Es evidente que la llegada de las Elecciones Generales de India se siente como una excitante película de Bollywood. Mientas que los representantes de los partidos políticos más importantes y sus adherentes están ocupados lanzándose acusaciones entre ellos, el pueblo sigue desconcertado y a la espera de que alguien escuche sus preocupaciones.
Los políticos indios son víctimas de las opiniones de sus oponentes, pero también de las de los ciudadanos que se expresan a través de Internet y en las calles.
Sameer Shaikh mostró su preocupación sobre el modo en que el partido político opositor más importante, Bharatiya Janata Party (BJP por sus siglas en inglés), trabajó durante las elecciones. En su blog, Sameer escribió acerca de los tres «nitis» o principios del partido nacionalista hindú y aseguró que recurren a la religión para dividir al pueblo, reparten incentivos para conseguir apoyo y utilizan al racismo para fomentar la desconfianza.
“Raam = When elections come they talk about Raam, the God who spread love. And Here under the name of the GOD several politicians are using it to get in power…. this has being BJP's triumph card to gain votes…. Be it LK Advani saying that Ram Mandir is what they wanted to always do or be it Varun Gandhi whose controversial speech has put him in jail and he is now held under the NSA (Threat to nation act).”
«En épocas de elecciones, hablan de Rama, el Dios que reparte amor. Y aquí, bajo el nombre del Dios, muchos políticos lo están utilizando para obtener poder. Esta ha sido la carta ganadora que jugó el BJP para conseguir votos. Así sea L.K. Advani diciendo que siempre quisieron algo como Ram Mandir, o sea Varun Gandhi, quien ha sido encarcelado por su polémico discurso y ahora se encuentra bajo la custodia de la NSA (Amenaza a la ley nacional)».
El partido gobernante, Congreso Nacional Indio, también está siendo objeto de críticas, especialmente el descendiente de la familia Gandhi, Rahul Gandhi. Offstumped, el sitio que se describe a sí mismo como el encargado de ofrecer una visión realista sobre la política en India, información y opinión a través de blogs en inglés e hindú, relata sobre «el falso amor por los pobres» de Gandhi.
“The reality for these mostly poor and largely Muslim victims of the CPI-Mafioso’s tyranny of Nandigram was that Sonia Gandhi and Rahul Gandhi let them down when they needed them the most by looking the other away at Buddhadeb’s Taliban Act.
As Rahul Gandhi goes about tom-tomming his phony love of the poor it is imperative to refresh everyone’s memory of those poor he let down badly in Nandigram by never fighting for their dignity.”
«La realidad de las víctimas de la tiranía del mafioso Partido Comunista de India en Nandigram, en su mayoría pobres y musulmanes, es que Sonia y Rahul Gandhi las decepcionó cuando más los necesitaban al darles la espalda cuando la ley del talibán de Buddahadeb.
Mientras Rahul Gandhi va por ahí esparciendo su falso amor por los pobres, es fundamental refrescar la memoria y recordar a todos los pobres que decepcionó en Nandigram cuando no luchó por su dignidad».
El Regionalismo está presente en la mente de muchos votantes indios. Los ataques en Mumbai en noviembre de 2008 y la violencia contra las tribus cristianas en el estado de Odisha destacan el problema.
El doctor Charakan explica cómo explotan al regionalismo para alcanzar objetivos políticos:
“Religion, region and to some extent caste come to the rescue of the rich. So the Ram mandir, Maratha pride and Islamism are invented to prevent unity of the poor. The poor Muslim laborer is lynched by a mob for ‘preventing’ the building of Ram Mandir. The poor train passengers are killed by Islamist bombs as a revenge. The Bihari coolie is be-headed by poor and unemployed Marathi youth for Maratha pride. The rich laugh all the way to the bank.”
«La religión, las regiones y, en cierta medida, las castas vinieron al rescate de los ricos. Entonces, el Ram Mandir, el Imperio Maratha y el Islamismo fueron inventados para prevenir la unión de los pobres. Al pobre trabajador musulmán lo linchan para evitar que construya el Ram Mandir. Mientras, los pasajeros pobres de tren son asesinados por bombas islamistas a modo de venganza; y los culíes biharís son decapitados por la pobre y desempleada juventud marathí por el orgullo Maratha. Y así, los ricos se van riendo todo el camino hasta el banco».
Los políticos de casta, pilares en las elecciones de India, le han traído problemas al pueblo desde hace mucho tiempo. Muchos culpan a los partidos políticos de derecha, centro, izquierda e, incluso, a aquellos que presumen defender exclusivamente a la población de las clases más bajas, de abusar de esta odiosa práctica para obtener experiencia política.
Vikram Garg, estudiante de un doctorado en Mombai, escarba en la historia de las castas políticas en India con un punto de vista más académico. En su posteo titulado «¿Mayawati traerá el cambio que los dalits (aquellos de las castas más bajas) de India necesitan?» habla de la investigación llevada a cabo por la Universidad de Washington y la Universidad de Edimburgo en el pueblo de Nangal, en el estado de Punyab, donde el 48% de su población es dalit.
El estudiante asegura que, a pesar de los esfuerzos por darles más poder, la situación de los dalits sigue siendo extrema.
“Simply claiming Dalit self-respect is a legitimate but incomplete goal. In fact for most of the Dalits in Nangal the notion of respect and improving access to resources are deeply linked. Without the right access, anger is brewing in a cynical and increasingly desperate peasantry. This anger could explode anytime and India could be in for a few very bloody decades.”
«Reclamar por la autoestima de los dalits es un objetivo legítimo pero insuficiente. De hecho, para la mayoría de los dalits en Nangal, la noción de respeto y la mejora de los accesos a los recursos están estrechamente ligadas. Sin el acceso adecuado, el enojo está emergiendo como un campesinado cínico y cada vez más desesperado. Este enojo podría explotar en cualquier momento y la India se vería inmersa en varias décadas sangrientas».
Esta publicación es parte de la cobertura especial de Global Voices sobre las Elecciones en India 2009.