Serbia: Blogueando por justicia y protección

Impactados por un reciente terrible asesinato que ocurrió delante de trabajadores sociales en Knjaževac, ciudad serbia del este, Russell y Jelena hicieron un blog sobre su lucha con el sistema legal serbio para proteger al hijo de Jelena de su ex esposo drogadicto. Antes de eso, Russell Gordon pasó detenido 48 horas después de romper una ventana en una corte de Sopot cuando se enfureció porque el juez no hizo nada para asegurar la seguridad de su esposa durante una sesión de la corte.

Russell Gordon escribe (ser):

[…]

En los tres años desde que se divorciaron, el heroinómano no ha pagado alimentos, continuamente ha puesto en peligro la vida de Ilija por medio de descuido durante sus visitas, y en el último año, amenazó repetidamente a nuestra familia. Ha dejado a Ilija al “cuidado” de otros mientras va en búsqueda de drogas, y ha manejado borracho con él en su regazo y sin cinturón de seguridad. Hemos tratado de proteger a Ilija de posibles daños limitando las veces en que el ex-esposo puede verlo o llevárselo, pero el sistema legal ha derrotado a la lógica y ha defendido al adicto, no al menor. Cuando averiguamos qué lógica permite esto, siempre nos dicen lo mismo: “Esto es Serbia”.

El adicto registrado Vladimir Mladenovic de Nis ha venido dos veces a nuestra casa con hinchas de fútbol estando borrachos, aporreando las puertas y ventanas, amenazando con pegarnos a muerte delante del pequeño Ilija. Dos veces han abusado y amenazado mientras irrumpían en nuestra propiedad. Hemos seguido la ley y nos hemos quedado en nuestra casa, y llamado a la policía. El sistema legal no hizo nada.

Una vez, mientras Vladimir e Ilija se iban durante una de sus visitas bimensuales designadas por la corte, uno de los hinchas trató de atropellarme con el auto. De nuevo, el sistema legal no hizo nada.

En vez que el Estado defienda la inviolabilidad de nuestro niño, nuestra casa y nuestro bienestar, hemos sido advertidos repetidamente por las cortes serbias, la policía y los trabajadores sociales que, independientemente del riesgo que el comportamiento del ex-esposo supone para la salud y la vida de Ilija (y la nuestra), que si por alguna razón impedimos sus derechos de visita señalados por la corte será Jelena quien vea el interior de una prisión serbia.

Además, el ex-esposo ha presentado numerosas demandas frívolas en contra de nosotros, a las que el estado serbio ha dado trámite diligentemente. Nos están demandando por usar “palabras no agradables” con él y los vándalos (incluido llamarlos vándalos) cuando irrumpieron en nuestra propiedad para hacer amenazas de muerte. Las demandas contienen considerables licencias creativas, todas diligentemente escuchadas por la corte.

Pero nuestras preocupaciones se han topado con medidas considerablemente diferentes. Mientras daba su testimonio en contra de Vladimir por su comportamiento amenazador, una jueza sentó a Jelena a un metro de él sin seguridad. Ignorando y descartando imperiosamente mis preocupaciones, la jueza me hizo salir de su corte. Furioso, rompí una pequeña ventana mientras trataba de salir del edificio, y me metieron preso durante dos días, y los guardias me maltrataron físicamente. (Mis repetidos esfuerzos para contactar conocidos en los ministerios  serbios de Justicia, Interior y Defensa se encontaron con un completo silencio, y me advirtieron que a pesar de que los guardias de la prisión habían admitido que la brutalidad de los guardias era “rutina”, no teníamos ninguna oportunidad de demandar al gobierno en las cortes serbias.)

Ayer, el ex esposo se apareció en la corte para testificar en contra de nosotros por supuestos insultos a su dignidad – visiblemente desperdiciada con heroína. Sus ojos a medio cerrar y su hablar arrastrado y entre dientes testificó de nuestras preocupaciones sobre su capacidad y competencia para cuidar a Ilija cuando se lo lleva dos fines de semana al mes. El juez se negó a escuchar las preocupaciones de Jelena, y se negó a ordenar pruebas de drogas. Sus constantes incoherencias fueron diligentemente registradas, y nuestro abogado aconsejó silencio.

En el fondo del asunto, es una batalla no por la seguridad de Ilija, o el supuesto amor de un padre por su hijo, sino entre una familia que fracasó, y una que está triunfando.

Cuando formé una familia con Jelena e Ilija, él era un niño sin nadie que cumpliera el rol de padre. LO acepté, lo amo y lo crío como si fuera mío y tenemos gran amor y armonía familiar. La rabia que obviamente esto le causó a Vladimir y a sus padres los llevó a usar y abusar del sistema legal, y tantas demandas y entrevistas fijadas por la corte significa que dedicamos tres días de cada semana para cortes, abogados y trabajadores sociales – ninguno de los cuales ha hecho nada para proteger a Ilija, o a nosotros.

Si este caso fuera único en Serbia, uno podría hacer caso omiso como si fuera mala suerte. Pero en nuestras averiguaciones con amigos, colegas y estudios de abogados, resulta que estos son procedimientos normales de funcionamiento. La razón que nos dicen encogiendo los hombros es siempre la misma: esto es Serbia.

A comienzos de esta semana en otra parte de Serbia, un ex-esposo mató a su esposa delante de los trabajadores sociales que ordenaron los derechos de visita. ¿Es esta la Serbia europea del futuro?

Una sociedad tan anárquica y anti-conformista parece poco adecuada para la reglamentación, y la regulación de la burocracia por triplicado que exige la Unión Europea. ¿Se ajustarán los cinturones a través de los puntos de control de Schengen, solamente para morir en la dicha del camino abierto libre de visas? ¿Y a cuántos ciudadanos de la Unión Europea se llevarán con ellos al mundo de las tinieblas?

Se da por sentada la sardónica pregunta: ¿quién paga los gastos de sepelio de Ilija si muere en un accidente de auto? ¿Y hay un proceso específico para solicitar una declaración oficial de arrepentimento por nuestro sufrimiento, o solamente seguimos los procedimientos normales de funcionamiento y decimos ‘esto es Serbia’?

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