- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

De Italia a Palestina: Vittorio Arrigoni escribe desde Gaza

Categorías: Europa Occidental, Medio Oriente y Norte de África, Israel, Italia, Palestina, Desastres, Guerra y conflicto, Relaciones internacionales, Respuesta humanitaria

Vittorio Arrigoni with a young girl in Gaza Vittorio Arrigoni es un activista italiano de derechos humanos que está actualmente en Gaza, uno de un número de activistas que llegaron con el movimiento Free Gaza [1]. Vittorio (Vik) bloguea en Guerrilla Radio [2] [it], y también escribe para el periódico italiano Il Manifesto [3].  Sus posts describen vívidamente lo que la gente de Gaza está viviendo ahora mismo. En uno, un doctor describe los efectos de los proyectiles de fósforo blanco de los que se acusa a Israel de usar [4]: «El dijo que lo que era totalmente inexplicable era la falta total de los glóbulos oculares, los cuales incluso en el caso de un traumatismo de esa magnitud deberían mantenerse en su lugar, o al menos rastros de ellos.»

En un post del 8 de enero, también publicado en Il Manifesto, Vittorio escribe [5]:

“Toma algunos gatitos, algunos suaves y pequeños gatitos, y ponlos en una caja», dice Jamal, un cirujano del Hospital Al Shifa, el principal en Gaza, mientras una enfermera pone un par de cajas de cartón justo frente nuestro, cubierta con manchas de sangre. «Cierra la caja y, y con todo tu peso y tu fuerza salta sobre ella hasta que escuches los huesos romperse, y el último miau sea estrangulado.» Mientras miro las cajas estupefacto, el doctor continúa, «Ahora trata de imaginar qué pasaría inmediatamente después que un escenario como ese se hiciera público: el justificado escándalo del mundo, quejas por parte de las organización de protección animal…» El doctor continúa su historia, y no puedo quitar mis ojos por un minuto de esas cajas puestas a mis pies. “Israel ha encerrado a miles de civiles en una escuela como si fuera en una caja, docenas de niños, y después la aplastaron con todo lo peor de sus bombas. ¿Y cuáles fueron las reacciones del mundo? Casi nada. Hubiera sido mejor nacer animales, antes que palestinos; hubiéramos estado mejor protegidos.” 

A este punto, el doctor se agacha hacia una de las cajas, y la abre enfrente mío. Dentro hay miembros mutilados, brazos y piernas desde la rodilla para abajo o fémures enteros, amputados de los heridos que han venido de UN Fakhura School [6] [Escuela Fakura de la ONU] en Jabalia, más de 50 víctimas hasta ahora. Fingiendo que tenía una llamada telefónica urgente me despedí de Jamal; de hecho, me dirigí al baño, me doblé y vomité.

Justo antes de eso yo estaba ocupado en una discusión con el Dr. Abdel, un oftalmólogo, sobre los rumores, los reportes no controlados que por días se habían estado moviendo arriba y abajo de la Franja, según los cuales los militares israelíes han estado usando una lluvia de armas no convencionales, prohibidas por la Convención de Ginebra [7]. Bombas en racimo y bombas de fósforo blanco. Exactamente lo mismo que el Tsahal [IDF [8]] usado en la última guerra en Líbano, y lo que la Fuerza Aérea de E.U. usó en Fallujah, en infracción de las leyes internacionales. Frente al Hospital Al Awda fuimos testigos y filmamos el uso de bombas de fósforo blanco, alrededor de cinco metros de donde estábamos, bien alejados para estar seguros que debajo de los Apaches israelíes habían civiles, pero demasiado cerca de nosotros.

El Tratado de Ginebra de 1980 [9]estipula que el fósforo blanco no debe ser usado directamente como un arma de guerra en áreas civiles, sólo como pantalla de humo o para iluminar. No hay duda que el usar esta arma sobre Gaza, una franja de tierra que tiene la mayor densidad de población en el mundo, es ya un crimen. El Dr. Abdel me dijo que el hospital Al Shifa no tenía la competencia militar y médica para ver si algunas de las heridas de los cuerpos que habían examinado estaban en realidad producidas por proyectiles de fósforo blanco. Pero según él, en veinte años de trabajo, no había visto nunca casos de muerte como aquellas traidas al hospital en las horas recientes. El describió traumatismos de cráneo, con fracturas del hueso vómer, mandíbula, hueso lacrimal, hueso nasal, y hueso palatal que indicaría el impacto de una fuerza inmensa en la cara de la víctimas. El dijo que lo que era totalmente inexplicable era la total ausencia de glóbulos oculares, los cuales en el caso de un traumatismo de esa magnitud deberían mantenerse en su lugar, o al menos rastros de ellos, dentro del cráneo. Sin embargo, en los hospitales palestinos cuerpos sin ojos están llegando, como si alguien los hubiera removido quirúrgicamente antes de entregarlos al forense.

Al final del post él dice:

Me dirigí de regreso al hospital Al Quds donde estaría con el servicio de ambulancia durante toda la noche. Conduciendo uno los pocos taxis imprudentes que todavía zigzaguean, desafiando los objetivos de los disparos de las bombas, vi un grupo de chicos mugrientos con ropa parchada parados en la esquina de una calle, justo como los niños lustrabotas en la Italia de posguerra, que con gomeras estaban tirando piedras al cielo en la dirección de un lejano e inalcanzable enemigo que está jugando un juego con sus vidas. Una loca metáfora que capturó lo absurdo de este tiempo y lugar. 

En un post del 10 de enero, también publicado en Il Manifesto, Vittorio escribe sobre visitar el hospital de nuevo [10]:

Ayer en el hospital Al Shifa fui a visitar a Tamim, un reportero que sobrevivió un bombardeo aéreo. Me dijo que piensa que Israel ha adoptado las mismas técnicas terroristas que Al Qaeda, al bombardear un edificio, aguardar la llegada de los periodistas y servicios de rescate, y luego tirar otra bomba que los mate salvajemente. En su opinión es por eso que han habido tantas víctimas entre los paramédicos y reporteros; las enfermeras asintieron en acuerdo. Sonriendo, me mostró sus muñones. El perdió su pierna, pero está contento de haber salido de eso vivo; su colega Mohammed murió sosteniendo su cámara. La segunda explosión lo mató.

En un post publicado el 9 de enero, el explica la importancia de los túneles [11] Rafah:

Mi pasta dental, cepillo de dientes, hojas de afeitar y espuma de afeitar. La ropa que estoy vistiendo, el jarabe para tratar una fuerte tos que me aflije desde hace semanas, los cigarrillos comprados para Ahmed, el tabaco para mi arghile [12]. Mi teléfono celular, la computadora laptop en la cual lucho esquizofrénicamente para sacar un testimonio del infierno que me rodea. Todo lo necesario para una humilde y digna vida en Gaza vino de Egipto, y llegó hasta las góndolas de los negocios pasando por los túneles. Los mismos túneles que los cazas F16 israelíes han continuado bombardeando duramente en las últimas 12 horas, resultando en la destrucción de miles de hogares cerca de la frontera de Rafah. Un par de meses atrás tuve tres dientes malos arreglados. Al final de la operación recuerdo que le pregunté a mi dentista palestino dónde obtenía todo el equipamiento dental, anestesia, jeringa, coronas de cerámica, y los instrumentos del oficio. Disimuladamente, el dentista hizo un gesto con sus manos: de debajo de la tierra. No hay duda que los explosivos y armas también pasaron por los túneles de Rafah, el mismo que la resistencia está usando hoy para tratar de detener el temido avance de los mortales vehículos blindados israelíes; pero esto es pequeño comparado con las toneladas de bienes de consumo que circularon hasta una Gaza reducida al hambre por un asedio criminal.

Concluye el post diciendo:

Gaza ha estado tristemente envuelta en la oscuridad por 10 años; sólo en los hospitales es posible recargar las computadoras y teléfonos celulares, y ver televisión con los doctores y paramédicos aguardando por una llamada de emergencia. Oímos los estruendos en la distancia, y luego de unos minutos la redes satelitales árabes informan exactamente dónde ocurrió la explosión. A menudo miramos como sacan los cuerpos de los escombros en la pantalla, como si no fuera suficiente haberlo visto en directo. Anoche, buscando con el control remoto me encontré con un canal israelí. Estaban mostrando un festival de música tradicional, con muchas muchachas en vestidos cortos, y fuegos artificiales al final. Volvimos a nuestro horror, no en la pantalla, sino en las ambulancias. Israel tiene todo el derecho de reirse y cantar, incluso cuando masacra a sus vecinos. Los palestinos sólo están pidiendo tener una muerte diferente, una por vejez.

La foto de arriba es cortesía de Free Gaza [13].