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Cuba: 26 de julio

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Cuba [1]. 1953. Desilusionado con la dictadura de Fulgencio Batista [2] respaldada por los norteamericanos, Fidel Castro [3] dirigió a un grupo de jóvenes revolucionarios en un ataque al Cuartel Moncada [4] en Santiago [4] que llegó a conocerse como el inicio de la Revolución Cubana [5].

Este último fin de semana, el 26 de julio, Cuba recordó el 55to. aniversario [6] del ataque, un acontecimiento que debió ser presidido por el sucesor de Fidel como presidente cubano, su hermano Raúl [7]. O, puesto de otra manera por 1Click2Cuba [8]:

Hoy, hace 55 años, el presidente Raúl Castro, el hermano Fidel, y la banda de chusma de rebeldes dirigen un audaz ataque armado, emprendiendo una revolución que cambió una isla, y cambió al mundo.

Antes de las celebraciones, la influyente blogger radicada en La Habana Yoani Sanchez [9] escribió un post [10] en el que especulaba sobre el contenido del discurso de Raúl Castro:

Más que simplemente escuchar el anuncio de nuevas medidas, nosotros los cubanos nos preparamos para confirmar lo poco que se ha logrado en los últimos doce meses.

El tiempo de promesas y de soluciones mágicas para superar nuestro subdesarrollo, ha quedado atrás para nosotros. El discurso político, sin duda, ha comenzado su descenso. Pero esto no significa que algún día aterrizará. Un hombre con máximos poderes sigue pilotando el avión, mientras que nadie nos dice, por los altavoces, si mantenemos la altitud o si caemos en picada, si tenemos el viento a nuestras espaldas o si los motores están a punto de explotar. Solamente silencio, intercalado con llamados a la disciplina y al sacrificio, viene de los altavoces de este avión IL-14 de la era soviética.

Publicado el post, otros bloggers analizaron. Child of the Revolution [11] enlazó la cobertura de los medios de comunicación del discurso de Castro, a partir del cual supone que cuantas más cosas cambien, más siguen estando iguales. Ninety miles away…in another country [12] no pudo evitar advertir un tema emergente en la “chispeante oratoria”:

En el discurso del 26 de julio de los últimos años, Raúl Castro se fue por la tangente acerca de la leche, una digresión que los medios no adviertieron, tal vez sea cosa del idioma. Pero casi universalmente, los cubanos citados en los medios se han quejado de que no tienen su vaso de leche, este año parece que han reducido sus suspiros.

La endeble vuelta al camino de este año se trató de… agua. El acueducto en Santiago debe estar terminado en el 2010, casi para cuando los cubanos tengan tostadoras.

Tanto haiti-cuba-venezuela> analysis [13] como The Cuban Triangle [14] publicaron el texto entero del discurso, y el último notó que le faltó ofrecer “una suerte de hoja de ruta de algunas de las acciones de la política de Raúl Castro”:

Castro si esbozó algunos resultados económicos positivos (aumento del turismo, eficiencia realizada en transporte), pero no dio pistas sobre las políticas que ayudarían a dirigir grandes cambios que describió de manera austera -envejecimiento de la población, disminución del crecimiento de la fuerza de trabajo, doble moneda– y menos una indicación de que, como en agricultura, está buscando la manera de cambiar las políticas para liberar energías productivas que podrían generar crecimiento y empleos.

En cambio, hubo una advertencia de que se avecinan tiempos duros…

Este sentimiento tuvo eco en el blog en castellano de Alejandro Armengol, Cuaderno de Cuba [15]:

El discurso también fue una muestra de lo mucho que falta por recorrer en Cuba, no sólo en el terreno de avance de la democracia, sino también económico…el panorama de la isla resulta poco alentador para las esperanzas de una transición paulatina. En su lugar, las alternativas continúan definiéndose entre el cambio traumático y una evolución lenta, pero el peligro del caos continúa latente en la falta de esperanzas de una población.

También compáró la “tendencia del nuevo líder de reiterar la ‘legitimidad de origen’ como la justificación fundamental para el gobierno en La Habana” con “un principio asumido hace muchos años por el dictador español Francisco Franco [16], que usó los mismos medios para mantenerse en el poder por largo tiempo: su victoria en la guerra civil garantizaba su autarquía.”

Uncommon Sense [17] cree que el verdadero legado del 26 de julio está inextricablemente ligado a la actual pérdida de vida como resultado de la Revolución Cubana, mientras que Yoani Sanchez [10], que vive bajo el régimen creado por esa revolución, dice:

No esperamos piruetas en el aire, ni caramelos debajo de nuestra lengua para que nos ayuden a resistir el turbulento viaje. Lo que sí queremos es que el piloto dé la cara para decirnos el itinerario, y que nosotros decidamos el curso. No necesitamos este discurso del sábado para convertir en una exaltación acerca de flotar en el aire; preferiríamos un informe claro sobre cómo y cuándo podemos abordar otro vuelo.