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Ucrania: 65° aniversario de la deportación de los tártaros de Crimea

Categorías: Europa Central y del Este, Ucrania, Arte y cultura, Derecho, Derechos humanos, Educación, Etnicidad y raza, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Historia, Música, Política, Protesta, Pueblos indígenas, Religión

El 18 de mayo se conmemoró el 65° aniversario de Sürgün, las deportaciones de 1944 [1] de los tártaros crimeanos [2] de su tierra natal en Crimea [3].

J. Otto Pohl escribió [4] acerca de la historia de las deportaciones, y acá hay un extracto de su post:

El 18 de mayo de 1944, la NKVD soviética empezó el sistemático acorralamiento y deportación de cerca del íntegro de la población tártara crimeana de su tierra natal ancestral a Uzbekistán y los Urales. Temprano en la mañana tropas armadas de la NKVD empezaron a tocar las puertas de las casas de los tártaros crimeanos y a informar a los ocupantes que iban a ser deportados. La explicación oficial dada para este desarraigo masivo de mujeres, niños, ancianos, veteranos del Ejército Rojo y hasta miembros del Partido Comunista fue la falsa alegación de que los tártaros crimeanos habían traicionado colectivamente a la Unión Soviética y colaborado con los ocupantes nazis. […]

En el primer día de la operación, los órganos de seguridad soviéticos llevaron a 90,000 personas a las estaciones de tren, de los cuales 48,400 empezaron su travesía hacia el este (Bugai, doc. 11, p. 138). Al día siguiente, el número de tártaros crimeanos transportados a las estaciones de tren aumentó a 165,515, de los cuales 136,412 fueron puestos en los escalones del tren con dirección a Uzbekistán (Bugai, doc. 12, p. 138). Finalmente, el 20 de mayo de 1944, la NKVD completó la operación. Informaron haber puesto en trenes a un total de 180,014 tártaros crimeanos en 67 trenes, de los cuales 63 con 173,287 deportados estaban de camino a sus nuevos destinos (Bugai, doc. 13, pp. 138-139). El mismo día, NKVD también informó haber movilizado a 11,000 hombres tártaros crimeanos para labores forzadas, lo que arroja un número total  de tártaros crimeanos retirados de Crimea de 191,014 (Ibid.). Un total de 23,000 soldados y oficiales de las tropas internas de la NKVD y 9,000 trabajadores operativos de la NKVD-NKGB participaron en esta operación (Bugai, doc. 21, p. 144). La NKVD tuvo éxito en limpiar étnicamente a Crimea de su población nativa en apenas tres días.

[…]

Maria Sonevytsky de My Simferopol Home publicó fotos del acto conmemorativo [5] que tuvo lugar en Simferópol [6] el 18 de mayo – y describió las penurias actuales de los tártaros crimeanos que han regresado a vivir en Ucrania:

La semana pasada, durante la cena en Simferópol con mi familia adoptada tártara crimeana, Ayder, un veterano de la guerra de los tártaros crimeanos en contra de la URSS, usó el término “genocidio” para describir la actual no-política ucraniana hacia los tártaros de Crimea. Citó los ataques de los grupos milicianos contra los negocios y casas de los tártaros crimeanos en los últimos veinte años, la inadecuada implementación de las protecciones a los pueblos autóctonos y la población minoritaria, la actitud alarmista hacia su grupo musulmán minoritario, incriminado sin causa por extremismo y al que se le niegan permisos de tierras para construir un nuevo sobornaya mechet’, entre otras cosas. En mi cauteloso modo académico, le sugerí que tal vez genocidio era un término muy fuerte: con lo descuidado e irresponsable que ha sido el gobierno ucraniano respecto de los tártaros crimeanos, un pueblo nativo de Crimea, genocidio implica una destrucción sistemática y violenta de todo un grupo étnico. Es más siniestro que la torpe indiferencia del estado ucraniano. No, afirmó: “somos testigos que no comprenden una forma más sutil de genocidio. Los tártaros crimeanos han sido borrados, no existen.” […]

Acá está lo que Maria escribe acerca de los cambios que deben ocurrir para que la situación mejore:

[…] Una Ucrania multiétnica debe existir, y su ideal no debe estar en un punto muerto, una tolerancia chabacana; Ucrania debe buscar profunda aceptación y respeto por su diversa minoría y sus grupos nativos. A propósito de la situación de los tártaros crimeanos, el gobierno ucraniano finalmente debería aprobar una ley para conceder derechos y protecciones a los nativos de la península de Crimea como un pueblo amenazado, nativos de su tierra natal ancestral: derechos de tierras, educación en su lengua materna, fin a la discriminación religiosa y, por último, derecho a la auto determinación dentro del territorio de Ucrania.

Podemos aprender de un músico [hutsul [7]] con el que hablé hace unas cuantas semanas, durante los días de Pascua. Nos sentamos en su antiguo Volga mientras ponía viejas cintas de cassette y me contó su historia de deportación. Su familia había sido deportada a Siberia durante la guerra y no se le permitió volver a instalarse en el óblast de [Ivano-Frankivsk [8]] hasta los años setenta. Leyendo acerca de la resistencia no violenta de los tártaros crimeanos del siglo XX, su feroz apoyo a la Revolución Naranja del 2004, y su celebración anual del natalicio de Taras Shevchenko, me pidió la grabación de un violista tártaro crimeano del cual podría aprender algunas melodías tradicionales. Le pregunté por qué, y dijo, “para mostrar mis respetos, como ellos nos lo están mostrando a nosotros.” En lugar de miedo, respeto. En lugar de indistinta hostilidad, un deseo de entender. En lugar de ignorancia, educación. […]