des la espalda te apuñalarán con el cuchillo virtual más grande que hay.

Los egipcios tienen mucho por recorrer antes que aprendan a vivir y a dejar vivir. Por favor, ten cuidado con esto.

Hoy me encontré con un muy especial Wandering Scarab [3], que dice que es “otra egipcia que vive en Canadá”. Como Ghawayesh, es una muchacha egipcia que eligió casarse con un extranjero.

En su post [4] sobre el sistema egipcio para el nuevo documento de identidad, Wandering Scarab comparte con nosotros su aventura en la Tierra de los Faraones para obtener su documento.

“Como es habitual, en mi viaje a Egipto, mis padres me explicaron la necesidad de tener un número de seguro social a pesar que no lo creí necesitarlo, pues no tengo la intención de vivir en Egipto. Pero ellos insistieron en que lo necesitaría cuando venga el momento de heredar y después que ellos fallezcan. Así que fuimos a solicitarlo.”

“Más tarde ese día recogí el formulario para determinar lo que necesitaba presentar para obtener el bendito número de seguro social que mis padres creen que es muy importante. Además de mi nombre completo, dirección, fecha y lugar de nacimiento, el formulario también pedía my situación laboral, estado civil y nivel de instrucción. Así que pregunté cómo podría dar toda esa información teniendo en cuenta que vivo y trabajo en otro lado.”

La gente la ayudó con el siguiente consejo para brindar la información necesaria:

“Situación laboral
Debo obtener un certificado de trabajo de mi empleador, que incluya dirección y nombre de mi empleador en Canadá y hacerlo traducir oficialmente y hacer certificar notarialmente en la Embajada de Canadá en El Cairo.

Nivel de instrucción
Debo obtener un certificado de mi universidad que pruebe que he obtenido el grado de bachiller y también hacerlo traducido oficialmente y certificado notarialmente en la Embajada de Canadá.

Estado civil
Debo obtener un certificado de matrimonio válido en Egipto también traducido y certificado notarialmente en la Embajada de Canadá.

Hasta ahora ha sido posible a pesar que ha sido una proeza. Un dato, porque mi esposo es canadiense (extranjero) tenemos que mandar más información. Para que las autoridades en Egipto nos den un certificado egipcio de matrimonio equivalente al canadiense, mi esposo tendría que tener un certificado de trabajo de su empleador que detalle no solamente su nombre y dirección, sino también su edad, ingresos y número de seguro social, ah si, también traducido y certificado notarialmente en la Embajada de Canadá.

Además, como soy musulmana, mi esposo debe obtener un “Certificado de Adoptar la Fe Islámica” de Al-Azhar, (si, si, también traducido y certificado notarialmente). Sin el certificado de Al-Azhar no podemos tener el certificado de matrimonio. Pero a mi querido esposo lo convencieron de unirse a esta locura y estuvo de acuerdo en ir a Al-Azhar y por cierto consiguió el pedacito de papel que decía que es un buen musulmán.

Nada de todo esto me molesta. Lo que me molestó más es el hecho de que encima de la aclaración, aprendí que si yo fuera un egipcio, nada de esto era necesario aún si mi esposa fuera extranjera. Insistí que no tomaría parte en nada que menosprecie y deshumanice a las mujeres de esta forma, en contra del consejo de mis padres.”

La furiosa Wandering Scarab llegó a esa especie de colmo que nosotros -egipcios- enfrentamos cada día cuando necesitamos una licencia, un pasaporte, un documento de identidad o un reemplazo para cualquier documento o certificado que alguna vez tuvimos.

¿Cómo terminó la historia?

“Dos días después tuve mi número de seguro social egipcio. Pero mis padres tomaron la salida fácil. Hasta donde el gobierno egipcio sabe, soy soltera (nunca me casé), no recibí educación (iletrada) y estoy desempleada (completa y total perdedora).”