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Latinoamérica: Vendedores en los transportes públicos urbanos

Categorías: Latinoamérica, Ecuador, Guatemala, Economía y negocios, Viajes

La siguiente escena puede ocurrir en cualquiera de las grandes ciudades de América Latina. Una persona de cualquier edad, hombre o mujer, se sube a un transporte urbano, realiza una corta introducción, agradece al chofer por permitirle subir al vehículo y luego comienza a ofrecer un producto a los pasajeros mientras el recorrido continúa. Andrés Rodriguez de Modestamente Humano comenta que [1] «casi todos tienen el mismo repertorio y es por eso que muchas personas como yo se memorizan este repertorio por tanta repeticion; aunque no todos digan exactamente lo mismo, todos lo dicen en el mismo tono de voz», que por lo general es muy monótono.

Photo by Esteban S and used under a Creative Commons license. http://suastegui.wordpress.com/2008/05/09/vendiendo-en-los-buses/ [2]

Foto de Esteban S y usada bajo una licencia Creative Commons. http://suastegui.wordpress.com/2008/05/09/vendiendo-en-los-buses/

Rodríguez es de Quito, Ecuador y afirma que hay ciertos vendedores que se distinguen de otros [3]:

Hay casos excepcionales en esto. Hoy hablo de uno de estos casos. Se trata de un vendedor de caramelos, un poco malencarado, pero siempre que se sube al bus vende por lo menos unos 2,50 o 3 dólares, es decir logra que entre 10 y 12 personas adquieran su producto. Justamente logra esto porque hace la diferencia. Al llegar y vender sus caramelos él logra captar la atención de la gente, habla de política, de índices y estadísticas del país, habla de religión, hasta un poco de charla motivacional se manda. Al final siempre dice que aunque él sea solo un vendedor de caramelos eso no implica que no pueda darse un tiempo para leer, estar informado, navegar por internet para poder hablar de cosas interesantes a sus clientes. Luego de su discurso que resulta ser más largo que el del común de los vendedores somos muchos los que nos quedamos con 5 caramelos en el bolsillo y 25 centavos menos, que en verdad no enriquecen ni empobrecen a nadie.

En la sección de comentarios Estertor [4] comenta acerca de otro vendedor que fue más allá de vender un líquido para limpiar rayaduras de DVD. Llevó un reproductor de DVD portable al transporte para demostrar cómo despues de rayar el DVD con una lija, lo único que habia que hacer era aplicar el líquido y el DVD funcionaría nuevamente.

Aunque no a todos los pasajeros les gusta esta interrupción, hay un segmento de la población que respeta el esfuerzo y trabajo que realizan estos vendedores. Tal vez no consigan mucho en un sólo viaje, pero las ventas aumentan a lo largo de la repetitiva jornada. Esteban Suástegui, un blogger guatemalteco de Pensamientos de un Suástegui observa el trabajo de estos individuos con admiración [5]:

Pero a pesar de todo, con todas las artimañas que solo un religioso podría saber, y con productos de mala calidad o que vencerán en un mes, a pesar de toda esta bulla, todas las molestias y tanta desesperación que cusan, es agradable cuando uno se pone a pensar que, como ya dijero, intentan ganarse la vida trabajando, que hace todo ese esfuerzo para alimentar a su familia, para no tener que delinquir, para poder hacer de este país un país menos pior…