La propuesta de construir una estatua gigante del desaparecido Papa Juan Pablo II, que iba a ser colocada en la ciudad capital, Santiago, fue rechazada por el Consejo Nacional de Monumentos de Chile. El Consejo alegó que las dimensiones de “El Papa Bicentenario” violarían y afectarían la histórica armonía del paisaje de la plaza urbana. El Papa de bronce hubiera tenido aproximadamente 13.5 metros (45 pies) de altura, y algunos chilenos lo habían apodado el “Papasaurio”.

Además de la exagerada altura de la estatua y su alto costo de 200 millones de pesos chilenos (aproximadamente US$400,000), el aspecto más controvertido es la ubicación prevista. A propuesta de la Universidad San Sebastián (USS, universidad privada), la estatua iba a ser erigida en el centro de Santiago, frente a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Hay bloggers chilenos como Cristian Cabalin que comentan que la universidad podría gastar el dinero en mejores cosas:

Si esta Universidad estaba tan preocupada por devolver el favor a la municipalidad de Recoleta podría destinar 200 millones de pesos o más para que mejoren las escuelas o para que se entreguen becas a los estudiantes de menores ingresos de la comuna. Ahí sí que existiría un efecto favorable para los vecinos, a quienes el municipio dice defender.

Además, el Consejo se quejó porque la proximidad de la estatua encima de un estacionamiento subterráneo era poco digno, y criticó que no se hubiera realizado una consulta pública para el proyecto. Otro tema que está siendo criticado es el hecho que el escultor de la estatua, Daniel Cordero, es hermano del director de la USS. Cordero ya ha terminado el modelo en arcilla, que ahora se encuentra guardado en Santiago Central.

Según The Clinic, hay oposición “cuando la falta de un concurso público fue una de las principales críticas a la realista y convencional estatua gigante”. Además, la USS no solicitó primero el permiso del Consejo de Monumentos, como se acostumbra en proyectos así.

La discusión en la blogósfera se volcó rápidamente hacia más preguntas básicas referentes a la relación entre el laicismo y la religiosidad en el sistema educativo chileno y el país en conjunto. También se han discutido los méritos y defectos de Juan Pablo II, que era un acérrimo antiabortista, uno de los temas más candentes en las inminentes elecciones.