Kenia: Difícil situación de gays y lesbianas en Kenia

A pesar que Nairobi es descrita como una de las ciudades más cosmopolitas en África, donde muchos homosexuales encuentran consuelo, la homofobia es generalizada.

Por ejemplo, un blogger keniano, Pater Nostra, tiene una amiga cuyas imágenes fueron posteadas y discutidas en Wananchi Forums. El explica: [ing]

Naturalmente estoy enojado porque la audacia del miembro de Wananchiforums.com (para postear artículos tan amenazantes y perseguidores) ha sido contemplada y con los administradores por permitir que sean posteados. Si algo le sucede a ella, tanto el miembro como también los administradores del sitio web serán culpables. Ellos han provocado que una persona sea vulnerable al ataque, abuso y acoso, lo cual es moralmente incorrecto y va en contra de sus derechos fundamentales a la protección y seguridad. Su vida está en peligro.

Keguro, un profesor inglés y blogger [ing] revela la verdad subyacente acerca de cómo los homosexuales son nombrados y deshonrados por todo Internet. “The politics of outing” [«Las políticas de salir del clóset»] es el título de su post. Mientras que la mayoría de los líderes están retorciéndose sobre sus asientos, otros están tratando de fumárselos y pisoteando sobre sus derechos.

Él bloguea sobre la traumática y terrible experiencia que uno tiene que enfrentar con su sexualidad:

En el contexto de  salir del clóset, los deseos individuales y la postura política están subsumidos por otra narrativa. Uno es posicionado como un homosexual, aclamado como tal, y debe responder con la estructura así creada, una estructura en la cual la no respuesta no es posible. Uno no necesita responder a nuestros acusadores, pero uno le responde a aquellos que le conocen a uno: familia, amigos, incluso al email que ofrece información y compasión.

Él cita a un autor sobre género y sexualidad, Lauren Berlant: [ing]

Es este conjunto de deseos alrededor de uno que yo llamo «lo político,» tomando prestado de la noción del optimismo cruel de Lauren Berlant. Ser sacado del clóset en un país que no provee espacios o lenguajes oficiales para reconocer el salir del clóset es convertirse en objeto de un montón de deseos, algunos amigables, algunos no, algunos lujuriosos, algunos no. Uno queda marcado. Muchos años atrás, cuando salí del clóset, mi madre compuso una gran narrativa de mi vida que, en retrospectiva, suena como algo de Austin Powers. Yo era un trasero de animal fiestero y loco. Sus palabras, no las mías. Cuando pregunté cómo encontraba tiempo para estudiar siendo un trasero de animal fiestero y loco, ella contestó, de manera bastante racional, que yo era un trasero de animal fiestero y loco de viernes a domingo. (En verdad, yo salía martes, jueves, viernes, y sábado y era relativamente asexual, con lo que me reconcilié ese glorioso año en que cumplí 24. ¡Ahhh, 24!). (Una confesión, ¿feliz ahora?)

Él concluye:

He escrito, anteriormente, sobre los peligros del discurso homofóbico en un espacio que no tiene ningún discurso homosexual. En tal espacio, salir del clóset se hace imposible como un gesto afirmativo. Aún así, ¿no es precisamente en esos espacios imposibles en los que nos hemos vuelto posibles?

Samuel Delaney escribe que «salir del clóset» solía significar salir a una comunidad homosexual, no como un acto de verdad para señalar a los homosexuales. Yo no utilizo mucho la palabra comunidad, y no confío en ella. Pero puede ser una cosa poderosa de imaginarse, y maravillosa a la cual pertenecer.

Tal pertenencia puede ser una necesaria, útil, y placentera vida eterna.

Dos meses atrás, Keguro blogueó acerca de una mujer a la que le partieron una botella de cerveza en la cabeza [ing] en un club a causa de su orientación sexual:

[Una lesbiana keniana] estaba saliendo de Madd House en la mencionada madrugada con una amiga – (anónima), cuando, mientras estaban atravesando la salida, una mujer gritó detrás de ellas “ma lesbianas”…. [La lesbiana keniana] no reconoció a la mujer y comenzaron un enfrentameinto verbal durante el cual la mujer la golpeó con su bolso y se fue para regresar al piso de arriba. [La lesbiana keniana] y (anónima) siguieron a la mujer, más tarde identificada como Constance Sirikwa Rukia, y vieron que fue escondida en los vestidores por los guardias del club.

[La lesbiana keniana] fue a preguntarle a los guardias por qué estaban escondiendo a la mujer cuando deberían estar echándola por molestarlas a ellas. Los guardias agarraron cada una de las manos [de la lesbiana keniana] y amenazaron con echarla. Al ver que [La lesbiana keniana] estaba siendo retenida por los guardias, la mujer entonces la golpeó [a la lesbiana keniana] en la cabeza con una botella que estaba sosteniendo y ella cayó, sangrando mucho.

Lo que la mayoría de los bloggers encontraron sorprendente fue cómo los guardias de seguridad estaban deseosos de sacrificar principios centrales de la protección al ciudadano, dejándolas menos seguras. Un lector anónimo en el blog de Nostra dice:

Estas personas son malas. Lo que han hecho está mal y no debería permitírseles más que hagan esto. ¿Por qué están haciendo esto? No puedo creer que exista semejante odio a menos que lo hagan por publicidad. Han diseminado el artículo en varios foros y creo que esa es su intención. Quieren que se sepa. Está mal. Pouline es fuerte.

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