El presidente electo José «Pepe» Mujica esta intentando intervenir en un conflicto que empezó hace más de siete años, y que todavía encabeza los titulares de la prensa uruguaya y argentina. Desde la inaguración de la papelera [1] finlandesa Botnia en Fray Bentos (Uruguay) junto al rio Uruguay–una frontera natural entre Argentina y Uruguay–ambientalistas y residentes del area y de la vecina ciudad argentina de Gualeguaychú han estado protestando en contra de supuestos peligros ambientales y de salud causados por la papelera.
[2]- Papelera Botnia. Foto tomada por usuario de Flickr Gonzak y usada bajo licencia de Creative Commons.
El bloguero y diseñador industriál Julián Ballesteros Riveros [3] pasó las recientes celebraciones de carnaval en Gualeguaychú, donde fue testigo del activismo en contra de Botnia:
Una bella ciudad con gente muy amable, vale la pena conocerla si se tiene la oportunidad; tiene termales, zonas para acampar y playas a lo largo de la costanera del río Gualeguaychú. Sin embargo, aunque lo más atractivo resulta ser los recursos naturales de la zona, es llamativa la constante exposición de avisos en las casas, en los establecimientos comerciales y hasta en los automóviles oponiéndose al unísono a la amenaza contra el medio ambiente que supone la instalación de “papeleras” y de Botnia en particular en límites con Uruguay
El escepticismo sobre los peligros ambientales y de salud que causa la planta contradice el discurso de los ambientalistas, ya que varias organizaciones han negado que la papelera contamine el aire. Según el equipo de noticias local de Entre Rios, Agencia de Noticias de Entre Rios APFD [4], Marisa Arienza de Green Cross reportó que no han habido cambios en los niveles de dioxido de azufre en el aire desde que la planta empezó sus operaciones.
Aún asi, la más fuerte y establecida forma de protesta viene de los piqueteros [5], que ese oponen a la papelera y han usado tácticas de protestas como el bloqueo y el control de puentes que actúan como pasajes importantes entre los dos paises para turismo y propósitos comerciales.
[6]
‘He dicho No!’ Manifestación en Fray Bentos, Uruguay y eslóganes anti-Botnia. foto tomada por el usuario de Flickr sebaperez y usada bajo una licencia Creative Commons.
Mujica, quien no asumirá el poder hasta Marzo, ha prestado especial atención a este conflicto y quiere que los bloqueos se levanten antes de tomar el gobierno. Mujica se reunió [7] [ing] con Cristina Kirchner, presidenta de Argentina, y con el gobernador de la región argentina de Entre Rios, Sergio Urribarri, donde se ubica Gualeguaychú. Sin embargo, la ambientalista Lilian Melnik no ve señales de progreso en estos encuentros, como fue reportado por un periódico local de Uruguay Rio Uruguay Digital: [8]
[Mujica y Urribarri] son ‘traidores a una causa noble’ hacia quienes ‘defienden el levantamiento del corte sin argumentos y sin querer verdaderamente que se vaya Botnia’
Melnik también dijo que los ambientalistas tendrían que defender el bloque aún más arduamente dada la intervención de Mujica.
En un editorial, Ignacio de Posadas [9] critica los intentos del presidente electo de acercarse a negociar un compromiso con el lado argentino:
El Presidente electo, por sus gestos (sobre todo la visita a los piqueteros) y por sus palabras (describiendo la violación de tratados y de normas y usos, como «un asunto interno» de la Argentina), dio razón al gobierno Kirchner y a los patoteros de Gualeguaychú, banalizando el asunto, debilitando la posición jurídica y de principios del Uruguay y enviando a La Haya el peor mensaje posible (¿qué juez se parará en los pedales si la parte agraviada dice que todo es negociable?).
Poco después de asumir la presidencia, Mujica tendrá que enfrentar el veredicto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, donde Argentina empezó un caso oficial contra Uruguay en el 2006 [10] [ing]. La cercana relación entre Mujica y Kirchner y los recientes intentos de llegar a un acuerdo con el governador Urrubarru serán puestos a prueba una vez que Mujica sea el presidente oficial.
El periodista y bloguero Argentino Pepe Eliaschev [11] condena los bloqueos como inútiles y contrasta la aparentemente positiva amistad entre Mujica y los Kirchner con la problemática relación que el presidente actual Uruguayo Tabaré Vázquez mantiene con el gobierno vecino:
En pocas palabras, el corte de la frontera con Uruguay no sirve para nada y es un pastiche siniestro que solo ha provocado daño. La planta de Botnia, inaugurada hace ya dos años, trabaja y produce con absoluta y total normalidad, y lo hace en toda su capacidad. El corte no solo no redujo el flujo de turistas, sino que lo incremento, demostrando la pasmosa estupidez de la medida. De la famosa “contaminación” nada significativo ha vuelto a aportarse, mientras que en el inicio del conflicto la llamada asamblea “ambientalista” de Gualeguaychú llegó a decir que la fabrica instalada en Uruguay era equivalente al Auschwitz, el campo de exterminio que los nazis instalaron en esa ciudad polaca durante la Segunda Guerra y donde fueron aniquilados centenares de miles de judíos. […] Operativo seducción: el viejo guerrillero quiere engullirse a la pareja presidencial argentina para que levanten el corte de la frontera. El septuagenario tupamaro imagina que podrá extraer de los post montoneros argentinos lo que le severidad del oncólogo socialista Vázquez no pudo.
Mujica ha dicho que no negociará [12] con los piqueteros, y por su parte los piqueteros dicen que no harán nada [13] hasta que La Haya pronuncie su veredicto.