Francia: ¿Qué harías en el Juego de la Muerte?

Un controvertido documental francés llamado: “Hasta dónde llegará la TV: El juego de la muerte” inició un escándalo a nivel mundial el 17 de marzo, cuando difundió por televisión el experimento de un falso programa concurso en el que los participantes eran inducidos a torturar a otros jugadores dándoles descargas eléctricas. La mayoría de los 80 que se sometieron a la prueba cumplieron sin quejarse.

Esta escena de arriba fue tomada directamente del documental, que fue emitido en la cadena francesa de televisión France 2.

El falso programa concurso, “Xtreme Zone”, reproduce las condiciones simuladas de un experimento piscológico realizado por el psicólgo estadounidense Stanley Milgram en los años sesenta. En esta nueva versión de televisión, un “interrogador” hace una serie de preguntas a un “candidato” encerrado en una caja. Por cada respuesta equivocada, el candidato recibe una descarga eléctrica. La intensidad aumenta con cada pregunta. Por supuesto, el candidato es un actor y todo menos el real sujeto del experimento (el interrogador) es fingido.

El programa termina cuando el interrogador se niega a ir más allá (”se rebela”) o envía dos veces la máxima descarga de 460V (”obedece”). Entonces los piscólogos que están ahí le revelan la verdad al interrogador y graban la reacción.

Un experimento televisado

Esta es la primera vez que el experimento fue televisado, pero el experimento Milgram fue reproducido anteriormente en muchos países diferentes con variaciones -y también una vez en una escena de ficción de una película de Henri Verneuil de 1979, llamada Yo como Ícaro (véala en francés o con subtítulos en inglés).

Uno de los científicos del programa, Jean-Leon Beauvois, investigador y conferencista en psicología social, relata [fr] el experimento en un foro de ciencia social. Explica sus razones para colaborar:

[Una razón] que me llevó a aceptar [a participar en el programa] es la integración del proyecto de investigación propuesto en una televisión política más amplia, que origina un documental sobre los abusos de las cadenas y los riesgos de la televisión real.

Al reproducir el experimento Milgram, esperó resultados similares:

Para el programa esperábamos un máximo de obediencia porque reprodujimos la situación de Milgram en la que el 62.5% había recibido obediencia. Y ciertamente, el 81% de nuestros interrogadores eligen mandar la sacudida eléctrica de 460 dos veces.

Cautelosamente concluye que la televisión es una institución donde las personas están más inclinadas a obedecer:

La gente no necesita referencias como conocimiento, ciencia, etc… para obedecer a una persona que le da órdenes inmorales en un contexto institucional porque han venido a hacer lo que se les pida que hagan. Le deben esta predisposición a la obediencia a su educación y a la práctica de la rutina en sus organizaciones.

Reacciones de los bloggers

A diferencia de los espectadores de televisión (los índices de audiencia han sido bajos hasta ahora) [fr], esta transposición del experimento en televisión ha provocado muchas reacciones desde la blogósfera.

Muchas personas han criticado que se implemente la experiencia en el campo de la televisión. Andre Gunthert, historiador e investigador en estudios visuales, refuta [fr] el análisis anterior:

El experimento Milgram era acerca de autoridad. Sin embargo, que se haya implementado en televisión no prueba la existencia de una televisión “autoritaria”, sino más bien una sumisión al contexto ambiental. […] Una cadena de televisión es una gran máquina en la que el proceso de producción aplica una cierta presión sobre el participante. Incluye la movilización de costosos equipos, un grupo de varias personas, locales especialmente arreglados reservados con ese propósito, etc.. Luchar con la producción una vez que hemos acordado participar es difícil de hacer, y sería como tomar los controles de un Boeing después del despegue.

Según Virginia Spies [fr], semiótica y experta en televisión, las condiciones experimentales se distorsionan porque es principalmente un juego para los candidatos, lo que explicaría las diferencias en los resultados:

A diferencia del experimento Milgram, no reclutan a la gente diciéndole que es un experimento científico, sino que les dice que son candidatos en un programa concurso, lo que es totalmente diferente: a lo largo del experimento, los candidatos piensan que están jugando, lo que cambia totalmente su percepción de los acontecimientos.

“¿Qué harías tú?”

Sin embargo, este experimento tendrá efectos en los espectadores, pues hace que cada espectador reflexione sobre sus propios valores, como señala [fr] Olivier Mauco en su blog Game in Society:

La gran fuerza de esta experiencia es que todos pueden ser uno de los conejillos de Indias. La pregunta “¿tú qué harías?” reforzaba la proximidad, no la empatía sino la colocación. […] Este es un debate a moral porque este debate está impulsado por las relaciones entre individuos y un sistema de valores.

Muchos bloggers se han preguntado qué harían ellos. Pero pocos se atrevieron a responder, como Jean-Marc Onkelix, un expectador y blogger belga, que valientemente expresó [fr] sus dudas:

¿Habría actuado de otra manera? ¿Soy capaz de cometer, dentro del alcance de cualquier tipo de autoridad, un acto tan irreparable, tan lejos de mi visión del mundo, tan diferente de mi moralidad? ¿Es un deber para mí respetar a todos los individuos sin discriminación, sería yo uno de los torturadores? Confieso que me siento tentado a decir que no, pero en estos casos, ¿está todavía ahí todo el discernimento necesario, la visión de realidad? ¿Estamos listos para retroceder a pesar de todo y arriesgar nuestro propio interés para seguir siendo consecuentes con nuestra moralidad?

Si tomamos esta encuesta como un indicativo [fr], parece que una mayoría de los usuarios de Internet piensa que son capaces de resistir a la autoridad. Será interesante ver si el futuro les da la razón.

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