Al menos tres periodistas en las Maldivas han sido expuestos tanto al abuso físico como al verbal y a la intimidación psicológica en el lapso de los últimos diez días.
El primer caso implicó a Ahmed Zahir (Hiriga), el Editor Ejecutivo de Haveeru Daily, y al Presidente de la Asociación de Periodistas de Maldivas, quien fue atacado por una multitud afuera del edificio del parlamento mientras él estaba cubriendo una protesta allí. De manera llamativa, la protesta afuera del parlamento fue suscitada por una refriega dentro del parlamento entre algunos miembros del Partido Democrático Maldivo dirigente y del Partido Dhivehi Rayyithunge (DRP), opositor.
El segundo caso involucró a un artículo escrito por Maryam Omidi, el Editor del periódico en lengua inglesa Minivan News. En el artículo [ingl] Omidi informó sobre el reciente llamado de Amnistía Internacional para imponer una moratoria al azotamiento en las Maldivas [ingl] y destacó el hecho que las mujeres son azotadas de manera desproporcionada en las Maldivas por sexo extramatrimonial mientras que en la mayoría de los casos los hombres logran evadir el castigo por aparente falta de evidencia. Aunque la autora del artículo no expresó ninguna opinión personal sobre el tema, algunos grupos en las Maldivas declararon al artículo como anti-islámico y organizaron una protesta en contra de Minivan News. Los protestantes también pidieron que Omidi, una extranjera nacionalizada, sea deportada de las Maldivas.
Maldives Dissent debate el tema y señala que en varios casos las víctimas de los azotes también son víctimas de abuso sexual infantil: [ingl]
El azotamiento público en el centro de la controversia incluye a una joven de 18 años, pero una versión distorsionada del caso parece haber pasado desapercibida. Se había informado que la joven, que supuestamente «confesó» haber tenido sexo extramarital con dos hombres adultos, cometió el «crimen» cuando ella era menor de 18. Si fue así, esto tendría graves implicaciones para el Estado maldivo. No sólo ha fallado el Estado en proteger a una joven del abuso sexual sino que, en realidad, ha sido parte interesada en someterla a más abuso físico.
Tristemente, este no es un caso aislado. Al menos 22 mujeres jóvenes por debajo de los 18 años de edad fueron sentenciadas al azotamiento público, en 2006, por fornicar o dar a luz fuera del matrimonio.
Bajo la ley maldiva el abuso sexual infantil requiere una confesión del supuesto abusador, o el testimonio de cuatro testigos oculares, para que una condena exitosa tenga lugar. Esto significa que si una víctima denuncia un abuso sexual pero el autor lo niega y no hay testigos oculares, la Corte puede hallar al menor culpable de haber consentido la relación sexual. El estado entonces esperaría para que la joven cumpla 18 y luego llevaría a cabo la sentencia del azotamiento público, en efecto, castigándola a ella por denunciar el crimen.
Al continuar con la práctica, Maldivas está violando no menos de cuatro convenciones de la ONU que ha firmado: la convención sobre los derechos de los niños; la convención sobre los derechos civiles y políticos; la convención en contra de la tortura; y la convención en contra de todas formas de discriminación hacia la mujer.
El tercer caso de un ataque contra periodistas involucró a Ibrahim Rasheed, presentador del canal estatal Television Maldives (TVM), quien fue atacado mientras estaba cubriendo una reunión fuera de la residencia del ex Presidente Maumoon Abdul Gayoom. Una multitud se había reunido fuera de la residencia del ex gobernante porque la policía estaba tratando de escoltar al ex presidente hasta la estación de policía para una investigación sobre acusaciones de corrupción.
La Asociación de Medios de Comunicación Libres de Asia del Sur (SAFMA, por sus siglas en inglés) Maldivas ha condenado los ataques hacia los periodistas en su blog: [ingl]
SAFMA Maldivas expresa preocupación acerca de los recientes ataques al personal de los medios, y llama a todas las partes involucradas a respetar los ideales de libertad de expresión y de medios consagrados en la Constitución de las Maldivas.
SAFMA Maldivas también reitera que no es necesario que todas las organizaciones de medios compartan la misma opinión y políticas editoriales, y cree que el público debe ser capaz de formular su propia opinión basada en los diferentes puntos de vista y la información accesible desde los variados medios, y pide al Gobierno, los partidos políticos y el público en general que respete a los periodistas que trabajan para conseguir información verdadera para llevar a cabo un servicio público.
Hasta hace unos pocos años, Maldivas solía ser un estado represivo, la libertad de expresión estaba severamente restringida por el gobierno [ingl] y los periodistas eran arrestados o intimidados por el gobierno por su crítica. Con un gobierno democrático que llega al poder en noviembre de 2008, el Gobierno ya no es considerado como una barrera a la libertad de expresión. Sin embargo, los recientes casos de intimidación y abuso contra los periodistas por parte de varios grupos en la sociedad indica que los periodistas todavía están en riesgo, especialmente en la atmósfera políticamente cargada y la política profundamente partidaria que Maldivas está experimentando ahora mismo.