Las tres personas que pusieron las bombas de Bali fueron ejecutadas en Indonesia. Invig aconseja a los australianos: “No solamente es hipócrita y racista apoyar la pena de muerte para los ciudadanos de otra cultura, sino que nos hace aparecer como vengativos y crueles”. La mayoría de los que murieron a consecuencia de las bombas en Bali en el 2002 eran australianos.