El 6 de junio, un par de meses antes del Día Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo, la Dieta del Japón aprobó una resolución para reconocer oficialmente a los ainu como pueblo indígena. Inmediatamente después de la aprobación de la resolución, un grupo del gobierno realizó su primera reunión para empezar a trabajar en un plan y poner esas palabras en acción. Si bien este acontecimiento marcó un hito histórico para los ainu, los blogueros están lejos de ser unánimes en sus respuestas sobre la aprobación de la resolución.
El bloguero abe-iw acoge con satisfacción la resolución de la dieta:
El 6 de junio del 2008 pasarán a las páginas de la historia como un día memorable y especial. En este día, la resolución de la Dieta pidiendo al gobierno reconocer a los ainu como pueblo indígena, para luego implementar medidas relacionadas, se aprobó por unanimidad durante sesión plenaria de la Cámara Alta
[…] Al fin, Japón ha cumplido con el espíritu del artículo 14 de la Constitución, que garantiza la igualdad ante la ley. A pesar que la pasión y los esfuerzos de personas y organizaciones que han participado [en este movimiento] son dignos de respeto, la aprobación de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada por las Naciones Unidas el 13 de septiembre del año pasado, y la cumbre G8 Hokkaido Toyako prevista para el próximo julio, ayudaron a [hacer posible] la realización de dicha resolución, según se informa en los medios de comunicación. En el mundo de hoy, con horribles guerras y la violencia extrema que nunca termina, la movida reciente para respetar los derechos soberanos de los pueblos indígenas y las minorías étnicas, ofrece una visión de la decencia en lo más profundo de los corazones de la gente, y esto me hace muy feliz. […]
Si bien la resolución es un hito, Eunheui piensa que hay algo que falta:
Sin embargo, este documento no incluye ninguna recomendación de políticas concretas para garantizar los derechos de los ainu [pueblo]. Y aunque se menciona el reconocimiento histórico, se trata de un texto cobarde que no tiene la intención de ponerse a tono con los errores [del pasado]. No dudo de la buena voluntad y la conciencia de la gente que escribió la resolución. Pero, por desgracia, no me da la impresión que este texto, cuando sea leído de nuevo dentro de unos decenios, vayamos a encontrar algo [que pueda ser considerado] una declaración en defensa de los derechos humanos.
Fotos de Flickr usuario Okinawa Soba (utilizado bajo Creative Commons License).
Akio Ikeuchi, sin embargo, pone en duda la participación del gobierno en la preservación de una cultura indígena. Él arguye que es papel del pueblo ainu, que no el del gobierno, mostrar su compromiso en el restablecimiento de su cultura y su identidad étnica:
El 6 de junio, «una resolución para reconocer los Ainu como pueblo indígena» fue aprobada por la Dieta. Sin embargo, tal vez sea insensible, pero yo simplemente no entiendo por qué una resolución de este tipo es necesaria ahora.
No estoy tratando de oponerme a reconocer los ainu como pueblo indígena. Sin embargo, ¿Por qué es necesario aislar ahora a los ainu, que casi se han asimilado dentro de la sociedad japonesa?
[…] Si el pueblo ainu quiere recuperar su propia identidad, una identidad que es claramente distinta de la del Japón de hoy, entonces esa una postura. En tal caso, sería justo decir que la tierra que perteneció al pueblo ainu les debería ser devuelta. Japón debe, en tales circunstancias, apoyar la autonomía de los ainu.
Sin embargo, la resolución de la Dieta pide al gobierno reconocer a los pueblos indígenas con su idioma, religión y su cultura, y para aplicar exhaustivamente las políticas sobre los ainu, consultar la opinión de expertos. Es ingenuo pensar, y se plantea la cuestión de cómo se determinó que el pueblo Ainu se convierta en un pueblo autónomo con el fin que preserve su propia cultura.
La preservación de la cultura étnica exige que las personas tengan un gusto por la vida, o en otras palabras, una «energía vital». Sin embargo, el que estén pidiendo ayuda al gobierno sólo demuestra su falta de esta energía.
Si ellos en serio quieren recuperar la cultura ainu, en primer lugar necesitan tener el coraje de decir que no necesitan la ayuda del gobierno.
El bloguero Yu alega que esta resolución de repente introduce la noción del origen étnico y reformula la definición del ciudadano:
Hasta la semana pasada, Japón era una nación étnicamente homogénea. Esta puede ser una manera extraña de decirlo, pero es real.
América, también ha sido una nación étnicamente homogénea desde su fundación. Esto se debe a que aunque América garantiza los «derechos de las personas», no reconoce los «derechos de los grupos étnicos».
El país se compone sólo de estadounidenses.Japón era exactamente lo mismo [en el pasado]. Los argumentos que se han planteado son que el Japón es un país multiétnico, formado por coreanos zainichi, ainu, y ryukyu, pero esto es sólo el punto de vista de los críticos. Los coreanos zainichi se han definido como residentes extranjeros y no como «ciudadanos japoneses», y un «ciudadano» no se ha definido sobre la base de su origen étnico, sino a nivel del individuo.
Para bien o para mal, Japón es un país que ha unificado sus ciudadanos.
Los ainu y los ryuku ahora no son más que simples tradiciones locales.La situación ha cambiado. Los ainu son reconocidos como un pueblo indígena y una línea llamada etnicidad se ha dibujado entre los ciudadanos. Si los ainu son un grupo étnico, entonces los demás [de la gente japonesa] se convierten automáticamente en el pueblo yamato, y los ryukyu que no pertenecen a ninguno de los dos grupos se ha convertido en otro grupo étnico mas.
Ni los medios de comunicación de masas, ni los ciudadanos en linea parecen estar interesados, pero este es un grave problema. Una clasificación para la «etnicidad» de repente ha surgido entre el «ciudadano» y el «individuo».
Esto también significa que los derechos étnicos, estarán garantizados y el derecho a la libre determinación será reconocido. En otras palabras, si los ainu reclaman su independencia, el pueblo yamato no tiene derecho a negarlo. Lo que ha sucedido el 6 de junio es, de hecho, mucho más importante que la enmienda de la Constitución […] y es un acontecimiento que podría cambiar la forma de la nación.
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