Ensayo de Ronaldo Lemos y Paula Martini [1], 17 de Setiembre de 2009, en respuesta a Un Dialogo sobre TICs, Crecimiento de Desarrollo Humano y Reducción de la Pobreza [2].
La mayoría de los Brasileros que tienen acceso a Internet hoy en día lo hacen a traves de lan-houses (cyber). La denominación LAN surge de “Local Area Network” (Red de Area Local), computadoras conectadas entre sí para permitir a las personas participar de juegos multijugador. Populares en Asia, en lugares como Corea, y previamente existente solo en barrios ricos de Brasil, se han transformado en la actualidad en un fenómeno que prolifera en las comunidades pobres, especialmente en las favelas. Un rápido paseo por Rocinha [3], una de las mayores favelas del mundo, nos permitirá contar alrededor de 130 lan-hauses. Y los propietarios de lan-houses usualmente no tienen quejas sobre su negocio. Cobrando desde US$ 0.40 a $ 1.50 por hora de navegación en la web (o juegos online), sus negocios están llenos de clientes. Y la demanda es actualmente mayor que la capacidad instalada. En Fortaleza, una ciudad en el Noreste de Brasil, hay una calle donde las lan-houses están pegadas una a otra, y cada una pertenece a un dueño diferente. Cuando se les consulta si no hay problema con la competencia puerta a puerta, dicen que no. Si el dueño tuviera mas dinero, invertiría en más computadoras, dado que la demanda pareciera ser ilimitada.
Por largo tiempo el fenómeno de las lan-houses fue notado únicamente por antropólogos y científicos sociales. Sin embargo, las lan-houses están ahora apareciendo en estadísticas recientes. Investigaciones [4] publicadas por el Comité de Gobierno de Internet de Brasil [5] (CGI.br) mostró que el 48,08% de las personas de clases D y E que acceden a internet lo hacen a través de sitios comerciales como lan-houses – ese criterio de clasificación económico-social toma el nivel educativo de la cabeza de familia y la propiedad de una serie de utensilios domésticos, relacionando todo esto con un sistema de puntos. La suma alcanzada por cada hogar es asociada con clases económico-sociales específicas, clasificadas de la A a la E.
¡Cumple Años en la LAN!
El fenómeno brasilero de las lan-houses es en parte un efecto lateral de un programa del gobierno federal llamado «computadoras para todos». El programa, en lugar de tomar una posición de proteccionismo simplemente distribuyendo computadoras a los pobres, creó lineas de crédito que permitieran a las familias de bajos ingresos a adquirir computadoras pagando bajas cuotas mensuales durante algunos años (algo como US$25 mensuales).
El resultado fue una fiebre de espíritu empresario, en la cual empresarios de poca monta comprarían un puñado de computadoras y abrirían un local para que la gente juegue. Pronto, contratarían una conexión de banda ancha, y la revenderían a través de sus computadoras, en ambos casos cobrando por hora. El economista Fábio Sá Earp, un profesor de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, quien fuera uno de los primeros en analizar el fenómeno, dice:
“Nos atamos a la idea de personas jóvenes yendo a las lan-houses solo a jugar. Pero el punto es: un proceso de apropiación de la tecnología digital está en curso. Desde el momento en el cual un chico pobre de 10 años accede a la web luego de la escuela para actualizar su blog y página de MySpace, ver o compartir videos de YouTube, descargar canciones MP3 y chatear via mensajería instantánea, el/ella están haciendo exactamente las mismas cosas que hace un chico de 10 años de clase alta que vive San Pablo o en Nueva York.”
Para comprender el espacio simbólico que ocupan las lan-houses en Brasil, podemos notar una reciente tendencia: muchas de las lan-houses ofrecen ahora un área especial para las fiestas de cumpleaños. Cumpleaños, que alguna vez fueran festejados en Brasil en lugares como McDonald´s, están ahora migrando hacia las lan-houses. El anfitrión invita a algunos amigos y le da acceso libre a todos sus invitados. La animación de la fiesta está garantizada – olvide el sentido común: las lan-houses son lugares de intensa sociabilidad, y han estado ocupando un lugar importante en la vida de las favelas. Es común oir madres decir que prefieren que sus chicos estén en la lan-house antes que vagando en las calles sin nada que hacer.
Políticas económicas, ciudadanas y públicas.
El aspecto mas interesante del fenómeno lan-house es que existe un claro potencial de que se transformen en un lugar para servicios ciudadanos, de e-goverment e inclusive de educación. Los dueños de lan-houses mencionan que, en la mañana, hay pocas personas usando las computadoras, mientras los chicos están en la escuela. Al mismo tiempo, los miembros de la comunidad siempre consultan a los dueños sobre cursos de capacitación, por ejemplo, si hay alguien que pudiera enseñarles a usar la computadora. Esto nos hace preguntarnos que tipo de iniciativa pública podría ser promovida para explorar este potencial. Naturalmente, debería ser un programa no intrusivo, que no interfiera en su modelo de negocio, especialmente debido a que las lan-houses son negocios autosustentados.
También, es fácil ver el potencial de servicios públicos que ya están emergiendo desde las lan-houses. Por ejemplo, muchos de ellos ofrecen servicios como pago de facturas, renovación anual de empadronamiento de impuestos (lo que podría llevar unos cuantos meses si uno no dispone de computadora en Brasil, y solo unos minutos si la tiene), e inclusive apoyo a los clientes que quieren escribir currículums para buscar empleo online. Estos servicios, ya disponibles en muchas lan-houses, cuestan cada uno alrededor de US$ 0.50 a $1.50, e incluyen la asistencia del dueño de la lan-house en cada tarea.
Antonio Cabral, un profesor del Centro de Tecnología y Sociedad en la Escuela de Leyes de FGV en Rio de Janeiro, enfatiza este aspecto del fenómeno:
“Este es un gran movimiento de iniciativa empresaria popular por todo Brasil, pero las autoridades no han venido haciendo nada para animarlo. Por el contrario, algunos gobiernos de ciudades están aprobando leyes restringiendo su uso. No deberían dejarse solas a las Lan-houses, debido a que están promoviendo la inclusión digital en el país sin ayuda de nadie.”
Ronaldo Lemos es el director del Centro para la Tecnología y Sociedad en la Escuela de Leyes de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) en Rio de Janeiro. El Dr. Lemos es el profesor titular de Ley de Propiedad Intelectual en la Escuela de Leyes FGV. También es director de Creative Commons Brasil y miembro del consejo (formalmente Presidente) de iCommons. El ha obtenido su LL.B. y LL.D. de la Universidad de San Pablo, y su LL.M. de la Escuela de Leyes de Harvard. Es autor de tres libros, incluyendo «Derecho, Tecnología y Cultura», publicado por la Editorial FGV, 2005.