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Bloggers de EEUU sobre el caso de secuestro de huérfanos haitianos

Categorías: Caribe, Norteamérica, Estados Unidos, Haití, Derecho, Derechos humanos, Desastres, Juventud, Relaciones internacionales
Niños del orfanato Maison Des Enfants llenan los asientos plegables en la base Travis de la Fuerza Aérea, Califorina, C-17, 23 de enero, preparándose para partir a Estados Unidos para reunirse con sus familias adoptivas. Imagen de Flickr de DVIDSHUB. Usada bajo licencia Creative Commons.

Niños del orfanato Maison Des Enfants llenan los asientos plegables en la base Travis de la Fuerza Aérea, Calif., C-17, 23 de enero, preparándose para partir a Estados Unidos para reunirse con sus familias adoptivas. Imagen de Flickr de DVIDSHUB. Usada bajo licencia Creative Commons.

A medida que Haití recorre lentamente el camino de la recuperación y la reconstrucción, hay una sensación de renovada preocupación por los niños del país – sobre todo los huérfanos. Diversas agencias de noticias han estado informando acerca del tráfico de niños, dirigido contra niños vulnerables de país, incluido este informe en CNN [1].

El debate sobre los huérfanos tiene muchas conexiones con Estados Unidos porque el grupo de una iglesia que fue arrestado era estadounidense [2] y muchos huérfanos estaban destinados a EEUU si las adopciones continuaban. En la blogósfera estadounidense, las opiniones sobre los misioneros parecen estar dividiadas, y también se cuestiona la actitud del Departamento de Estado de EEUU.

En el blog legal Right Juris [3], el blogger Ryan cuestiona el manejo de la situación que tuvo el Departmento de Estado. A la luz de los hechos que han surgido -que 22 de los 33 “huérfanos” a los que los misioneros trataban de conseguirles un orfanato en República Dominicana tenían vivos a sus padres, y que el grupo no tenía el permiso ni la documentación necesarias para sacar a los niños del país; el Departamento de Estado ha optado por la postura de “sacar las manos”.

“Independientemente de lo que pase con los misioneros estadounidenses acusados de secuestrar huérfanos haitianos, parece que permanecerán en Haití durante algún tiempo más. Se quedarán incluso más tiempo si el Departamento de Estado no trata de ayudar y asegurar que los dejen ir, o que transfieran el caso a Estados Unidos. Aunque la pregunta tendría que ser si el Departamento de Estado debería intervenir. ¿Qué piensan ustedes? ¿Debería este grupo ser procesado y condenado por secuestro? ¿El gobierno de EEUU debería presionar para que los dejen ir? ¿De verdad que el grupo tenía solamente buenas intenciones cuando trataban de huir del país con 33 niños haitianos? Me encantaría escuchar sus opiniones.”

El descarado intento de los misioneros de ir a su misión, sin siquiera buscar el permiso necesario en Estados Unidos o en Haití ha hecho que surjan dudas.

Paul Shepard en el blog Black Spin [4] dice que los misioneros tienen por delante un duro camino.

“Aunque sus corazones hayan estado en el lugar correcto, claramente sus cabezas no estaban funcionando bien al tratar de llevar a cabo una maniobra tan peligrosa sin informar a los funcionarios del gobierno en los Estados Unidos ni en Haití acerca de lo que estaban haciendo.

Nadie duda que algunos huérfanos en Haití estarían hoy mejor si se van con familias que los quieran en otros países, pero esa clase de esfuerzo toma tiempo y coordinación con los funcionarios de la localidad.”

Te-Ping Chen en Change.org [5], cuestiona los esfuerzos de ayuda dirigidos a los niños en Haití. En su post titulado “When ‘Charity’ in Haiti Kills Children” (Cuando la caridad mata niños en Haití), que mueve a la reflexión, Chen examina el efecto del arresto de los misioneros en los voluntarios que quieren viajar a Haití a ayudar.

“… Desde el arresto de los misioneros el mes pasado, las tribulaciones mal habidas de la cabecilla Laura Silsby y compañía han tenido un efecto escalofriante en doctores, trabajadores de asistencia y funcionarios del gobierno (ya saben, las personas que tienen una misión legítima de ayudar a Haití con el proceso de recuperación) que tratan de salvar las vidas de los niños haitianos que están gravemente heridos.

Ahora, el New York Times informa que 10 niños han muerto o han empeorado mientras esperan la autorización de las autoridades ahora recelosas de subirlos a aviones que los saquen del país para tratamiento.

Antes del arresto de los estadounidenses, todos los días un promedio de 15 niños haitianos heridos eran transportados por avión fuera de Haití en vuelos fletados por EEUU. Desde que Silsby & Co. aparecieron en escena sin embargo, solamente tres niños han sido evacuados a EEUU para tratamientos en vuelos privados…”

Chen se una a una creciente lista de personas, que incluye algunos nombres muy conocidos, que están preguntando si es un acto de bondad sacar del país a los niños de Haití en busca de una vida mejor. Eugene Robinson, columnista del Washington Post [6], ha criticado a los misioneros por el burdo intento, diciendo que “la verdadera caridad hubiera sido ayudar a que esas familias cuiden a sus niños — no ponerlos en un bus y llevárselos lejos. “

En un post anterior en Global Voices [7], Marc Herman escribió que sorprendemente las voces de los propios haitianos se han quedado en silencio sobre el tema de los huérfanos. Destaca también un súbito aumento en el interés por los niños haitianos después del terremoto.

En la noche del miércoles 17, un juez haitiano resolvió que se pusiera en libertad inmediatamente [8] a 8 de los 10 misioneros. Pronto volarían de vuelta a Estados Unidos, y Laura Silsby ý Charisa Coulter se quedarían en el país. Sisby es la lideresa del grupo.

La ya fracturada opinión pública en la blogósfera está segura que todo se pondrá más intenso por la sorpresiva liberación de los 8 misioneros. Habrá especulación acerca de por qué se ha retenido a dos -Laura Silsby y Charisa Coulter, más allá de la explicación oficial según la cual el juez quiere investigar por qué ambas habían viajado a Haití antes del devastador terremoto del mes pasado. Parece que los niños de Haití serán de nuevo el centro de la atención.