Palestina: “No saben si sobrevivirán”

La guerra en Gaza se adentra ya en su decimoséptima noche. Me encuentro a mí mismo deseando que llegue el día en el que no sienta la obligación de contar esta historia nunca más. La vida parece haberse congelado; en el trabajo, en casa, cuando como, cuando escribo, me siento como si sólo esperara que esto acabase, y así quizás pueda permitirme volver a salir, o simplemente dormir.  Es un pensamiento muy egoista cuando en Gaza, también están esperando que esto termine pero sólo para poder volver, quizás, a vivir sin el miedo a que la muerte llegue antes de volver a respirar.

Así comienza Mohammad, residente en Ramallah pero natural de Gaza, su post titulado «Es más corriente morir que dormir» Durante los últimos 17 días, desde la primera serie de ataques sobre Gaza, Mohammad ha estado compartiendo sus conversaciones telefónicas con su familia en KABOBfest para que así el mundo pueda escuchar sus vivencias.

La lectura de la crónica diaria nos hace ver que la vida en Gaza va de mal en peor. En el post de ayer Mohammad nos recordaba que el significado de malo, es peor de lo que podemos llegar a comprender.

El sufrimiento palestino se hace más claro siempre que Israel emprende una incursión a gran escala. Pero como me recordaba mi primo desde Gaza la pasada noche, el sufrimiento siempre está ahí, ha sido aceptado por aquellos que no lo experimentan de una forma contínua. Antes de esta masacre, la gente de Gaza vivía a duras penas a causa del atroz asedio que había cerrado tierra, mar y aire, que había bloqueado la entrada de materias primas y suministros de comida y medicinas, y que había llevado al cierre del 97% del comercio en Gaza.

Todavía, la pasada noche, Mohammad escribió lo siguiente desde la relativa seguridad de Ramallah, en Cisjordania:

apenas pasan de las 3:30 am aquí, me despertó un vendedor telefónico de Libia. Después de colgar me di cuenta que tenía un mensaje de Areej, la esposa de mi tío Mohammad: los tanques nos han alcanzado, hay humo en la casa, por favor rezad por nosotros.

La llamé. Podía oir explosiones y fuego de ametralladora afuera. Justo antes de las 2 a.m. tanques israelíes y fuerzas especiales habían entrado en una apenas en las afueras de AL-Hawa, cerca del «community college» Se enfrentaban a una sorprendente, dura y violenta fuerza. Los tanques disparaban al azar a los barrios. Se usaron bombas de fósforo blanco para cubrir una aparente retirada.  Todo el apartamento se llenó de humo blanco, los niños están despiertos, chillando a gritos. Parece que hay una retirada definitiva, pero se está esperando lo peor. Piden que sigamos rezando por su seguridad y fortaleza. No saben si sobrevivirán.

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