Alberto Acosta mientras se desempeñaba como Ministro de Energía, foto reproducida bajo las condiciones la Secretaría General de la Comunidad Andina.
El presidente Rafael Correa ha logrado mantenerse en el poder independientemente de su popularidad entre los presidentes latinoamericanos. Está en la quinta posición e internamente en Ecuador todavía hay una considerable cantidad de gente que empieza a sentirse defraudada por el lema La Patria ya es de todos.
Correa ha sido criticado por muchos por su conducta personal y política, pero lo que es más importante es que no tolera los errores de otros y es rápido en reaccionar. Una de sus principales preocupaciones ha sido la preisón para que la nueva Constitución, que se debate y se discute ahora en la Asamblea Constituyente, se apruebe el 24 de julio. Sin embargo, el presidente de la Asamblea y miembro del propio partido político de Correa, Alberto Acosta, anunció hace poco que renunciaba como presidente. Los bloggers ecuatorianos pronto comenzaron a discutir sobre la renuncia y se preguntaron acerca de las verdaderas razones detrás de la decisión, y cuánta de la presión fue ejercida por Correa. También se preguntan quién puede llenar los zapatos de Acosta y qué significa esto para la Asamblea.
Rubén Darío Buitron [es] piensa que PAIS (el partido político de Correa) tiene puesta la mira en el aumento de poder.
El anuncio dejó más dudas que certezas: cuando Acosta dijo que no quiere ser “responsable de un atropello” o que no está de acuerdo “con sacrificar el debate a cambio de la premura de los tiempos”, abrió lecturas adicionales a su reiterado mensaje de que no hay crisis en PAIS y que “esa es la manera democrática de resolver una polémica”.
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¿Ganó Correa este primer round? En apariencia, sí, pero no necesariamente: la renuncia o el “minigolpe de Estado” que, por confesión del propio Acosta, le dio la cúpula de PAIS al pedirle que se retirara de la presidencia, reveló públicamente lo que muchos ecuatorianos vienen percibiendo hace tiempo: el presidente de la República y el grupo que lo rodea, capitaneado por Vinicio Alvarado, tienen su propio proyecto de poder.
Como se esperaba, la renuncia ya ha sido aceptada y entre los posibles candidatos para nuevo presidente hay nombres como: César Rodríguez, Aminta Buenaño, María Paula Romo y Fernando Cordero, que es una figura controvertida. El Federalista [es] les dice a los ecuatorianos qué pasará si Cordero se convierte en el nuevopresidente de la Asamblea:
Sin duda ahora la Asamblea Constituyente marchará más rápido aprobando cada desacierto gubernamental sin discusión, sin al menos el diálogo aparente, con todo y faltas de ortografía, mala redacción y el abuso lingüístico del “todos y todas” en cada párrafo. Para ello Fernando Cordero se prestará diligente para que “llegue, sumíllese y apruébese” cada papelote que llegue de Carondelet, y si no es Cordero será otro (”otro u otra”). Si la Asamblea Nacional Constituyente ya era imitación del peor de los congresos, hoy será peor, una vulgar secretaría del gobierno que baje la cabeza y alce la mano. Qué vergüenza, si es que cabe más.
Muy pocos han cuestionado la permanencia del ex presidente de la Asamblea, e incluso unos cuantos todavía piensan que “el cargo le quedó muy grande” [es]. La Hueca [es] no quiere aceptar la realidad de los asuntos políticos y todavía tiene dudas de que Alberto Acosta de verdad deba abandonar el cargo:
Esta si que no me la venía venir ni en sueños, que Don Alberto renuncie. Este si es un golpe duro, por supuesto si es que se da; a la Asamblea Constituyente; Don Alberto creo es la única persona del Oficialismo capaz de unir y concensuar todas las ideas y proyectos de la nueva constitución.
Aunque digan lo contrario esto fortalecerá el NO ya que diga lo que se diga la renuncia de Don Alberto se debe a diferencias entre nuestro Presidente Rafael Correo y Don Alberto Acosta.
Como ya se dijo, esto es solamente la primera parte de un drama político en el que el principal director es el presidente Correa, mantengamos un ojo en lo que está pasando en Ecuador sobre todo ahora que alguien considerado capaz de reunir a los diversos partidos políticos está fuera. Algunos de sus colegas han manifestado su apoyo a Acosta y son representativos de la población en general, como Monica Chiji y Rafael Stevez [es], ambos son de la opinión de que su renuncia no debería ser aceptada.