¿A qué edad debemos empezar a alentar la compasión y entrega en los niños? Isabella se sobresaltó un día, cuando su hija llegó a casa de un campamento y anunció que ella (Isabella) era una abuela.
Obviamente, me estaba perdiendo de algo, ¡¡ella no podía haber estado embarazada y dado a luz mientras estuvo de campamento!! No podía imaginarme cómo.
Bueno, no le tomó mucho tiempo a Isabella descubrir de qué se trataba este asunto de ser abuela: con una amiga, su hija había adoptado un niño. “Se llama Miguel de la República Democrática y estoy segura de que debe ser del Congo”. Cuando se enteró, decidió apoyar a su hija. “Yo tenía seis años más de los que ella tiene ahora cuando tuve esos sueños y no había un alma que me alentara,” dice.
Ashe.Selah considera hablar de sexo con sus hijos, y es franca respecto de sus propias experiencias.
Nos libramos de decir la verdad otro día. Pero debemos decirla, especialmente con toda nuestra charla sobre honestidad y cómo Mamá y Papá no son perfectos. Pero esta escena me regresó a esos días. Fuera de la casa de Mamá, sola en la universidad. Vaya si era toda una cuestión. Parecía que no podía deletrear abstinencia. Era como si estuviera en el programa Soul Train con el tablero mezclado acomodando letras — faltaba la “i”. Mi acercamiento a la sexualidad fue peligroso y malsano -para mi bienestar físico y emocional.
Y, para el cierre, con alegría en el corazón, anuncio: ¡es otra niña (con un ’fro?) para The Girl With A ’Fro! Y, tal como lo advierte, puede pasar un tiempo antes de que tengamos otro post de ella…
Probablemente no tenga tiempo para bloguear, pero prefiero simplemente sentarme y mirar a mi hija, inhalar su celestialmente bello aroma de bebé y simplemente maravillarme por la bondad de Dios de crearnos en la manera en que nos creó :)
Que Dios bendiga a nuestras madres -sus brazos sostienen a la futura generación; sus palabras les aconsejan; sus ojos les vigilan; sus oraciones les mantienen bajo control; ¡su Dios les protege y les guarda!