La semana pasada Amigos del Planeta Europa y la ONG mozambiqueña Justiça Ambiental [pt] denunciaron furiosamente un acuerdo entre Brasil, la Unión Europea y Mozambique para promocionar la producción de biocombustibles en Mozambique.
El acuerdo aumentaría la cooperación técnica para para promocionar la producción de biocombustibles en Mozambique. Actualmente, las importaciones de etanol de caña de azúcar mozambiqueña a la Unión Europea estarían sujetas a tarifas muy bajas en comparación con el etanol brasileño, que la Unión Europea seguiría gravando.
Las empresas brasileñas se beneficiarían con el creciente énfasis y ayuda al sector, pues algunas están buscando expandir sus operaciones en Mozambique. Según Reporter Brasil [pt], a finales del año pasado, al menos dos grandes empresas brasileñas habían llegado a acuerdos para expandir la producción de caña de azúcar en Mozambique, y buscaban financiamiento para producir etanol en el país.
Los funcionarios están diciendo que la producción africana tendría que cumplir los parámetros medioambientales europeos y pasar por estudios de viabilidad.
Aun cuando algunos de los primeros proyectos de etanol en Mozambique han estado llenos de preocupaciones medioambientales (ver la reciente cobertura de Global de un caso), Justiça Ambiental (JA) dijo la semana pasada en un comunicado de prensa:
La expansión de los biocombustibles en nuestro país está transformando el bosque natural y la vegetación en cultivos de combustible, le está quitando tierra fértil de labranza a las comunidades que cultivan alimentos y creando malas condiciones de trabajo y conflictos con las personas del lugar por la propiedad de la tierra. Queremos inversión real en agricultura que nos permita producir comida y no combustible para autos extranjeros.
En respuesta, AIM, el servicio de noticias del gobierno, calificó de «deplorablemente ignorante» a la declaración de Amigos de la Tierra, también atacó a JA, diciendo que no hay evidencia para sugerir que la producción de biocombustibles ha perjudicado la producción de alimentos.
Además del informe de Amigos de la Tierra («La trampa de Jatropha«), en semanas recientes otro estudio del Instituto Internacional de Economía y Desarrollo en el Reino Unido («Biocombustibles, acceso a la tierra y medios de vida rurales en Mozambique«) ha pedido precaución con relación a la expansión de los biocombustibles en Mozambique.
El acuerdo trilateral es solamente un indicador de la fuerza de lo que los comentaristas brasileños han llamado la «diplomacia del etanol» del presidente Lula. Leandro Freitas Couto escribe [pt]
En la reciente visita del presidente Lula a seis países africanos (Cabo Verde, Guinea Ecuatorial, Kenia, Tanzania y Sudáfrica) los biocombustíbles, el etanol más específicamente, destacaban en la agenda. […] Brasil también dispone ya de un acuerdo con Estados Unidos sobre el tema, firmado durante el gobierno de Bush Jr. Prevê acciones de cooperación triangulares, dentro de los lineamientos del acuerdo ahora firmado con la Unión Europea y Mozambique […]
Por lo tanto, la diplomacia del etanol se viene consolidando en los últimos movimientos de las gestión de política externa del presidente Lula. La sustitución paulatina, pero inexorable, de los combustíbles fósiles y la creciente atención de los temas climáticos tienden a fortalecer aun más esa agenda en el futuro, lo que ayudará a fortalecer la presencia de Brasil en la escena mundial. […] Con ese escenario, independientemente de los resultados electorales de octubre de este año, la continuidad de esta línea de acción de política exterior brasileña está garantizada para los próximos años.
Activistas brasileños, como la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) Alagoas ha denunciado esta forma de «diplomacia» durante los últimos años. En 2009, en una visita a Maputo para una conferencia sobre agrocombustibles (la palabra usada para evitar las connotaciones positivas de «bio»), CPT Alagoas dijo [pt]
Históricamente, la actividad del etanol de caña de azúcar en Brasil ha generado profundo irrespeto a los derechos humanos y viene causando graves daños al medio ambiente. En los últimos años, la expansión indiscriminada de los cañaverales para producción de etanol -con el objetivo de atender las expectativas del mercado exterior- ha ampliado la superexplotación de trabajadores de caña y ha aumentado el número de trabajos similares a la esclavitud. […]
Colocar a Brasil como un país clave en la produción de energía renovable y hacer una lectura superficial o de resultado, es borrar el pasado reciente y crear una falsa impresión en que todos los impactos (econômicos, sociales y medioambientales) fueron superados y que el etanol producido en Brasil es un combustíble limpo. […]
No podemos permitir que ese modelo de exploración sea exportado a África ni a ningún otro país del mundo.
La blogósfera mozambiqeña tiene todavía mucho por comentar sobre el acuerdo trilateral. En el pasado el tema del etanol ha recibido algunos comentarios, incluidos los ONG y movimientos sociales. La Unión Nacional de Granjeros (UNAC) publicó recientemente una entrevista, donde Ismael Ossemane dice [pt]
Ahora con el etanol y los agrocombustíbles comienza una mayor búsqueda de tierras en Moçambique y la tendencia es que se está probando la ley de tierras. Entonces estamos en esta situación: todavía hay tierras para los granjeros debido al estado de desarrollo del país, pero a través de la forma como comiencen a entrar las empresas, vemos que, si hoy luchamos para defender la tierra que tenemos, en breve comezaremos a luchar para tener tierra.
Vale indicar que el etanol en cuestión parece ser para la exportación y probablemente no solucionará la dependencia de Mozambique en el petróleo importado. En realidad, el anuncio de este acuerdo llegó cuando los minoristas de gasolina amenazaban con aumentar los precios y potencialmente avivará disturbios en Maputo como los que se vieron en febrero de 2008 (ver cobertura de Global Voices.)
1 comentario