Con los medios de comunicación fuertemente controlados en Armenia y Azerbaiyán, quedan pocos caminos para que los periodistas independientes difundan información alternativa y reportes. Esto es especialmente cierto cuando se trata del aún no resuelto conflicto por el disputado territorio de Nagorno Karabakh.
Sin embargo, a medida que la penetración de internet aumenta en la región, los costos bajan y la velocidad de conexión mejora lentamente, es obvio usar los medios en línea. Ciertamente, con organizaciones como Recursos de Conciliación e Internews que están colgado videos de informes en YouTube y Vimeo, no sorprende que haya otros que estén haciendo lo mismo.
El más reciente ejemplo de esto llega desde la Fundación Eurasia Partnership como parte de su proyecto de Cobertura Imparcial de Medios de las Relaciones Armenia-Azerbaiyán, con un enfoque innovador para crear conciencia de los estereotipos negativos que hay en juego en ambos lados de la línea de cese al fuego de 1994.
Compartido 211 veces en Facebook y visitado más de 2,600 veces en apenas pocos días al momento de escribir esto, eso puede no parecer mucho en muchos países, pero es bastante exitoso en el contexto de Armenia y Azerbaiyán, sobre todo con el predominante ánimo de ignorar estos temas.
Desafortunadamente, el video solamente está disponible en armenio y azerbaiyano con subtítulos en ruso, así que Global Voices les pidió a bloggers de ambos países que hicieran comentarios. En el primero, el blogger Ianyan, de etnia armenia, presenta el concepto detrás del cortometraje.
Aunque la mayoría de nosotros no espera una discusión política y cultural cuando tomamos un taxi para ir a donde debemos ir, eso fue lo que tuvo un grupo de armenios y azeríes gracias a un innovador experimento social llamado “El pasajero”.
Es un documental creado por la periodista armenia Christina Vardanyan y el periodista azerí Framana Nabieva. La película sigue a dos choferes de taxi -uno en Ereván y el otro en Bakú, que discretamente tocan música de su país vecino, para consternación general de los pasajeros en ambos lados.
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La discusión pasa entonces a las preguntas sobre relaciones con el otro lado: ¿será posible la paz alguna vez? Las respuestas de los participantes armenios no son inesperadas, aunque algunas son dignas de atención. Un joven pasajero expresa esperanza en las relaciones diciendo que la única manera de romper el ciclo de la intolerancia y el odio empieza con padres que eduquen hijos que vean a todos los del otro lado como iguales. Al menos dos pasajeros dicen que los sentimientos negativos son mutuos. Un hombre dice que lo más importante es que todos somos humanos.
Al armenio Unzipped también le gustó el proyecto, aunque notó que las respuestas de los confiados pasajeros en Ereván y Bakú no fueron inesperadas.
No puedo decir que las opiniones expresadas en ambos lados fueron sorprendentes. Mayormente, están basadas en clichés y debidas a la falta de comunicación directa entre azeríes y armenios luego de la guerra de Karabakh. Esa es la razón por la que las redes sociales, los blogs o las reuniones fuera de línea son tan importantes, aunque también se les puede usar para incitar el odio.
El blog también consideró que hubo muy pocas respuesta del lado azerbaiyano, algo que otro blog armenio, Global Chaos, también notó. No obstante, también apreció la iniciativa.
Esto es brillante: un grandiosa ilustración del hecho que las actitudes e ideas son muy similares, si no iguales, en ambos lados. […]
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Lo que me impactó más fue la dolorosa obvia conciencia de ambos lados de que las actitudes y los estereotipos son debidos principalemente por la socialización, propaganda oficial del gobierno (si, no me voy a asustar por usar ese término acá) y los efectos de los medios. […] La mayoría de los «participantes» más jóvenes destacaron que nunca han interactuado con representantes del otro lado…
Y ese es el meollo del problema -la falta de conocimiento de y sobre «el otro». Cruzar los límites físicos y oficiales del estado puede ser imposible para la mayoría de las personas en este momento; y así, la información moderna y la tecnología de la comunicación pueden ayudar a crear el espacio virtual donde se puede superar los estereotipos y los prejuicios, y donde el diálogo podría -solamente podría- ser posible.
La reacción en Facebook fue también similar, y la mayoría de los comentarios aplaudían la película. Aun así, algunos admitieron que la visión general negativa que cada lado tiene del otro fue decepcionante. Uno de ellos fue la de Marine Ejuryan, una estudiante armenia con experiencia de iniciativas de forjar paz a través de la fronteras.
El mismo sentimiento fue expresado por la azerbaiyaní Flying Carpets and Broken Pipelines que pone las respuestas en el contexto de la situación de ambos países.
Mis primeras impresiones: me puso triste, porque al verla, quieras o no, la realidad te golpea. Mientras muchos jóvenes de ambos lados están comprometidos en proyectos conjuntos, conversaciones, reuniones e iniciativas -trabajando juntos para romper los muros de una confianza que dura mucho- aun así muchos, si no la mayoría de ambos lados piensa en el otro como «un enemigo».
La película también muestra lo poco que cada lado conoce del otro, algo que se ha generado como resultado de estereotipos profundamente insertados desde hace mucho.
En otro post de invitado en mi blog, Reader in Azerbaijan está de acuerdo.
Ambas sociedades se han vuelto impulsadas mayormente por estereotipos, clichés y obstinadas actitudes hacia aquellos a los que no conocen y con los que no se han comunicado. Este es el “logro” de los medios tradicionales que no han hecho nada más que difundir desinformación, encender el odio e infundir prejuicios.
[…]
Dicho esto, hay otra realidad que este video no muestra. Otra realidad más pequeña detrás del escenario. Con voces alternas y medios sociales sorteando parcializados medios tradicionales para superar los estereotipos, está empezando a emerger una nueva generación.
Tolerantes y abiertos, y con ganas de comprometerse en una comunicación abierta y diálogo, son personas que han tenido la suficiente suerte e inteligencia para darse cuenta de que todos comparten valores y cultura comunes.
Son personas que no confinan sus mentes a discutibles historia, límites de estado y etnicidad. Ciertamente, somos tan diversos y esta diversidad nos puede enriquecer. Somos tan similares y esta similaridad puede conectarnos. Aunque nuestros idiomas sean diferentes.
Sin embargo, el video tuvo éxito en animar la discusión y el debate y casi todos estuvieron de acuerdo en que fue un experimento que se debería ampliar. Global Voices seguirá de cerca las novedades en el uso de los nuevos medios sociales en el conflicto Armenia-Azerbaiyán. Hay una página de cobertura especial acá.
Global Voices quiere agradecer a Mika Artyan, Liana Aghajanian, Yelena Osipova, Arzu Geybullayeva y Aygun Janmammadova por tomarse el tiempo para publicar sus respuestas a la Fundación Eurasia Partnership especialmente para esta entrada.