El reportero gráfico y corresponsal estadounidense Russell Gordon demandará a la República de Serbia por violaciones a los derechos humanos que ocurrieron mientras estuvo en la Prisión Central de Belgrado. Gordon pasó 48 horas en detención, donde fue física y psicológicamente acosado. Añadió que demandará al gobierno serbio, el Ministerio del Interior y Ministerio de Justicia antes las cortes de Derechos Humanos locales y europeas .
Gordon fue arrestado el lunes porque rompió una ventana en una corte en Sopot. Él estaba soliviantado despúés de la sesión en la corte, porque las autoridades no llegaron a protegerlo a él ni a su esposa Jelena Kajtaz de graves amenazas.
Goran Necin publicó parte de la carta que Russell Gordon envió a sus colegas (ser):
[…] Soy un hombre físicamente discapacitado, con la columna deteriorada por una lesión en la columna. Camino con bastón, necesito terapia médica semanal para vivir y funcionar adecuadamente, y no debo usar físicamente la columna. Primero me dieron una delgada tabla de madera sobre la cual dormir, puesta en un marco de 5 tubos de metal, con dos clavos que sobresalían. Respetuosamente pedí un colchón varias veces, pero lo guardias dijeron que no había ninguno, y tiraron la puerta. Hice lo mejor que pude, volteando los clavos y poniendo frazadas encima.
Me llamaron para una entrevista médica, donde mencioné mi lesión a la columan y mi situación, gota, transtorno de cólon irritable (genético) y alergia a todos los productos lácteos. Afortunadamente, los doctores ordenaron un colchón, que le ahorró a mi columna mucho, pero no todo, el dolor.
En todo el tiempo que estuve ahí pedí ya fuera un trozo de papel higiénico o un poco de periódico para limpiarme después de usar una letrina de estilo turco. Fuí respestuoso y me lo negaron agresivamente cada vez. Por suerte, un guardia me había dejado traer un libro grande de Ayn Rand; bien pensado.
El último día estaba furioso, e insulté a un guardia sádico. Abrió la puerta y me amenazó, pero se sorprendió cuando le respondí agarrando la parte superior de la litera, y acercándome, listo. Se retiró y llamó a sus colegas.
Su jefe me informó que no podría tener papel higiénico ni ningún otro papel, que tendría que pedirlo por escrito. Entonces lo tendría al día siguiente como ayuda humanitaria. Repetidamente les advertí que el trato que estaba recibiendo era incorrecto, a lo que se rieron y me insultaron.
La primera noche solamente agua. La siguiente tarde pan y queso — que no pude comer por la alergia, debido a la leche. El almuerzo incluía yogurt. Comí un poco de goulash, pero sospechando de más productos con lactosa, me negué a seguir comiendo.
Cuando llegó el momento en que me liberaran, debido a la extensa cobertura de la prensa local serbia y la solidaridad del público, los guardias me hicieron cargar mis pertenencias, más dos frazadas, zapatos, plato y cuchara, en un brazo en el que no podía hacerlo, mientras caminaba con un bastón. Les dije que era discapacitado y que tenía una seria lesión en la columna, y que necesitaba por lo menos cargar las frazadas en los hombros, y al menos 4 veces un grupo de 10 guardias me insultaron, se burlaron de mi discapacidad y me ordenaron poner todo en el piso, pararme, agacharme, recoger, agacharme y repetir. Ya me habían hecho cosas similares al tener que subir y bajar de la litera superior.
Les advertí que habría repercusiones para Serbia, pero eso solamente aumentó sus risotadas, insultos, humillación y burlas. Para entonces podía sentir una hinchazón que empezaba en mi columna, y el creciente dolor, agravado por las 48 horas en esa cama.