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Armenia: Debate sobre promesa de campaña ensombrece 94° aniversario de las matanzas de la Primera Guerra Mundial

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Monumento conmemorativo al genocidio en Tsitsernakaberd, Ereván, República de Armenia © Onnik Krikorian / Oneworld Multimedia 2008, Bajo licencia de Creative Commons

El 24 de abril se conmemoró el 94° aniversario de la masacre y deportación de un millón y medio de armenios que vivían en el Imperio Otomano. Ya divididos en su respuesta al discurso del presidente de EEUU Barack Obama en Turquía [1] a comienzos de este mes, los bloggers reaccionan a sus declaraciones con motivo de la ocasión, pero que evitaron referirse directamente a los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial como genocidio.

Muchos ya estaban resignados al inevitable rompimiento de una promesa de campaña [2] diseñada para atraer el voto armenio-estadounidense [3]. Ciertamente, otros ya han notado la importancia estratégica de Turquía [4] para Occidente, y un potencial gran avance en los esfuerzos para normalizar las relaciones entre Armenia y Turquía [5] que supuestamente involucraría que el segundo asumiera su propio pasado.

Esta opinión es recogida por el analista armenio-estadounidense Richard Giragosian, que radica en Ereván [6] en un post que escribió como invitado en Post Global.

[…] cualquier enfoque estrecho únicamente en el tema del genocidio o la elección del presidente Obama al formularlo oscurece el punto, como que la carga de dirigirse al legado histórico de Turquía ahora yace en la propia Turquía, que ya se ha embarcado en una significativa, y a veces dolorosa, reexaminación de su pasado y la redefinición de su identidad.

[…]

Así, ahora con esta oportunidad única frente a nosotros, solamente podemos tener esperanza que Turquía y Armenia serán capaces de avanzar juntos, asumiendo el legado del pasado, pero basados en un compromiso compartido al futuro. […]

Aun así, algunos bloggers armenios como Sevana en Life in the Armenian Diaspora discrepan y estuvieron furiosos [7] incluso antes de la afirmación presidencial.

Entonces un anuncio como este solamente puede significar una cosa. Es el 22 de abril y Turquía está preocupada porque Obama dirá GENOCIDIO en su declaración del 24 de abril. […]

¿Obama mantendrá su promesa, o triunfarán los juegos turcos? Quiero creer que el bien prevalecerá, que esta vez podríamos creer en las promesas de campaña, pero… la duda sigue fuerte en mí.

En un segundo post después de la declaración, el blogger simplemente calificó al presidente de EEUU como un mentiroso [8], una opinión compartida por algunos que no son armenios, como Cervantes que compara a Obama con su predecesor [9].

Barack Obama fue claro durante la campaña: como presidente, reconocería la masacre de hace casi un siglo en contra de los armenios en Turquía como genocidio.

Rompiendo esa promesa el viernes, el presidente hizo los mismos tanteos diplomáticos por los que criticó a la administración Bush.

Sam Lapena es todavía más franco [10].

Hoy el presidente – mi alucinante héroe, una de la pocas personas en la faz de este planeta de los que podría decir, muy seriamente, que son una inspiración para mí – la hizo linda con su promesa, convirtiendo efectivamente un reconocimiento vital en un juego de semántica y terminología. […]

[…]

Espero que en el segundo en que Turquía deje de ser útil, se pare delante de un maldito canal internacional de televisión y diga ‘fue un genocidio’. Por ahora tengo la esperanza, pero no contendré mi lengua. No diré que no estoy decepcionado. Estoy muy, muy decepcionado y ni siquiera puedo imaginar lo que muchos armenios y armenio-estadounidenses deben estar sintiendo. […]

Obama no es insensible a las críticas. Bueno, acá está la mía- ¿qué DIABLOS fue esa basura? Más vale que esta porquería se arregle rápido […]. No puedes sentarte ahí, venderte como ‘cambio’ y ‘diferente’ y ‘humano’ y ‘para el pueblo’, haciendo promesas vitales […], después renegar de esas promesas cuando se te complica. Si ese es el caso, no eres más ‘cambio’ que todo otro presidente adobado en privilegios que hemos tenido antes. […] Tiene que haber una muy biena razón para esto. Estoy hablando de la razón de ‘evitar pérdida de vidas’, y no de la maldita diplomacia política.

Egalicontrarian también cree que Obama debió haberse referido a los acontecimientos de 1915 como genocidio [11].

Estoy a favor del uso que hizo el presidente del término “genocidio” para describir el genocidio en contra de los armenios. Sin embargo, creo que soy contrario a que el Congreso apruebe un comunicado declarándolo un genocidio. Esto es porque no creo que determinar la verdad histórica deba ser responsabilidad del gobierno. Creo, en cambio, que debe de ser hecho por historiadores. Pero creo que los congresistas, como personas que hablan acerca de cosas en el mundo, deberían usar libremente la palabra genocidio cuando sea precisa, y que el presidente también debería hacerlo. En otras palabras, no deberían evitarla conscientemente como estrategia política.

Irónicamente, ni siquiera Talk Turkey estuvo impresionado [12] por los esfuerzos de Obama para apaciguar tanto a armenios como a turcos, pero principalmente porque cree que el presidente solamente tuvo éxito en provocar el distanciamiento de todos.

[…] esto es lo que le digo a Obama. Con tu declaración de hoy, de hecho te acobardaste de tomar una postura. Ahora, has molestado a armenios (por no usar la palabra ‘Genocidio’) y a los turcos (por no usar la palabra con ‘G’ pero insinuando todo lo demás al cambiar la definición y su aplicación).

No hubieras tomado parte, en cualquier sentido, para que admiráramos tu coraje, y pensáramos en ti menos como un político, y más como un hombre de convicción e integridad. O no hubieras dicho, suficiente con la tradición de estas declaraciones ‘no vinculantes’. Sigamos adelante y ‘cambiemos’ nuestra actitud. Ocupémonos de las cosas que nos unen, y no de las que nos dividen.

¿O esas también fueron promesas de campaña rotas? ¡Qué vergüenza!

Como anota el blog, lo que hace el debate más problemático fue la elección de palabras que hizo Obama para una declaración que, como fuera, pocos esperaban que incluyera la palabra ‘genocidio’. Por ejemplo, Unzipped señala que Obama sí se refirió al genocidio en armenio [13].

Como se esperaba, después de esa ‘histórica normalización Armenia-Turquía’, Obama dejó atrás su promesa de campaña, y se refirió al genocidio armenio como “una de las mayores atrocidades del siglo XX” y “Meds Yeghern”.

En armenio, Meds Yeghern significa genocidio, pero solamente en armenio. Mejor que nada, por supuesto, pero sigue sin ser la palabra con G. Aunque no hay sorpresa…

Efectivamente, reconoció el Genocidio Armenio solamente para los armenios (que entienden el significado de “Meds Yeghern”) pero no para el mundo exterior.

Blogian tambión se dio cuenta del idioma usado, pero dice que quedó corto [14] respecto de lo que los armenios esperaban.

En su primera declaración conmemorando el Genocidio Armenio, el presidente Obama no dijo “genocidio” sino que usó el término armenio para el genocidio, Meds Yeghern (gran catástrofe) y dijo que sus opiniones no han cambiado.

Tal vez un reconocimiento parcial, pero no el cambio que prometió.

Whatever you are be good one está de acuerdo [15].

[…] El presidente de EEUU, Barack Obama, evitó usar la palabra ‘genocidio’ durante su discurso anual dirigido a los armenios de Estados Unidos, y lo reemplazó con el equivalente armenio “Meds Yeghern”. ¿Así que fue dirigido para que solamente los armenios lo entendieran? Estoy decepcionado. Aunque, para ser sinceros, no esperaba nada más […].

Federación Revolucionaria Armenia — Activista de Dashnaktsutyun quema la bandera turca, Ereván, República de Armenia © Onnik Krikorian / Oneworld Multimedia 2008, bajo licencia de Creative Commons

Sin embargo, Ianyan  prefiere reflexionar sobre las consecuencias del genocidio [16] antes que entrar en un debate sobre semántica.

[…] por mi propia voluntad, no iré a la embajada turca, a agitar mis carteles, gritar muerte ni amarrar banderas a los lados de mi auto para marchar por las calles. De hecho, cuando píienso en los miles de armenios que estarán participando en esas muestras, repentinamente me siento avergonzado.

No me malinterpreten. El reconocimiento del genocidio es importante, pero dejarlo que defina cada fibra de tu ser, dar constantes golpes a Turquía en los editoriales de los periódicos, destilar odio en las mentes de los niños armenios e incitar el nacionalismo ciego hace más daño que bien.

[…] Hay momentos en los que me siento agobiado con el orgullo de mis raíces culturales, que siento que los turcos deben pagar profundamente por virtualmente destruir mi nación. Hay otros momentos en los que […] ver los artículos en los periódicos armenios exigiendo que Turquía nos debe una disculpa o que el presidente Obama debería avergonzarse porque todavía no ha mantenido su promesa, que EEUU reconocerá el Genocidio hace que mi cabeza gire de frustración.

Pero me doy cuenta, lo que necesitamos es diálogo.

Lo que necesitamos es dejar de hacernos las víctimas.

Lo que necesitamos es dejar de usar el Genocidio como una muleta y ocuparnos de lo que podemos mejorar en las relaciones turco-armenias, la postura política y económica de Armenia y la discriminación y hostilidad que perpetuamos en otros grupos étnicos y marginales.

Istanbul Calling está de acuerdo y dice que fijarnos en la terminología ha cobrado vida propia [17].

El 24 de abril se conmemora el Genocidio Armenio de 1915-1918. La tragedia del acontecimiento mismo ha sido subsumido y oscurecido por la política que rodea el tema. Parece como que cada año se presta más atención al juego de adivinar “¿lo hará, no lo hará?” de si el presidente estadounidense gritará la palabra “genocidio” en su conmemoración anual del hecho, que en realidad se hace para recordar lo que pasó.

Un día antes de la comemoración anual del 24 de abril, un blogger armenio no perdió la idea central [18] en The Harvard Crimson.

El término está tan cargado que invalida la lógica misma. En una declaración oficial el año pasado, el presidente George W. Bush declaró que “un millón y medio de armenios perdieron la vida en los años finales del Imperio Otomano, muchos de ellos víctimas de asesinatos masivos y deportaciones forzadas”. Irónicamente, muchos activistas turcos celebraron esta descripción por su omisión de la palabra “genocidio”, a pesar de su abrumadora reprobación de los hechos en todas las otras maneras. […] en tanto la palabra “genocidio” no fue mencionada, creyeron que habían ganado.

De manera similar, los activistas armenios han permitido que su fijación con la palabra “genocidio” mate su respeto por los hechos históricos. En intentos de convencer al mundo de que el genocidio ocurrió, los activistas confían a veces en infladas cifras de muertes y fuentes discutibles para demostrar lo que sostienen. […]

Los que reconocemos el Día de los Mártires mañana, entonces, no deberíamos caer en la trampa de discutir si los hechos de 1915 deberían ser clasificados como “genocidio”. En cambio, debemos encontrar personas que estuvieron ahí o que fueron afectadas y hablar con estas fuentes vivientes, primarias y secundarias. […] Y, cuando hablemos con ellos, en lugar de preguntarles “¿fue un genocidio?”, deberíamos preguntar simplemente “¿qué pasó?” Así, en lugar de sentir la presión de moldear esas devastadoras experiencias en una etiqueta, podemos dejar que el contenido de la historia hable por sí mismo.

En un post escrito como invitado con ocasión del 24 de abril, The Hub presenta uno de esos testimonios [19] de Alice Shnorhokian, de 96 años.

Sin embargo, independientemente de la opinión en el tema, la mayoría de los bloggers están de acuerdo en que los hechos de 1915-17 fueron ciertamente un genocidio, un término acuñado por Raphael Lemkin en 1943 [20], en parte con las masacres armenias en mente. En lo que no están de acuerdo es en el enfoque tomado para resolver el asunto. No hay duda, el debate continuará.