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Chile: Terremoto revela desigualdades sociales

Categorías: Latinoamérica, Chile, Desarrollo, Desastres, Economía y negocios, Respuesta humanitaria

El terremoto del 27 de febrero en Chile [1] dejó más de 2 millones de desplazados, al menos 497 muertes confirmadas [2] y estimadamente unos US$30 billones en daños [3] [ing]. Sin embargo, el caos que siguió luego del terremoto también dejó a los chilenos con una pregunta de carácter moral: ¿Es justa la sociedad chilena?

Después que el terremoto golpeara, la mayoría de los chilenos ayudó a otros, asistió a sus vecinos en necesidad, compartió su excedente de comida, y donó dinero de una manera nunca antes vista [4] [ing]. No obstante, una minoría, aunque pequeña, saqueó artículos  no esenciales, robó en casas, e incendió intencionalmente supermercados [5], a pesar del hecho que el gobierno chileno permitió a la gente tomar artículos de primera necesidad, como leche, leche maternizada, pan, y harina.

Photo of empty supermarket in Concepción by heedmane and used under a Creative Commons license. [6]

Foto de un supermercado vacío en Concepción de heedmane y usada bajo licencia Creative Commons.

Los canales de televisión chilenos trajeron esta realidad a los hogares de millones de una manera bastante fiel [7], y entonces los chilenos vieron cómo algunos se servían de televisores plasma, heladeras, y reproductores de DVD. Las imágenes de delitos y saqueos, y especialmente el saqueo de artículos no esenciales, abrió un debate nacional sobre la existencia de desigualdades sociales y económicas en Chile.

En un artículo titulado “¿De qué madera estamos hechos? [8],” Ricardo Carbone, blogger, profesor, y Director del Centro de Reflexión y Acción Social [9] de la Universidad Alberto Hurtado, argumenta que el terremoto expuso los problemas sociales más importantes, y que derribó las fachadas y apariencias de la sociedad chilena. Aquí, Carbone se refiere a las fachadas de gente que saqueó artículos no esenciales y empeoró una situación ya difícil:

…al igual que en los edificios que cayeron, la fachada era de ciudadanos bien formados y conectados con el mundo y el consumo, pero el interior no estaba soportado por valores sólidos ni principios fuertes. Rápidamente y ante la primera dificultad corrieron a tomar lo que pudieron.

El blogger exhorta a los chilenos no sólo a reconstruir su infraestructura, sino también a reforzar valores que crearían una sociedad mejor y más inclusiva. También le preguntó a los lectores:

¿podemos esperar algo distinto en un sistema que genera segmentación y exclusión social?, ¿es el producto de una sociedad que obliga a competir y arreglárselas solo?

La mayoría de los lectores y lectoras de este post estuvieron de acuerdo en que Chile necesita hacer mucho trabajo de base en eduación y la inculcación de valores. Una de esas lectoras fue Alejandra Muñoz:

Se nos rompió la burbuja y duele ver la verdad. Ahora hay que entenderla, asumirla y trabajar por recontruir nuestros edificios y nuestra sociedad. Se puede perdonar, pero no podemos olvidar lo que ha pasado, ya que habra una proxima vez y no nos puede pillar sin aprender de lo errores.

Aunque la mayoría de los chilenos está de acuerdo en que el sistema de educación pública no ha tenido éxito en proveer iguales oportunidades a todos los chilenos, el saqueo de artículos no esenciales podría no haber sido solamente causado por una falta de fuertes «buenos valores».

Coyuntura Política [10], un blog chileno, publicó el artículo El terremoto y las Fracturas de Chile [11]de José Aylwin [12], Co-director del Observario Ciudadano [13], una organización no gubernamental de derechos humanos de Chile ubicada en la región de la Araucanía. Con respecto al saqueo de artículos no esenciales, Aylwin escribe:

Tales saqueos, al menos en algunos casos, encuentran su explicación en la percepción de injusticia que existe en sectores de la población que, en momentos de emergencia como este, consideran válido vaciar los estantes de las grandes tiendas y supermercados que, con el aval del estado, han acumulado riquezas a sus expensas, mientras ellos permanecen empobrecidos.

En el artículo Daños colaterales [14], Patricio Navia, blogger y profesor, explica que en desastres naturales similares en otros países, también hubo desorden. Para él, la falla yace en el gobierno:

De haber actuado en consecuencia con el discurso de la normalidad democrática y asumiendo como realidad las repetidas arengas sobre el buen funcionamiento de nuestras instituciones, Michelle Bachelet hubiera tomado las medidas necesarias- incluido el envío de tropas a las zonas afectadas- para asegurar la paz y el orden … mucho antes de que las imágenes de saqueos y pillajes se hayan convertido en parte dolorosa -y evitable- de esta tragedia que enluta al país en su bicentenario.

Acá un video del usuario de YouTube IORITER1, [15] tomado en Concepción:

En el blog Humanismo y Conectividad [16], Andrés Schuschny publicó un artículo titulado Terremoto [16]. Él describe el saqueo de la siguiente manera:

Es terrible como una catástrofe natural desenmascara el rostro de la desigualdad de un país cuyos dirigentes no quieren asumirla. Porque, por ejemplo, si el 10% de los ingresos del cobre se hubieran, hace años, destinado a la educación pública y los servicios sociales (deudas siempre pendientes en la región) y no a incrementar los presupuestos militares, las compras de armamento sofisticado y el pasaporte a vidas de lujo por parte de los militares de alto rango, tal vez otra sería la historia y los “comunicadores” del sistema no estarían ahora refiriéndose “al LUMPEN” como una caterba de extraterrestres desbocados que afloran sin razón.

Chile, con una economía próspera y creciente en las pasadas décadas, es considerado como un país con «alto desarrollo humano»  por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus siglas en inglés). No obstante, este crecimiento económico está algo manchado por desigualdad en los ingresos del país. Los datos del Informe de Desarrollo Humano de 2009 (formato .pdf ) [17] [ing] de UNDP muestran que de 147 países con un coeficiente de Gini [18] disponible (medida usada para calcular la desigualdad en los ingresos), Chile está en la posición n°124, a a pesar del hecho que está ubicado en el puesto 44 en términos de desarrollo humano.