Pak Tea House critica la movida del gobierno pakistaní de “rastrear los SMS (o mensajes de texto) y los e-mails que ‘difamen al liderazgo político del país’ bajo el vago Decreto de Ciber Crímenes”. Reenviar por error un chiste acerca del Presidente vía SMS puede costarle a alguien una sentencia de 14 años de prisión y embargo de propiedades.