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Angola: Un nuevo El Dorado africano para trabajadores extranjeros

Categorías: África Subsahariana, Angola, Desarrollo, Economía y negocios, Etnicidad y raza, Migración e inmigración, Trabajo, Viajes

Desde el fin de la guerra civil en el 2002 [1], Angola ha sido un refugio para muchos extranjeros. Gracias al desarrollo económico creciente, a la rehabilitación de la infraestructura y al mantenimiento de la estabilidad en el país, así como a la llegada de varias empresas internacionales, los extranjeros se sienten obligados a probar su suerte en este país.

Hay más de 70,000 extranjeros viviendo en Angola, la mitad de los cuales tienen permisos de trabajo y son en su mayoría brasileños, chinos, cubanos, portugueses. Desde África, también hay ciudadanos que vienen de Congo, Mauritania, Mali, entre otros países.

Con toda seguridad, Portugal encabeza el campo de la inmigración. Solamente para darles una idea, a finales del 2007 cerca de 60,000 almas lusas habían entrado al país. Esta es una cantidad considerable que expone los lazos históricos y afectivos que unen a Angola y a Portugal.

Sin embargo, los chinos constituyen un número considerable en el país. Se dedican principalmente a la industria de la construcción y son conocidos por trabajar durante horas enteras, bajo el sol o la lluvia. En una carta en la columna ‘El mundo visto por los lectores’, en el blog de Pedro Doria, el angoleño Caco escribe [2]:

“Los chinos fueron los últimos en llegar acá, pero ahora constituyen el contingente mayor. Nadie lo sabe con certeza, pero se dice que hay más de 600,000 en todo el país – es algo así como el 3% de la población. Trabajan en turnos que provocan envidia debido a la velocidad del trabajo de construcción y están ansiosos de trabajar todo el día. Y en un fenómeno inesperado han empezado a mezclarse tan fuertemente en la sociedad que la primera generación de niños sino-angoleños está dando sus primeros pasos. Los chinos están empezando a ocupar un espacio en el corazón de las damas angoleñas que hasta ahora había pertenecido a los brasileños.”

¿Cuál es la reacción de los angoleños hacia esta masa de gente que viene de fuera? ¿Y cómo enfrentan los extranjeros el venir a esta ex colonia portuguesa?

El brasileño António Spíndola, que nació en Recife y escribe en su blog Spíndola [3], habla un poco acerca de este tema:

Recibo muchos e-mails que me preguntan cómo es la vida en Angola. La mayoría son personas que piensan venir a trabajar acá o a los que han invitado. Angola es vista como el El Dorado [4] para los profesionales brasileños. La idea es que hay buenos salarios y nuevas aventuras acá. Sin embargo, esa es la teoría, ¡en la práctica es diferente! Sin duda hay buenos sueldos, pero hay una cantidad de dificultades que deben ser superadas.”

Una de esas dificultades es obtener una visa. El gobierno pone serios obstáculos a la emisión del permiso de permanencia y todo el proceso es muy lento. Lo desalentador de obtener visas finalmente lleva a la residencia ilegal. Es importante racionalizar la burocracia y darle luz verde a los extranjeros que quieren establecerse en suelo angoleño. Necesitamos ver a la mayoría de estos ciudadanos internacionales como una fuerza laboral calificada. Como personas capaces de contribuir con el desarrollo de un país que durante 30 años estuvo metido en una guerra.

El blog O Lado Negro [5] [El lado oscuro, pt] confirma las desventuras por las que pasó cuando trató de sacar una visa:

“Mi esposa empezó un negocio en Angola y fuimos a vivir ahí en el 2006. Después de llegar regresé a Portugal a arreglar todos los documentos que la ley angoleña requiere para legalizar la residencia en el país. El tiempo y el dinero que perdí no estuvieron bien invertidos, pues venir a Portugal para lidiar con los documentos más lo que pagué en el Consulado en Porto para solicitar la visa excedió los US$ 2,500, pero por nada porque hasta ahora no he recibido ninguna respuesta de la DEFA (siglas en inglés de Directorado de Angola de Migración y Fronteras) en Angola. Ni siquiera en el consulado [angoleño] en Portugal me dieron una respuesta, el funcionario en el consulado solamente me dijo: – Qué quieren, yo también he estado en Portugal dos años y recién me han dado mi permiso de residencia. Después de ir a la DEFA muchas veces tratando de averiguar sobre mi caso sin que siquiera me dijeran qué estaba pasando, decidí quejarme por escrito. Créanlo o no, no me dieron respuesta, a pesar de mi insistencia.”

Hay tres áreas principales donde los profesionales que vienen a Angola encuentran trabajo: medicina, construcción y educación. Algunos vienen a dar capacitación, otros a trabajar en el largo plazo.

La myoría de los angoleños no ven con buenos ojos la llegada de extranjeros. Creen que esto los llevará a perjuicios económicos, profesionales y culturales. También hay la opinión que los extranjeros en Angola no se comportan adecuadamente. Desabafos Angolanos [6] [Angoleños que no estorban, pt] confirma esto:

“Soy angoleño de nacimiento, he vivido por 20 años en Angola y este es un país al que amo y que nunca estará lejos de mi corazón. No me gusta oír a la gente hablar mal de mi país y menos de nuestra gente. Eso me molesta, me irrita. No puedo entender a la gente que solamente va a trabajar en Angola por el dinero. Esto desagrada a su gente, sus personajes y solamente son agradables y educados con ellos para ganar solidaridad. Por esta solidaridad llegan hasta a abrir las puertas de sus hogares para ganar confianza. Constantemente hablan de los corruptos y lo fácil que es corromper. Quiero escuchar a la gente hablar bien del país en el que nací, crecí y fui feliz.

Originalmente escrito en portugués, traducción al inglés de Paula Góes [7]