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Arabia Saudita: Todo está en el nombre

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Arabia Saudita, Ideas, Lenguaje, Periodismo y medios, Política, Religión, Tecnología

Es una práctica común que  los convertidos al Islam adopten nombres musulmanes. Pero, ¿es necesario – y qué clase de nombre es apropiado? Un blogger saudita considera la pregunta, mientras otros piensan en usar alias en la blogósfera – y otro exhorta al gobierno a ‘nombrar a los nombres’.

Zuhair pregunta si se necesita cambiar el nombre cuando uno cambia de religión, en un post titulado ‘¿Y si mi nombre fuera Peter [1]‘?:

Una pregunta viene a mi cabeza cada vez que escucho que alguien se ha convertido al Islam. Después de declarar la Shahadah [2], lo primero que hacen es cambiar sus nombres por uno árabe. No entiendo cuándo los nombres árabes se conviertieron en islámicos. ¿Esto quiere decir también que si un converso mantuviera el nombre que sus padres le dieron, su Islam sería deficiente? No hablo desde un aspecto Shari'a [3], que no conozco. Solamente me pregunto acerca de la sabiduría que hay detrás del cambio de nombre. También hay otra cosa. Algunos de nuestros nombres árabes son traducciones de nombres cristianos y judíos, tales como Yousef [4] (José) y Dawood [5] (David), que son los nombres de los profetas de Bani Israel [6] y que nosotros usamos como si fueran musulmanes. ¿Quiere esto decir que si yo tradujera uno de los nombres de los discípulos [de Jesús] podría usarlo también?

Ali Al Omary se pregunta si usar un seudónimo online es algo [7] bueno:

Muchos de los bloggers y los que comentan en foros en línea se esconden detrás de seudónimos, ¡¡y escriben con este en un post y con el otro en otro!! Algunos podrían considerar este fenómeno como un tema superficial que no debería ser tomado en cuenta ni cambiado -y eso es algo con lo que no estoy de acuerdo. Creo que esa es una de las principales razones de la pobre condición de la web árabe y el bajo nivel de la comunicación y el diálogo entre los que la usan. Si bien es verdad que esconderse detrás de un seudónimo concede al escritor mayor libertad y le permite escribir sin inhibiciones, también es cierto que disminuye su sentido de responsabiidad literaria y disminuye su motivación de emplear energía en línea. Por supuesto, no hay problema en que algunos elijan escribir bajo un seudónimo -pero no creo que seamos capaces de hacer que se sienta nuestra presencia en línea si todos escapamos en masa y convertimos Internet en una mascarada.

Entre tanto, el blogger Someone ha decidido que la honestidad es la mejor política [8]:

Los seudónimos les dan a los escritores el alcance de escribir acerca de todo. El usuario es capaz de adherirse a una idea, escribir, participar y criticar, sin estar preocupado acerca de lo que ha pensado y dicho, y sin que eso tenga efectos negativos o positivos en su vida personal. A veces podrían copiar su trabajo – y no tendría el derecho de litigar en una corte porque, para empezar, es un desconocido.

En cuanto a los nombres reales, lo primero que viene a la mente cuando los leemos es la responsabilidad de enfrentar las consecuencias. Esta responsabilidad es grande y grave, sobre todo cuando el blogger critica a otros. La sociedad en la que vivmos no permite que la gente diferencie entre las palabras y la persona que las dice. Todo lo que una persona escribe regresará a esa persona y cada vez que critica algo, se añadirá a su registro personal entre las personas, aun cuando tenga precedentes que lo excusen. Esto deja sus relaciones sociales en peligro, y a veces, su seguridad puede verse amenazada.

A partir de la responsabilidad intelectual que nos echamos al hombro por las palabras que escribimos, y desde mis valores que determinan que una persona debe iniciar el proceso de cambio y reforma en todas las áreas de vida, y mi creencia de que una persona debe ser responsable por las ideas que escribe y capaz de aceptar las críticas que le hagan, y mi opinión de que un crítico debe revelar su nombre y personalidad para cumplir su objetivo, declaro lo siguiente:

Primero: estoy cambiando mi seudónimo de ‘alguien’ y escribiré mi blog con mi nombre real: Fahad Al Hazmi.
Segundo: declaro lo que puedo en mi página «acerca de», como educación y otros asuntos.
Tercero: probaré y recuperaré lo que pueda de mis artículos, que han sido publicados en otros sitios, como Islam Hoy, y les actualizaré nuevas ideas y las agregaré a este blog.
Cuarto: me gustaría que las autoridades pertinentes sepan de estas decisiones.

Y que Alá sea capaz de protegerme, y me permita asumir las consecuencias de todo esto.

Y hablando de nombres, John Burgess, un ex funcionario del servicio exterior de EEUU que bloguea sobre Arabia Saudita, comenta sobre la importancia de ‘llamarse y avergonzarse’, en un post titulado ‘Momento de comenzar a llamar nombres a los nombres en Arabia Saudita [9]‘:

Hay una tendencia en Arabia Saudita –como en la mayoría de los otros países árabes- de no airear la ropa sucia en público, ni siquiera la ropa sucia ajena. De este modo, nos enteramos de crímenes, pero nuncac de quiénes los cometieron. … De hecho, fue todo un impacto cuando el Ministerio del Interior saudita publicó los nombres y fotos de terroristas de Al-Qaeda dentro del Reino Unido en el 2003, y crearon las primeras listas públicas de ‘Los más buscados’. Si el gobierno reconoce que se han cometido crímenes contra el público, tiene el deber de informar al público que hay personas peligrosas. No es suficiente arrestarlos, pues los caprichos de los tribunales sauditas bien podrían significar que esas personas estén fuera de la cárcel y cometiendo crímenes de nuevo, y el público no tiene absolutamente ninguna advertencia. La vergüenza es una poderosa herramienta en la cultura árabe. Los gobiernos y los medios deberían usarla, cuando fuera apropiado, para cumplir con la finalidad en el servicio de la sociedad.