Cuando llegamos al altura del gramado, había una multitud de cientos de personas, mayormente estudiantes, corriendo mientras el escuadrón de bombas avanzaba disparando bombas de concusión (erróneamente llamadas “bombas de efecto moral” porque liberan esquirlas y duelen mucho) y gas lacrimógeno. La multitud corrió al edificio de historia/geografía, donde habían detenido la asamblea y entonces las bombas empezaron a llover en el estacionamiento y en la entrada del edificio (más o menos en frente de la cafetería y de la rampa de entrada). Sentimos un fuerte olor a gas lacrimógeno y docenas de nuestros colegas empezaron a sentirse mal debido a los efectos del gas – recuerdo a los profesores Graziela, Thomas, Alessandro Soares, Cogiolla, Jorge Machado y Lizete todos con los ojos rojos e hinchados y sintiéndose mareados debido al efecto del gas. La multitud de 400 a 500 personas atrapadas en este edificio fue rodeada por la policía y 4 helicópteros. La atmósfera era de pánico. Durante cerca de una hora por lo menos, escuchamos bombas explotando y sentimos el olor del gas invadiendo el edificio.
Las líneas anteriores son un extracto de un testimonio del Profesor Dr. Pablo Ortellado, publicado en el blog Letras em Greve [Letras en huelga, pt], acerca de una manifestación pacífica en la Universidad de São Paulo (USP), la universidad más grande de Brasil, que terminó en un violento enfrentamiento con la policía el martes 9 de junio. Muchos manifestantes quedaron heridos, algunos en la cárcel. Otro profesor, Marcos Ferreira Santos [pt], publicó la foto de abajo y su propio relato:
Esta es la manera en que la policía y el decano “hablan”.
Durante un intento de hablar con el comandante de la policía antidisturbios, la falta de preparación, la pobre capacitación y el autoritarisimo llevó a los oficiales de policía a atacarme con gas pimienta, por nada, en una manera violenta e innecesaria. También golpearon a mi esposa, Solange Francisco, una trabajadora. Cuando estaba hablando con el comandante, el Coronel Longo me atacó cuando me identifiqué como profesor en USP, me amenazó con el “arresto” con la misma arrogancia que solamente había visto en los días del Coronel Erasmus durante la invasión de la [universidad] PUC en 1977, cuando yo era todavía un estudiante de secundaria. Tampoco los comandantes de la policía militar estaban preparados. Después con los profesores Lisete Arelaro, Chico Miraglia y otros, tratamos de hablar de nuevo para evitar enfrentamientos, pero su respuesta fue disparar gas lacrimógeno.
Esa misma falta de preparación, pobre capacitación y autoritarismo de la decana Suely Vilela fueron demostrados a través de su incompetencia en manejar [estos] conflictos en la USP.
El video de abajo, editado por un grupo independiente de estudiantes, muestra el pacífico comienzo y el feo final del martes 9 de junio:
Pablo Ortellado [pt] explica los antecedentes de la situación en una carta firmada por un grupo de profesores que buscan el apoyo de la comunidad internacional científica y académica:
Los conflictos empezaron después de un mes de huelga de los trabajadores de la universidad cuya condición laboral está en discusión debido a una controversia legal sobre la autonomía universitaria para contratar trabajadores sin aprobación de los representantes estatales. Más de mil trabajadores perdieron sus trabajos. Los trabajadores empezaron una huelga el 5 de meyo exigiendo conservar sus empleos y otras exigencias laborales. El 27 de mayo, los trabajadores empezaron a bloquear la entrada de cuatro edificios de la universidad porque, según ellos, la gerencia de la universidad amenazaba a los trabajadores que estaban usando su derecho legal de hacer una huelga. El 1 de junio, la administración pidió la intervención de la policía militar. El 4 de junio los profesores se unieron a la huelga protestando por la ocupación policia del campus. El 5 de junio, los profesores tuvieron una reunión de dos horas con la gerencia para pedir una solución no militar al conflicto laboral. Sin embargo, el sentido común no prevaleció y la policía militar atacó una manifestación pacífica de estudiantes y trabajadores ayer (9 de junio). 120 profesores estaban discutiendo acerca de la crisis cuando la reunión fue interrumpida por noticias de un ataque de la policía. Unos pocos minutos después, gases lacrimógenos y bombas de concusión hicieron explosión dentro del edificio. Varios de nuestros colegas y estudiantes quedaron heridos. La comunidad académica está indignada.
Ese martes, la policía antidisturbios se enfrentó a los estudiantes, personal y profesores durante una manifestación cuyo objetivo era justamente el retiro de la policía que estaba en el campus en ese momento. Los hechos han sido bien documentados y se puede encontrar muchos relatos en línea. Roque [pt], un estudiante de la USP, graba su propio relato personal y recuerda la historia de represión que se veía habitualmente en la USP:
Según el Sindicato de Trabajadores de la USP, el Sintusp, la última vez que hubo policías en la Ciudad Universitaria fue en 1979, hace exactamente 30 años, en los días más oscuros de la dictadura militar, y entonces con un equipo de 10 o 15 policías no armados.
Los errores, excesos o las tácticas inaceptables de los sindicatos de trabajadores de la universidad son una cosa. El envío de policia antidisturbios, golpizas a los estudiantes y el uso de bombas de gas lacrimógeno son crímenes, estos son acontecimientos de una dimensión completamente diferente. Estas son responsabilidad directa de la policía, sujetas al Gobernador del estado. Él está obligado a responder por esto. Estas son atrocidades perpetratadas por autoridades públicas
Según la versión de los hechos de la policía, el enfrentamiento empezó cuando un grupo de cinco o seis estudiantes provocó a oficiales de la policía con motos. Pablo Pamplona [pt] responde sarcásticamente a las alegaciones del comandante de la operación Coronel Cláudio Longo durante una entrevista de radio:
Según el coronel, los estudiantes tomaron las motos de la policía (pobrecitos, no tuvieron tiempo de escaparse o protegerse, pues todo su equipamiento no competía con las armas letales de los estudiantes terroristas de libros y mochilas) y los tuvieron como REHENES.
OK.
Este mismo coronel, durante la misma entrevista, discute con una muchacha que le grita algo acerca de la absurda acción de la policía. Él la amenaza con el arresto. Ella quiere saber la razón. “Desacato a la autoridad”, le dice.
El informe concluye diciendo que todavía hay tensión ahí, con “estudiantes golpeando a los policías y la policía… solamente dispersa estudiantes.”
Mi punto: es claro que las razones dadas por los representantes de la policía son falsos. No necesito explicarlo. Los medios de comunicación (es decir, aquellos en los que no puedes decir nada) siempre le dan atención especial a la versión de la historia de la policía. Tanto que en los hechos, los reporteros siguieron de cerca a la policía antidisturbios, como la segunda línea de tropas en una zona de guerra, no quieren la versión de los hechos de los que protestaban, ellos no les interesan. Y los medios son el mayor formador de opiniones de la población. Saquen sus cálculos.
Muchos están de acuerdo con el punto de que los medios son socios del gobierno y la decana, por ende acusan a los manifestantes de pertenecer a un grupo minoritario de disidentes. Mirando el desarrollo de los acontecimientos en televisión y bloguéandolos en vivo, Raphael Garcia [pt] hace un análisis de la cobertura de la prensa, que según él respaldó 100% a la policía:
1. Enfrentamiento entre policías y estudiantes: ¿qué enfrentamiento? Los estudiantes estaban protestando pacíficamente ¡y los atacaron y nunca reaccionaron!
2. Provocación de los estudiantes: ¿qué provocación? ¡El propio reportero de la televisión dijo que estaban repartiendo flores y que habían bloqueado una calle! ¿es acaso bloquear una calle un razón suficientemente legítima para ser golpeado por la policía?
Y para terminar dicen: “¡vean qué pocos policías en contra de cientos de estudiantes!” ¡Solamente se olvidaron de explicar que los estudiantes estaban “armados” con rosas y la policía con pistolas y balas!
Estos medios son simplemente absurdos, ¡estos medios sucios, vendidos, golpistas!
Vinicius Justo [pt] dice que es tiempo de reaccionar y hace un llamado a la acción:
Los que dicen que esto fue algo “justo” se equivocan. No puede ser justo que una fuerza policial persiga personas a lo largo de 500 metros dentro de la universidad. No puede ser correcto que la policía esté ahí sin la debida identificación. No puede ser justo que el comandante de la policía diga que intervino porque a la policía “la tenían como rehén”. ¿A qué juega este hombre? ¿Es así como quiere defenderse de la acusación de usar fuerza desproporcionada? ¿Es así como nos pide que confiemos en la policía?
Ya no se puede permanecer neutral, como dije antes. Debemos mostrar que no pueden tratar a las personas que están protestando pacíficamente en contra de un gobierno que impone las decisiones de esta manera, que se niega a un diálogo y desea asegurar el monopolio de la razón. ¿Había manifestantes que buscaban enfrentamiento directo con la policía? Por supuesto que había. Eran la minoría. Y no debería ser la base para hacer que cientos de buenas personas pasen por momentos de terror. Los videos están en Internet.
Es claro por el post de arriba que no todos en la comunidad de la USP piensan que la intervención policial estuvo mal. Rafael Sola [pt] cree que es hora que la postura de algunos de los huelguistas sea condenada, por ejemplo, la invasión del edificio de la universidad, que fue lo que empezó todo:
Los que miran de cerca ven barricadas, restricción de la libertad, patrullas ideológicas que llegan a los límites de la agresión física y amenazas de secuestro. Necesitamos acercarnos más para ver cómo una parte podrida de este movimento huelguista actúa de una manera criminal y al estilo de la mafia. Tengo amigos que sufrieron amenazas de muerte por protestar en contra de los piquetes. A una muchacha la atacaron en el bloque de historia por querer atravesar las barricadas y hacer uso de los salones.
Catia P. [pt] cuenta de maltratos de estudiantes que apoyan la huelga en contra de los que quieren ir a clases. Algunos estudiantes de su clase de traducción han emitido el siguiente manifiesto:
Nadie quiso ver que esta clase de cosas estaba pasando en la universidad. El llamado de estas personas a una acción ilegal es da larga data: cerrar puertas, levantar barricadas, violencia, destrucción de propiedad del gobierno, invasiones de edificios, estas cosas han sido parte de la vida de todos los días en USP durante mucho tiempo. La acción para reclamar la legalidad ha sido retrasada, por miedo a que la sociedad lo mal entienda, me imagino.
Nosotros sabíamos que al elegir dar un exámen estábamos, inevitablemente, tomando posición en contra de la huelga, pero no nos dijeron que era obligatoria la movilización a favor de una particular ideología. Preferimos creer en la autonomía de la elección de los individuos. Lamentamos la agresividad de la policía en contra de los estudiantes y también nos oponemos a ella. Pero no aceptamos que nuestro derecho a elegir sea violado. Cuando le quitas a alguien su derecho a elegir, le quitas su alma. Y no aceptamos que nadie, ni siquiera estudiantes de la Universidad de São Paulo, nos hagan esto.
De otro lado, Mariana [pt] también discrepa con el comportamiento de algunos de los estudiantes y los huelguistas, aunque dice que siempre debemos defender el derecho de las personas de luchar por lo que crean que es justo e importante – sin que los ataquen:
¿Apoyar un acto dictatorial? ¿Creer que puedes hacer cualquier cosa para preservar el “orden”? ¿Que es válido usar rociadores de gas pimienta y granadas de concusión como instrumentos de política?
Es como escupir encima de todas las formas de libertad que existen – o deberían existir. No es “solamente” un crimen, no lo es porque hace que los que un día lucharon y/o murieron por el derecho a la libre expresión se revuelquen en sus tumbas – o cementerios clandestinos.
Eres tú, ser humano (?) que piensa que está bien que GOLPEEN a otros humanos y los ENJUICIEN porque defienden algo con lo que tú no estás de acuerdo y que en alguna manera te hace sentir disminiudo. GOLPEADO y ENJUICIADO. De ahí a que los maten/torturen porque discrepan está a solamente un paso. Uno pequeño, yo diría.
¿Qué mundo es este, gente? ¿Qué clase se personas son estas?
Estudiantes, personal y profesores se han estado reuniendo en asambleas generales para discutir acciones adicionales y otras manifestaciones masivas, y a la fecha la huelga continúa. Unas cuantas manifestaciones más, a favor y en contra de la huelga, también terminaron en violencia la semana pasada. La Universidad de São Paulo es una de las mayores instituciones de educación superior en América Latina, y ofrece educación a 75,000 estudiantes.