EUA: La declaración de los derechos indígenas bajo re-evaluación

Casi tres años después de rechazar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DDPI – Siglas en inglés) en septiembre del 2007, el gobierno de los Estados Unidos solicitó el aporte de los líderes nativos en este país, renovando la esperanza de que la elección del presidente Barack Obama puede ayudar a abrir un camino hacia la ratificación. La declaración hace un llamado a «reparaciones razonables» para tierras robadas a los indígenas, pero a costa de no violar la integridad territorial del estado-nación.

Sólo otros tres países se han opuesto a la declaración, que es jurídicamente solo una resolución pero ofrece un sólido marco para el respeto y la promoción de los derechos colectivos indígenas. Dos de ellos, Nueva Zelanda y Australia, han cambiado desde entonces su opinión, dejando a los EE.UU. y a Canadá como los únicos votantes con un «no» . (Otros once – Azerbaiyán, Bangladesh, Bután, Burundi, Colombia, Georgia, Kenia, Nigeria, Rusia, Samoa y Ucrania – se han abstenido de votar.)

Un tallado de montaña en curso de Crazy Horse en los Black Hills de Dakota del Sur, a pocas millas del Monte Rushmore. Los Lakota dicen que esta es tierra sagrada que les fue robada. © Simon Maghakyan 2010

El 4 de junio de 2010, el Departamento de Estado de los EE.UU anunció que la opinión del público debía ser enviada a la dirección de correo electrónico declaration@state.gov hasta el 15 de julio. Antes, un post del blog oficial del Departamento de Estado prometió un proceso de revisión:

El martes 21 de abril, Susan Rice, la Embajadora de EE.UU. en la ONU, anunció la decisión de EE.UU. de revisar nuestra posición respecto a la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas. El presidente Obama ha prometido un mayor compromiso con los gobiernos tribales, reconocidos federalmente, y una mejor comunicación con las tribus nativas norteamericanas es un tema prominente en la administración.

Fue también en abril que Nueva Zelanda se convirtió en el segundo país, después de Australia, en aprobar la Declaración después de un voto inicial de «no». Pero no todos piensan que Nueva Zelanda tomó la decisión correcta.

Nanaia Mahuta, política en oposición por parte de los indígenas cuyo Partido Laborista votó en contra del documento en el 2008, afirma que el gobierno hace hincapié en la naturaleza «simbólica» de la Declaración. Ella escribe en su blog:

En forma secreta el Ministro de Asuntos Maoríes firmó por el Gobierno para la UNDRIP. Ministros del país se apresuraron a restar importancia a la medida tildándola como «aspiracional» y se ser solo una «resolución». El primer ministro subrayó estos puntos por lo menos tres veces durante el pliego de preguntas. La prueba para los ministros es si su intención es dejar este documento como un símbolo de aspiraciónes que no tenga validez en Nueva Zelanda o si su intención es poner en marcha algunos de los resultados a los que hace alusión el partido M?? […] Un montón de promesas vacías y falsas ganancias – mientras que el desempleo sigue aumentando entre los maoríes …

Si, como Nueva Zelanda y Australia, los EE.UU. ratifican la declaración, que parece ser lo más probable, Canadá seguirá siendo el único de los signatarios con un «no». En el blog del Centro de Estudios Indígenas del Mundo, Fourth World Eye, Rudolph Ryser describe el razonamiento de Canadá para estar en contra de la declaración, y concluye que el cambio vendrá de los propios pueblos indígenas, no de los gobiernos.

El simbolismo de los pueblos indígenas sentados en el Salón de la Asamblea General de la ONU es poderoso, pero no hay sustituto para el ejercicio de la autoridad política. Estados como Canadá y Estados Unidos continuarán ofreciendo lugares comunes y repetidas expresiones de confianza para el futuro desarrollo de los pueblos nativos, pero sólo una acción política vigorosa de los pueblos indígenas forzará el respeto y la aceptación legal de los pueblos indígenas sentados en la mesa de toma de decisiones que tanto se merecen.

En el blog de activismo progresista Docudharma un escritor con el nombre de «conejo de invierno» ofrece varios argumentos del por qué el presidente Obama (alternativamente conocido como Awe Kooda Bilaxpak Kuuxshish – su nombre adoptado de la tribu Crow) debe ratificar la declaración. Uno de los varios enlaces en su post va a una noticia del 2009 que cita al abogado general de Dakota del Sur por haber dicho que nunca había leído el original del Tratado del Fuerte de Laramie de 1868 que garantizaba la propiedad de las colinas en Back Hills para los Lakota, antes de que fuese seccionado cuando se descubrió oro ahí.

No está claro si la adopción de la UNDRIP obligará a los residentes de Dakota del Sur, entre otros norteamericanos, a reflexionar sobre los derechos indígenas en su país. Pero el hecho de que los EE.UU. esté solicitando el aporte de sus nativos en el proceso de re-evaluación es alentador.

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