R.D. Congo: El asesinato de un periodista pone de manifiesto la fragilidad de la democracia

Mientras los enfrentamientos continúan en la provincia de Kivu Norte en la R.D. Congo a pesar del anunciado alto al fuego, en la relativamente tranquila provincia vecina de Kivu Sur otro periodista ha sido asesinado. El 21 de noviembre Didace Namujimbo, que trabajaba para Radio Okapi, medio respaldado por la ONU, recibió un disparo en la cabeza [ing] cuando volvía a casa por la noche.

El periodista español Hernán Zin conoció a Namujimbo en su oficina durante su paso por Bukavu el pasado verano para un reportaje sobre la violación como arma de guerra. Lo describió en su blog Viaje a la guerra:

Un hombre alto, de buena presencia, que hablaba un francés impoluto. El primer rostro amigo que encontré en el Congo.

Y añadió:

Además de una honda tristeza, me vuelven recuerdos de las conversaciones que mantuvimos sobre la muerte de su compañero Serge Maheshe, el 13 de junio del 2007. Hablamos sobre quiénes podrían ser los culpables, pues yo tenía la intención de incluir su historia en la sección de este blog Morir para contar.

El editor de Radio Okapi Serge Maheshe fue asesinado de un tiro en la cabeza cuando volvía a casa la noche del 13 de junio del 2007, exactamente del mismo modo en que su colega y amigo Didace Namujimbo murió año y medio más tarde. Un año después del asesinato de Maheshe, el antiguo periodista de Radio Okapi en Kinshasa Cédric Kalonji escribió [fr] sobre la impunidad en la que quedan semejantes crímenes en la R.D. Congo:

Constato amargamente que la justicia, el pilar de la autoridad estatal que se trata a su vez de los cimientos de la democracia, no funciona en el Congo. ¿Cuándo volveremos a tener y cuándo se restablecerá un sistema judicial eficaz e independiente en este país?

Ahora Cédric Kalonji se pregunta [fr] de nuevo sobre el estado de la democracia en su país:

Tras tener noticia de los hechos, el dolor, la tristeza y la rabia me invadieron. Me pregunto cómo perdurará la democracia en un país tan visiblemente alérgico a los periodistas independientes y profesionales. ¿Debemos dejar el Congo solamente en las manos de los hombres fuertes, en las manos de aquellos que van armados?

Kalire [fr] cree que el asesinato de Didace Namujimbo está relacionado con muchos otros:

 Al igual que Didace, muchos están siendo asesinados en Kivu. Están siendo asesinados por “desconocidos”, por no se sabe quién siquiera: ¿“rebeldes”? ¿soldados congoleños? ¿bandas de saqueadores? ¿vecinos celosos?
Al igual que Didace, hay cientos de personas que están siendo asesinadas, violadas por “desconocidos”.
Pero Didace es… era periodista.
Ésa es la razón por la que su muerte puede hablar en nombre de las del resto.

En el blog Radio Revéil FM [fr], Freddy Mulongo recuerda a los seis profesionales de los medios de comunicación que han sido asesinados en los últimos tres años, entre los que se encuentran Didace Namujimbo y Serge Maheshe. En su post, resume todo lo que tienen en común estos casos:

Los escenarios son los mismos: todos los periodistas congoleños son asesinados por la noche, cerca de sus hogares, no les roban el dinero aunque sí los teléfonos móviles… Y después se detiene a “inocentes” a los que tildan de asesinos. Se organiza una farsa de juicio, con frecuencia en el tribunal militar, a veces los supuestos asesinos se defienden y mientras tanto los verdaderos socios comanditarios corren libres y gozan de impunidad.

Para Freddy Mulongo, la situación de los periodistas en la R.D. Congo es desalentadora:

Se trata de periodistas y profesionales de los medios de comunicación en peligro, porque tal y como dice el adagio del pueblo de los Peuls en el extremo norte de Camerún: “Si tu vecino es rapado. Pon a remojo la cabeza, ¡que te llegó el turno!”. Por tanto, ¿de quién es el turno? ¿Quién va a ser la próxima víctima?

Tras conocer el asesinato de Didace Namujimbo, Colette Braeckman [fr], periodista belga y autora experta en África Central, se preguntó:

¿Cómo podemos reconciliar estos asesinatos, que parecen tener un móvil político o mafioso, con el imperio de la ley que debería haber nacido tras las elecciones del 2006, con “el fin del esparcimiento” anunciado solemnemente por el presidente el día de su investidura?

Asimismo, esta semana la organización Human Rights Watch ha publicado un nuevo informe titulado “We will crush you”[ing] (“Os aplastaremos”) sobre la limitación del espacio político de la R.D. Congo en el que tal y como Colette Braeckman señala “los dos años que han seguido a las elecciones han sido criticados con severidad”. En el resumen del informe escribieron:

Agentes del gobierno también han amenazado, detenido, torturado o, al menos, acosado a periodistas y miembros de la sociedad civil que tenían relación con los oponentes políticos o que protestaron por los abusos cometidos contra ellos.

El resumen concluye:

Las elecciones por sí solas no pueden traer la democracia. Agentes congoleños e internacionales deben trabajar de forma conjunta para establecer un sistema judicial independiente y un parlamento vibrante con una oposición efectiva con el fin de mejorar los derechos humanos, exigir a los miembros del poder ejecutivo que rindan cuentas de sus actos y compensar la limitación del espacio político. De no establecerse tales contrapesos, peligrará la joven democracia del Congo.

(Foto de Didace Namujimbo tomada en su oficina de Radio Okapi en Bukavu el pasado mayo por Elia Varela Serra)

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