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Global Voices en Haití: La prueba de fuego

Categorías: Caribe, Haití, Desastres, Refugiados, Respuesta humanitaria, Últimas noticias

Global Voices ha enviado a un equipo de dos personas a Puerto Príncipe, a raíz del terremoto [1], para que apoyen la actividad ciudadana en los medios. Georgia Popplewell [2] y Alice Backer [3] están también contribuyendo con reportes de primera mano a nuestra cobertura sobre los esfuerzos en la recuperación. Encuentra más información sobre su labor aquí [4].

Puerto Príncipe, Haití, 27 de Enero, 2010

Ayer entramos en el centro de Puerto Príncipe de nuevo. Habíamos oído vía Twitter que la comida estaba siendo distribuida cerca del Palacio Nacional, seguido de informes, de Carel Pedre [5] y Karl Jean-Jeune [6], de que la seguridad de la ONU “usando gas” y  “lanzaba gas lacrimógeno”.  Examinando las secuencias filmadas [7] publicadas en YouTube por Carel Pedre [8], mi colega de Global Voices Marc Herman [9] concluyó que la sustancia que estaba siendo usada tenía aspecto más bien de gas pimienta. La historia del gas pimienta fue corroborada por informes de UK Times Online [10] y de la Corporación de Radiodifusión Australiana [11], aunque Al Jazeera en Inglés [12] mantiene la versión del gas lacrimógeno.

Línea de distribución de alimentos en Puerto Príncipe
Línea de distribución de alimentos en Puerto Príncipe

Fuera gas pimienta o gas lacrimógeno, la refriega ya se había terminado cuando llegamos a la ciudad. La cola es larga, pero la gente espera pacientemente. Preguntamos a una de estas personas qué es lo que está siendo distribuido. Él dice que cree que es arroz. Le pido a Roosevelt, nuestro chófer, que rodee un poco los Campos de Marte, para que podamos ver qué está sucediendo en la inmensa tienda de campaña que ahora ocupa gran parte de la plaza central de la ciudad.

No sorprendentemente, parece que el ritmo habitual de la vida Haitiana se ha establecido en el laberinto de los refugios provisionales apiñados entre pedestales que llevan estátuas de Toussaind [13], Pétion [14] y compañía, los padres fundadores del país. Las mujeres están cocinando, bañando a los bebés y lavando ropa en barreños a lo largo de la pared que rodea el perímetro, bañándose ellas mismas en el borde de la carretera. Los niños juegan fútbol, los vendedores han montado puestos en la periferia. Cerca del Palacio Nacional, la gente se ha juntado para ver cómo bajan una caja fuerte desde un edificio del gobierno. Operaciones menos formales de salvamento y búsqueda tienen lugar también en otras partes de la ciudad. Pasamos grupos de hombres moviendo escombros con palas, gente buscando entre las ruinas de los edificios cualquier cosa que puedan reutilizar. De entre los detritos, Puerto Príncipe está volviendo lentamente a la vida.


Alrededor de las tiendas de campaña de Campo de Marte, la vida continúa con su ritmo habitual.

Anoche un amigo que ha venido para trabajar con una ONG canadiense se preguntaba cuántos de los «desplazados» eran personas cuyas casas estaban intactas pero que simplemente tenían miedo de dormir en su interior. Ayer el gobierno haitiano, que hace lo que puede, emitió un boletín que resumía el impacto del terremoto. En su blog, Anne-Christine D´Adesky publica traducciones de lo más destacado [15]:

Cerca de 112.000 muertos, 195.000 heridos, un millón sin techo, la mitad de las casas destrozadas en Puerto Príncipe, Jacmel y Leogán; al menos 23 hospitales privados colapsados.

El gobierno anunció ayer la creación de 2 campamentos para personas desplazadas en Puerto Príncipe; uno en la carretera a Tabarre, el otro en Croix des Bouquets. Otro sitio ha sido identificado en la zona de Leogán.

Solamente ingenieros cualificados pueden determinar si un edificio dañado es suficientemente estable para que pueda re-ocuparse. La norma a seguir hasta que un ingeniero haya evaluado una propiedad es: si no tiene aspecto de estable, no lo es.

Hoy, estimamos que la capacidad de la distribución de alimentos varía de entre 200.000 a 300.000 raciones al día. Esto significa que, solo en Puerto Príncipe y alrededores,  más de 800.000 personas quedarán desatendidas. Este es el mayor reto.

El gobierno está combatiendo precipitadas adopciones y salidas incontroladas de Haití de niños vulnerables o huérfanos y está preocupado por el riesgo de tráfico.

Se anima a las ONG´s encargadas de la ayuda humanitaria o de los alimentos a que trabajen con el sistema de la ONU que se ha establecido.

Es difícil saber qué está sucediendo realmente en el terreno. Puerto Príncipe es una ciudad vasta y desconocida, y mi objetivo principal al estar aquí no es informar sobre la situación. Nos quedamos en Petionville [16], lejos de la refriega. A medida que la historia del gas pimienta comentada más arriba, se manifiesta, es complicado verificar la información. Intentas acercarte todo lo que puedes, pero al final solo vas a ver una diminuta fracción del todo, y quizás entiendas o leas con bastante precisión solo una fracción de eso.

Pero el asunto primordial es el de la distribución de la ayuda: cómo está yendo de mal, cómo el abastecimiento está fallando y no logra llegar a aquellos que lo necesitan, y también cómo es de complicado todo el ejercicio en sí. Estoy bastante segura que eso es cierto.

En el extremo de la casa de campaña cerca del Palacio Nacional hablo con una pareja de mujeres de mediana edad de Bel Air [17]. Dicen que no han recibido ningún tipo de abastecimiento de alimentos. Les pregunto si tienen intención de dejar la ciudad para ir al campo. La mayor dice que no. Le pregunto por qué. Ella dice que es porque su padre está muerto, y no tiene más familia «en la provincia».


Efecto del terremoto en Carrefour

Salimos hacia el oeste, al distrito dormitorio de Carrefour [18], donde se dice que del 40 al 50% de los edificios han sufrido daños. Al menos en las principales carreteras, el impacto del terremoto no parece haber sido tan dramático como en el centro de Puerto Príncipe, ya que los edificios son más bajos y no están apiñados de una forma tan densa.

Las tiendas de campaña se han levantado en las líneas divisorias y hay montones de basura quemándose a lo largo de la carretera. Pero Carrefour no necesitaba un terremoto para hacer que las condiciones fueran pésimas.

La comunidad todavía se está ocupando de sus asuntos, obviamente acostumbrada a la miseria generalizada y al lodo gris de basura macerada bajo los pies. Pasamos tres agencias de transferencias de dinero con largas colas delante, señal de que los envíos que según algunas estimaciones [19] representan más de la mitad de los ingresos nacionales del país, están volviendo a circular en Haití una vez más.


Tienda de campaña en la línea divisoria en la carretera principal de Carrefour


Multitud reunida en una agencia de transferencia de dinero en Carrefour, esperando envíos de dinero del extranjero

Nos dirigimos de vuelta al centro de Puerto Príncipe para dedicarnos a un lado muy distinto de Haití en el ilustre Hotel Oloffson [20] en Bois Verna, donde parece que la mitad de la lista de correo Corbett Haiti [21] está comiendo. Charlamos brevemente con el propietario del hotel, Richard Morse (@RAMhaiti [22]), que tiene ahora 12.065 seguidores en Twitter y aparece en 638 listas de Twitter, todo como resultado del terremoto. También ahí: Anne-Christine D´Adesky, quien ha estado blogueando [23] y publicando en la lista de Corbett sistemáticamente desde el impacto del terremoto, y dice que Haití es la prueba de fuego para comprobar si las lecciones aprendidas en otras situaciones humanitarias recientes verdaderamente han servido para algo; el neoyorquino Tequila Minsky [24], recién llegado de tomar fotografías en un barrio cercano; la escritora Amy Wilentz [25], que bloguea [26] para la revista TIME; el fotógrafo haitiano Daniel Morel [27], que corrige mis técnicas al sujetar la cámara; y Leah Gordon [28], que se ofrece a llevarnos a Portail Leogáne para visitar a los escultores de la Grand Rue [29].

Pero ese es un tema para otro post. Cambio y fuera.

Publicado originalmente en Caribbean Free Radio [30].

El trabajo de Global Voices en Haití está financiado por nuestros donantes [31] y por una subvención de información humanitaria de Internews [32]. Para mayor información visite la página del terremoto en Haití [1] de Global Voices.