Jordania: Luchando contra la corrupción, Nueva York, y la crisis económica

Escribiendo para 7iber, el embajador danés en Jordania Sr Thomas Fouad Lund-Sørensen menciona la experiencia de su país al enfrentar la corrupción y cómo Jordania podría beneficiarse de esa experiencia, particularmente, porque Dinamarca quedó recientemente primera en el índice anti-corrupción, publicado por Transparencia Internacional (TI). Escribe:

Demos un vistazo a mi propio país, Dinamarca, que una vez encabezó la lista de países sin corrupción. Hay una serie de razones para eso. Primero y principal, la sociedad danesa ha desarrollado con los años una amplia cultura contra la corrupción. Comenzando en el siglo XVII, la corrupción se convirtió en delito criminal y se le trata estrictamente. El siguiente gran logro llegó en 1920, cuando se adoptó un código para los funcionarios públicos que garantizaba un salario razonable, seguridad laboral y pensiones en particular para los niveles inferiores, y serevisó las leyes anti corrupcion. Hoy, es total y moralmente inaceptable facilitar o recibir cualquier cosa que pudiera parecerse a la corrupción. Un ejemplo: intentar librarse de una multa por velocidad a través de un soborno o en un permiso de construcción ciertamente le acarreará un cargo criminal extra sobre sus cuellos.

¿Dónde deja esto a Jordania? El reino quedó de 47 en la lista TI, lo que de hecho no es tan malo, y es una mejora del 10% comparada con la lista del año pasado. No he presenciado de primera mano ningún tipo de corrupción en Jordania, pero he escuchado, como todos en el país, de posibles incidentes, directamente o por reportes de prensa. Y no creo que Jordania tenga elección. Al igual que otros pequeños países privados de recursos que encabezan la lista, hay únicamente una forma de convertirse en un rico país donde impere la ley y eso se logra venciendo la corrupción, ya sea en la forma de compra de votos políticos o en la forma de influencias internas.

Al final, se produce un cambio cultural cuando se premia los méritos en lugar de los vínculos socioeconómicos, y se crea más transparencia en los asuntos públicos. Algunos pasos importantes ya han sido tomados, muchos de ellos con el apoyo danés. El establecimiento de la comisión anti-corrupción, capacitación en la aplicación de la Ley y el despacho del Defensor del Pueblo son ejemplos, pero el verdadero obstáculo a largo plazo será cambiar la cultura del favoritismo.

Más acerca del punto de vista del embajador sobre la lucha contra la corrupción aquí.

Mientras tanto Lina Ejeilat, una estudiante en la Facultad de Periodismo de Columbia, escribe acerca de su experiencia en la ciudad de Nueva York:

Estoy sentada fuera del edificio de la Facultad de Periodismo, trabajando en mi parte del proyecto para los Masters en Nuevos Medios mientras veo algunos niños jugar en el césped y disfrutar del hermoso clima de otoño. Este campus a veces parece un parque.

Un ratoncito acaba de pasar. Ya me acostumbré a esto, y es más tolerable verlos que a las grandes ratas que ocasionalmente veo cruzando las vías del subterráneo. Son esos los raros momentos donde de verdad extraño a los gatos callejeros de Amán. Aquí no se ven gatos en las calles, pero preferiría gatos que ratas y ratones.

Pero esto no me hace querer menos a la ciudad de Nueva York. Una de las cosas asombrosas de este lugar es que te absorbe como uno de los suyos rápidamente. Sólo vivan aquí una semana y ya no se sentirán como extranjeros. Suben al subterráneo y vean gente de todos los tipos de etnias y culturas imaginables. Nadie es muy diferente en Nueva York. Es una ciudad de subculturas, y cualquiera sea su nicho, pueden estar seguros que encuentran suficientes personas con opiniones similares que comparten sus intereses.

Una de nuestras principales clases en Columbia este semestre es “Escribir y Reportar I”, y lo que básicamente sucede es que te asignan una cobertura -un vecindario sobre el que reportas y escribes historias durante el semestre. Mi cobertura es sobre Red Hook, en Brooklyn, y encuentro el lugar tan fascinante e interesante. De una forma siento que el reportaje enriquece mi experiencia en Nueva York, porque llego a explorar aspectos que no haría de cualquier otro modo.

Más acerca de Lina aquí.

Y finalmente, Naseem Tarawneh aborda el impacto de la crisis económica global sobre Jordania:

Entre todas las cosas de las que tienden a hablar los jordanos, es simplemente interesante ver el tema de la crisis financiera global de primero en la lista de conversaciones en las cafeterías. Algunos discuten sobre si es el “final de Estados Unidos”, mientras que otros lo ven desde una perspectiva más personal: ¿cómo algo tan global afectará a los jordanos? ¿Los bancos restringirán los préstamos? ¿El dinar continuará hundiéndose atado al ancla del dólar americano? ¿La crisis inducirá a una inflación prolongada? ¿El poder adquisitivo caerá?

Más o menos, la conversación en Jordania parece ser llevada a ese debate de cómo se encuentra esta economía sostenible con su creciente dependencia en los proyectos de desarrollo realizados en el Golfo. Es gracioso cómo los jordanos tienden a ser muy palpables cuando se trata de este debate; quieren ver el juego final, el resultado de tales proyectos. Parece que cientos de ellos están anunciados pero pocos de ellos se llevan a cabo, o es lo que se percibe en general, y eso es típicamente el argumento para la oposición. Todos estos proyectos toman mucho tiempo y el hecho que la fuente de ingresos venga del Golfo no significa que serán construidos el mismo ritmo que las construcciones allí asentadas.

Más sobre la opinión de Naseem sobre la economía jordana, aquí.

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