En Filipinas, los medios de comunicación han señalado un frente frío acompañado de semanas de intensa lluvia como la causa primera y más inmediata de las inundaciones y corrimientos de tierra, pero algunos blogueros filipinos han empezado a hacerse otras preguntas. ¿Cuál es la causa principal de las inundaciones? ¿Qué es lo que realmente ocurre? A continuación, algunos comentarios de dichos blogueros que tratan de poner un poco de sentido y explicar este desastre:
Ed Montalvan, de The Mindanao Current da una perspectiva histórica de las inundaciones:
No puedo decir cómo era antes de que yo naciera, pero en 1955 hubo una gran riada… Por aquel entonces, nuestro padre solía decirnos que cada 25 años el río crecía y que, como la última inundación ocurrió en 1941, sólo habían transcurrido 14 años. Estaba preocupado porque pensaba que podría ser peligroso.
Entonces, en los años sesenta (quizás 1965 o 1966, porque me marché de Cagayan de Oro justo después), el río creció de nuevo, pero sólo hasta el borde de Burgos. Donde yo vivía, el agua nunca cubrió las calles…
Como solía decirnos nuestro padre, esto ocurría cada 25 años, y, en esos momentos, la industria maderera no trabajaba en el bosque, y éste era bastante denso. Si ocurren cada vez con intervalos más cortos, significa que nuestro mundo está en una situación francamente mala.
El predominio de explicaciones con trasfondo religioso para las inundaciones llamaron la atención de Kevin Paquet, de pinoyteens.net.
BenCyrus G. Ellorin, ecologista y trabajador social de Cagayan de Oro, culpa a la deforestación como causa de las inundaciones:
Han habido pequeños esfuerzos para reforestar la cuenca del río. Nuestro grupo comenzó un proyecto de reforestación en las áreas de Dansolihon, Bayanga y Monigue Creek, plantando una pequeña especie autóctona (la Dipterocarpaceae), pero cuando las ayudas monetarias del exterior se terminaron, no pudo continuarse. Hubo otras pequeñas iniciativas, pero no se ha emprendido ninguna a gran escala y de manera sostenida. Ésta debe provenir de las autoridades, tanto locales como nacionales. Pero en lugar de eso, nuestros gobernantes miran hacia otro lado, disfrutando de las luces de la ciudad e ignorando al elefante del patio trasero, por decirlo de alguna manera. Entonces llegó el 3 de enero del 2009…
La causa principal del desastre que ha ocurrido ahora no es debida a cuestiones más o menos recientes, sino que se debe al abuso y al maltrato al que se ha visto sometido nuestro ecosistema, la cuenca de Cagayan de Oro, en los últimos 20 o 30 años. Es el resultado de la contínua tala de bosques y de la reconversión sin sentido de las tierras para otros propósitos, realizadas tanto legal como ilegalmente.
Coffee Writings comenta las noticias aparecidas sobre la prohibición de explotaciones mineras en una de las ciudades afectadas:
Lo sucedido la semana pasada no había ocurrido en la ciudad nunca desde hace décadas. Un historiador dice que la última gran inundación ocurrió en los años sesenta, pero, probablemente, ésta es mayor. Creo que es debido a las explotaciones mineras, nuevos asentamientos y a un bosque ya de por sí agotado.
El alcalde Constantino Jaraula ha prohibido las explotaciones mineras y los asentamientos que se derivan de ellas, algo que tendría que haberse hecho años atrás. Diferentes grupos han estado haciendo llamamientos para su prohibición desde hace mucho tiempo, pero, como todos sabemos, las autoridades necesitan un toque de atención en la cabeza para que reaccionen. Los granjeros han tenido que hacer huelgas de hambre y marchar muchos, muchos kilómetros, para ser oídos. En este caso, la madre naturaleza ha tenido que provocar inundaciones y corrimientos de tierra para que se la escuche.
Por su parte, The Green Theory añade:
Lo realmente triste es que la gente afectada son gente corriente para las que sobrevivir día a día ya es bastante. Los gobernantes que autorizaron a las compañías madereras sus actividades y los dueños de dichas compañías están este fin de semana descansando tranquilamente en la comodidad de sus hogares o jugando al golf en exclusivos clubs, mientras que los ciudadanos de esos pueblos se están muriendo de hambre.
Las riadas por sorpresa ocurridas en Cagayan de Oro nos dicen de manera inequívoca que no tendremos un país a salvo de estos hechos hasta que no paremos de abusar de nuestros bosques.
Gracey señala el cambio climático como causa:
Los cambios en los patrones meteorológicos se suceden de manera abrupta, las temperaturas suben y los niveles del mar se elevan, provocando que las pequeñas islas que están al nivel del mar sufran frecuentes inundaciones. Lo único que podemos hacer es tratar de disminuir estos efectos, y reusar y reciclar tanto como podamos.
Caustic Thoughts ve las inundaciones como el precio que hay que pagar por el desarrollo:
Por supuesto, los mayores siguen pensando en teorías conspiratorias, sospechando que poderes ocultos han estado firmando extrañas autorizaciones con tinta invisible que permiten la deforestación. Los jóvenes tienden a pensar más en los efectos del cambio climático. La inundación de Cagayan de Oro puede haber sido perfectamente nuestro primer contacto con un nuevo y desagradable caos medioambiental…
La triste realidad es que, sea el cambio climático o no, estas riadas son debidas muy probablemente al precio que hay que pagar por lo que los industriales llaman desarrollo, que sólo ellos disfrutan. Quienes han visto como sus casas se han inundado por un día o que han desaparecido bajo las aguas para siempre probablemente no sepan apreciar ese desarrollo.
Por último, Living Life Simply comenta:
El arzobispo de Cagayan de Oro, Antonio J. Ledesma, S.J., D.D., ha hecho un llamamiento a toda la comunidad católica para que demuestre su fe extendiendo la mano para ayudar a las víctimas de las inundaciones, haciendo además hincapié en la necesidad de ir a la raíz del problema y causa principal del por qué de las riadas. Subraya que el enlodamiento del río Iponan por la minería y que la excesiva tala de árboles cauce arriba, no sólo en Cagayan de Oro sino también en las áreas de Bukidnon y Lanao del Sur, han conducido al desastre.
Más catástrofes están por venir.
Las catátrofes provocadas por desastres «naturales» provienen de prácticas ecológicamente destructivas. Cada vez más, las señales de abuso del medioambiente son pasadas por alto debido a que los projectos de «desarrollo» parecen ser una fuente económica viable para la comunidad.
La excesiva explotación de las tierras para actividades industriales o económicas está erosionando las defensas naturales con las que cuentan las comunidades contra este tipo de desastres. Además, destruye las cuencas fluviales que, de manera natural, proveen de una protección que hace que una excesiva crecida del río no sea tan destructiva. Esto cambia la capacidad de las gentes para recuperarse de estas catástrofes.
Mientras tanto, el gobierno de Filipinas ha ordenado una investigación sobre las causas de la inundación. Las operaciones de ayuda y socorro continúan. Los esfuerzos para ayudar a las víctimas de las inundaciones a través de blogs y redes sociales en internet también continúan.
1 comentario