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Reino Unido: Levantan ‘súper interdicto’ en informe de desecho de desperdicios en Costa de Marfil

Categorías: África Subsahariana, Europa Occidental, Costa de Marfil, Reino Unido, Activismo digital, Ambiente, Derecho, Economía y negocios, Libertad de expresión, Periodismo y medios

Trafigura [1], la tercera comercializadora de petróleo más grande del mundo, finalmente ha liberado al periódico británico The Guardian de un mandato secreto [2] que le impedía informar sobre el denominado Reporte Minton [.pdf en este enlace [3]].

Después de una extraña semana de pugna entre los abogados de Trafigura del estudio jurídico Carter-Ruck [4] y The Guardian, y una semana de terrible publicidad para la empresa, Trafigura cedió finalmente y dijo que el informe preliminar podía hacerse púbilco.

El borrador contiene detalles de desperdicios vertidos en Abiyán, Costa de Marfil, en 2006 -y evidencia de sus componentes químicos y sus efectos potenciales.

El interdicto prohibía a The Guardian que reprodujera o informara sobre el Informe Minton que ya estaba disponible en Wikileaks.org [5] y en los medios noruegos (tal vez en otros lugares también). Los abogados de Carter-Ruck obtuvieron la orden en nombre de su cliente Trafigura.

“Ningún periódico puede revelar los contenidos de este informe, pero al menos ahora podemos decir que existe y que ha pasado a ser secreto. La opción de ‘publicar y nos la veremos’ no está disponible.” [The Guardian, 14.10.09 [6]]

Pero hasta la semana pasada, nadie, salvo los involucrados, sabían que la prohibición existía y que The Guardian no podía informar sobre la orden.

¿Por qué? Es uno de los muchos mandatos de secreto que existen, que no solamente prohíben informar sobre una historia sino también de la existencia de la prohibición misma.

La única razón por la que ahora sabemos al respecto, es debido a un parlamentario británico, Paul Farrelly [7]. Como dijo esta semana en su sitio web [8] la revista británica Private Eye, famosa por su periodismo de investigación y su desprecio hacia Carter-Ruck, estudio jurídico importante en litigios por difamación, la “intención de Farrelly fue probar esta conspiración de silencio [9] [es decir, ‘súper interdictos de silencio’] haciendo preguntas acerca del tema en el Parlamento”.

¿Cómo? Porque los parlamentarios están protegidos por la Declaración de Derechos de 1689 [10], que declara que la “libertad de expresión y los debates o procedimientos en el Parlamento no deben ser sometidos a censura ni cuestionados en ningún lugar ni corte fuera del Parlamento”.

Por consiguiente, los comentarios de un parlamentario pueden ser publicados sin temor a una acción legal (historia completa en este enlace [11]). Pero The Guardian sabía que reproducir la pregunta de Paul Farrelly [12] (debajo, presentado en el Parlamento, ver punto ii.) contravendría la orden existente. Así que contactó a Carter-Ruck para ver si podían cambiar los términos de la interdicción. “Carter-Ruck nos informó que esa publicación nos pondría en posición de desacato a la corte”, afirmó The Guardian.

Mientras tanto, Carter-Ruck sostenía que el relato de The Guardian era ‘engañoso’. En este enlace en .pdf [13] se puede encontrar su declaración completa. Los abogados, actuando en nombre de Trafigura, dijeron que pedirían instrucciones adicionales a sus clientes, pero The Guardian publicó su artículo primero.

En Online Journalism Blog se pueden encontrar [14] un relato muy exhaustivo de la extraordinaria actividad en línea, pero resumiendo:

Dicho de manera simple – ya sea que provocadores usuarios en línea fueran la razón para que Carter-Ruck acordara variar la orden o no- la pregunta de Paul Farrelly no podía ser suprimida en línea. Es más, miles de personas que nunca habían escuchado de Trafigura ahora conocían su nombre y su relación con un escándalo de desperdicios tóxicos.

Más tarde esa semana, Carter-Ruck sugirió que el debate podía bloquearse en el Parlamento alegando que el interdicto secreto que había conseguido era “sub judice” [17],  es decir, en procedimientos legales activos. Si se probaba, hubiera prohibido que continuara cualquier moción, debate o pregunta referidos a los temas, según las reglas de Westminster.

Al día siguiente, se levantó la prohibición sobre el Informe Minton en la prensa británica.

Antes de eso, los periodistas solamente podía decir que existía, nada más. Y eso es lo que era verdaderamente controversial de esto.

Porque el informe tiene todo que ver con el arrojo de desperdidos en África del Oeste.

Para mayores antecedentes sobre arrojo de desperdicios en Costa de Marfil en 2006, por favor, leer este comentario en Journalism.co.uk: ‘La colaboración de periodistas y ONGS para exponer el arrojo de desperdicios tóxicos en Costa de Marfil’ [18]. Para información más detallada sobre los hechos mismos, visitar la sección de The Guardian sobre Trafigura y Probo Koala. [19]

Se puede encontrar información adicional sobre la historia Trafigura-Guardian en las actualizaciones del blog Journalism.co.uk en este enlace. [20]