La delincuencia puede ser una realidad diaria para muchos ecuatorianos, ya sea en las calles o durante partes rutinarias del día de una persona. Como para el blogger José Andrés López Alvarez, que se encontró con unos de estos episodios mientras estaba en un bus en las calles de Guayaquil. Ya que nadie fue herido en el asalto, pudo conservar su buen espíritu y además pudo conservar sus pertenencias. En su blog, Agucho brinda detalles de cómo ocurrió esto, así como la escena en el bus después del robo.
Mientras el bus estaba parado en un semáforo en rojo, dos tipos subieron, uno se sentó en medio y otro al final. Al arrancar el bus comenzaron a realizar su acto. Para que voy a dar detalles si todos los ecuatorianos han sido víctimas de un robo así que saben cómo son esos momentos.
Lo bueno fue, claro si es que puede haber algo bueno en un robo luego de estar amenazado con una pistola y ver como nerviosamente el ladrón manipula esta, que no me robaron nada.
¿Por qué?
Simplemente porque tenía mi seguro contra robos: “Estaba Chiro”
Definición de “Chiro” en el Ecuador.
Persona que no tiene nada de dinero en sus bolsillos.
Debido a esto no me robaron dinero, pero y el celular, bueno no me robaron el celular porque ya me lo robaron meses atrás y aun no tengo otro. :)
Comparte lo que pasó con sus compañeros de viaje momentos después de que los criminales huyeran.
Luego del robo viene algo interesante, este acto que causa nerviosismo en las personas luego origina una amistad entre los pasajeros. Cuando el ladrón baja del bus comienza un dialogo interesante. Hay el que dice que la pistola era de juguete o que no estaba cargada o que no valía, otros dicen que se le podría haber agarrado entre todos y no hubiera robado nada (claro eso nunca pasa, son solo unos “valientes” que solo lo dicen después del robo pero no lo hacen). La mitad de las persona quieren que el chofer siga al ladrón, la otra mitad quiere que avance rápido y no pare para nada, todo esto mientras unos a otros intercambiamos detalles de lo que nos robaron o dejaron de robarnos, como un señor que irradiaba felicidad porque el ladrón no quiso robarle su Alcatel viejito.
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