En The Huffington Post, Simon Shuster explica [en] la «forma de ganar el apoyo público» de Vladimir Putin: «Encuentra un problema que molesta a mucha gente, encuentra a alguien a quien culpar y lo vincula a él, públicamente y con el clásico ingenio pueblerino. (Luego) Muestra en la televisión estatal cómo fue resuelto el problema».