La bloguera Kuskuso, cuyo esposo es tunecino,
reflexiona sobre los tunecinos que viven en Japón.
Los divide en dos categorías, y observa que desde el 11 de septiembre, las leyes de inmigración en Japón son más severas y que actualmente hay muy pocos tunecinos ilegales.
Algunos llegan a Japón como estudiantes especializados en informática, tecnología y otros campos científicos, gracias a programas de intercambio entre universidades japonesas y tunecinas. Otros llegan a encontrar trabajo y no son pocos los que han abierto sus propios restaurantes en años recientes.