El compositor Eric Whitacre [2] [ing], después de ver un video de Youtube de una joven soprano cantando su canción “Sleep” se preguntó: ¿Qué pasaría si pudiera conseguir personas, sin importar dónde estuviesen en el mundo, para que se grabaran cantando todas las otras partes de su pieza coral a capella? Así que lo hizo, y a continuación, podrán ver algunos resultados de su gran experimento de colaboración en línea para el Coro Virtual.
En How We Did It [3] explica no sólo el proceso para la última iteración de su proyecto sino también los anteriores experimentos para conformar un coro virtual. Para la primera vez, le pidió a los cantantes que compren un tema musical específico y simplemente lo canten acompañando a la grabación a capella (sin acompañamiento instrumental). Scott Haines, con quien él se había encontrado sólo una vez antes, se ofreció de voluntario para editar la pieza. Aquí está el resultado:
Encantado con el resultado, decidió hacerlo de nuevo, pero esta vez hacerlo aún más como una esperiencia coral real:
Así que esta vez, hice mi propio video de dirección, filmándolo en completo silencio, escuchando la música sólo en mi cabeza. Luego vi el video y toqué en la parte de acompañamiento de piano para mi video de dirección… Después ofrecí las partituras para descargar gratis. Mientras los cantantes comenzaban a publicar sus temas individuales, llamé a ‘audiciones’ para el solo de soprano.
El siguiente video [4] [ing] muestra las instrucciones que Eric Whitacre publicó para todos los participantes. Incluye recomendaciones sobre cómo cantar la pieza, una explicación acerca de la dinámica de grabación y el tema conductor en donde él dirige el coro:
Para el coro virtual, 128 personas representando a 12 países diferentes incluyendo a Argentina, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur y España, enviaron los 243 temas que componen la pieza coral Lux Aurumque que Scott Haines una vez más ayudó a producir.
Esto es lo que el Sr. Whitacre escribió sobre el producto terminado:
Cuando vi el video terminado por primera vez me vinieron lágrimas. La intimidad de todas las caras, el sonido del canto, el obvio simbolismo poético sobre nuestra humanidad compartida y nuestra necesidad de conectarnos; todo esto me abrumó. Y debo decir que mucho del crédito por su belleza debe ser para Scottie Haines, quien pasó innumerables horas editando y puliendo el video. (Por cierto, Scottie y yo sólo nos hemos encontrado una vez en el ‘mundo real’, a diferencia del 99% del Coro Virtual, a quienes nunca he ‘conocido’).
¡Esperemos que el Coro Virtual continúe haciéndose fuerte!