Japón: ¿Por el precio de un boleto aéreo…?

Recientemente, una iniciativa del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar que ofrecía cubrir los gastos de viaje para nikkei desempleados que deseen regresar a sus países de origen ha estado causando revuelo. El monto ofrecido es de 300,000 yen ($3,000) más 200,000 yen ($2,000) por cada dependiente; el gobierno pagará por los pasajes aéreos y enviará el resto del dinero en dólares norteamericanos una vez que el(los) receptor(es) hayan regresado a casa. A cambio, pierden la posibilidad de reentrar a Japón con condición de residente nikkei durante una ‘cierta cantidad de tiempo’. Los funcionarios no fueron explícitos sobre cuánto dura este tiempo, apenas una de las razones que ha dejado a esta iniciativa abierta a una oleada de críticas.

Muchos bloggers japoneses están usando la palabra ‘indemnización por cese’ cuando tocan el tema. Por ejemplo, Kaoru Domoto en el Harem Journal publicó un artículo ampliamente referido a otro publicado en el New York Times y dijo:

Busqué artículos en japonés después de leer el Times y me sorprendió mucho encontrarme con la frase ‘ayuda para regresar a casa’. No había nada en el artículo en inglés que se refiririera a este dinero como ‘ayuda’. Después de todo, esto no es para nada ‘ayuda’ sino ‘indemnización por cese’.

Debito Arudou va más allá y lo llama ‘un soborno de repatriación‘:

Este ardid solamente es aplicable para nikkei, no para otros trabajadores no japoneses también acá por invitación de Japón. Pues este es el fracaso final de un régimen de “visa de retornados” fundado en paradigmas racistas.

[…]

No traten a los extranjeros como desperdicio tóxico, mandándolos lejos para que otra persona se ocupe de ellos, y no desintoxiquen nuestra sociedad bajo los mismos paradigmas basados en la raza que nos pusieron en esta situación. Ustedes mismos trajeron esto sobre ustedes por medio de una política de trabajo que ignoró a la inmigración y a la asimilación. Ahora encárguense de esto acá, en Japón, y ayuden a la población no japonesa sin importar sus antecedentes a hacer de Japón su hogar.

Lenzabile está de acuerdo con este comentario del alcalde de la ciudad de Hamamatsu como crítica convincente y práctica: “necesitamos juntar nuestras cabezas y venir con ideas, como permitir la reentrada una vez que los receptores hayan pagado sus gastos de viaje”. Le preocupa que:

Por supuesto, el asunto de la inmigración es importante en esta época de tasas de natalidad cada vez menores y una población que envejece. Sin embargo, hacer una conexión simplista entre temas individuales y discutir los pros y los contras de ‘¿deberíamos invitar activamente a los inmigrantes?’ lleva a conflictos innecesarios y dificulta resolver los problemas que están delante de nosotros, como la ayuda a los nikkeis, su bienestar, la situación financiera del gobierno y ocuparse de las personas que quieren ir a casa.

Las municipalidades locales y los centros de trabajo Hello Work han estado realizando sesiones informativas de este proyecto. El blogger en Libertad atendió a una en Nagoya:

La ciudad de Toyoda y la ciudad de Toyohashi cada una tuvo 400 personas que asistieron a su sesiones, pero solamente 170 personas fueron a la de Nagoya. Yo mismo fui a la reunión en Nagoya que se llevó a cabo el 17. La atmósfera en Century Hall, un recinto normalmente usado para conciertos, era lóbrega y parecía un velorio. Sé que no se puede evitar pero los brasileños, usualmente personas tan alegres, estaban tan callados y tristes. No hubo mucha reacción a la explicación desigual de un funcionario del Ministerio de Salud, Trabajo, y Bienestar y un intérprete. Había muchos intérpretes brasileños a la mano, en el mostrador de la recepción. La visión de ellos parados por ahí sin nada que hacer está fijada en mi memoria.

A Ja Fui Gata, desde Nagoya, no le agrada la idea del proyecto, y dice que la situación es preocupante:

Creo que este plan es un caballo de Troya. Después de todo, lo que queda claro es que el gobierno japonés quiere librarse de los nikkeis, olvidando esos 100 años en que Brasil albergó a muchos japoneses en un momento de crisis en este país (como las primeras 781 personas)*. Muchas personas están desoladas con la situación. A pesar de saber que el gobierno japonés ha hecho algo para ayudar en este momento de crisis, veo esta oferta con gran sospecha. ¿Qué han hecho los pobres brasileños tan mal en esta tierra para ser tan rechazados?

* Lean un artículo previo de Global Voices que cubre la historia de los brasileños nikkei en Japón que Ja Fui Gata menciona: Japón, Brasil: un centenario de inmigración japonesa a Brasil.

Kurati, que vive en la prefectura de Gifu, observa que “Japón nunca volverá a ser ese paraíso dekassegui (trabajadores invitados)”. Dice que regresar a casa es solamente una opción entre otras:

Los que están cerca de la extrema pobreza deberían aceptar la ayuda e irse. Los que están resistiendo deben aguantar fuerte y adaptarse a la nueva realidad del archipiélago. Escucho a muchos brasileños quejarse acerca de su vida en la agencia pública, pero la realidad es dura en todas partes en el mundo. Las empresas eligen a los que quieren emplear. ¿En qué parte de Brasil una empresa daría trabajo a un tipo iletrado, que con las justas conoce el idioma? Así es también en Japón. No es como antes cuando a la economía le iba bien, las empresas contrataban solamente para girar una manija. Ahora Japón está en desgracia, pero al menos tiene efectivo en la mano y gastará este dinero en remendar el país.

En colaboración con Paula Goes.

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